A los padres les interesa muchísimo el futuro financiero de sus hijos, y la tecnología proporciona una variedad de formas divertidas e innovadoras, que están siempre evolucionando, para enseñar a tus hijos sobre el dinero.
Sin embargo, algunos padres están preocupados por limitar el tiempo de pantalla de sus hijos y otros quieren buscar actividades prácticas para aumentar el conocimiento de sus hijos.
Afortunadamente hay muchas maneras aparte de la pantalla para discutir, explorar y aprender sobre las finanzas personales.
Cuando se desconecta de los dispositivos, hay lecciones y actividades disponibles para fomentar la salud financiera que varían dependiendo de la edad y carácter de tu hijo.
Aquí hay unas ideas para ponerte a pensar en cómo manejar este importante tema.
Haz que los niños comparen los gastos diarios.
Discute regularmente cuánto cuestan los artículos de uso diario, tales como comestibles, comer en un restaurante y suministros de la casa.
Después, haz que piensen en formas para ahorrar dinero.
No importa si comparan costos o buscan cupones, van a aprender cuales serían los gastos de una semana típica, y van a practicar presupuestar al mismo tiempo.
También puedes seguir estas actividades con discusiones sobre deseos contra necesidades, tal como la necesidad de cenar contra el deseo de ir a un restaurante de lujo, o el deseo por tener un juego que no pueden pagar a menos que ganen y ahorren el dinero primero.
Estos son unos buenos hábitos financieros para inculcar y recordar a cualquier edad.
Practica calculando los ahorros.
La búsqueda de maneras para ahorrar dinero también puede servir como lecciones en matemáticas – lo que es bueno para mantener habilidades fuera de clases – y puede llevar a unos descubrimientos sorprendentes.
Una oferta en donde al comprar una cosa te descuentan 50% de la segunda del mismo valor, es igual al 25% de descuento de tu compra total.
El descuento del 24% no sonaría tan bueno como el descuento de cincuenta.
Este ejercicio podría ayudar a enseñarles a considerar la cantidad que van a gastar y no la cantidad que ahorrarán.
Puedes utilizar estos ejemplos relacionados con las ofertas para explicar que si no tenían planes de hacer una compra, comprarlo solamente porque está de oferta no es una manera de ahorrar.
Yo tenía un amigo de la universidad que siempre decía algo que dijo su papá, “nunca gastes un dólar solamente para ahorrar cinco centavos.”
También puedes combinar la educación financiera con las matemáticas cuando vayas a un restaurante, pidiéndole a los niños que calculen la propina.
Revisar la cuenta podría ayudarles a apreciar el verdadero valor de una cena, que puede ser mucho más alto que el precio del menú después de los impuestos y la propina.
Haz que el ahorro sea una actividad física y regular.
Crear varios frascos de ahorro es algo común entre padres que están enseñando a sus hijos acerca del dinero, y vale la pena considerarlo antes de abrir una cuenta.
La idea es sencilla: necesitas tres frascos (alcancías u otros recipientes), uno para gastos, otro para ahorros y uno para la caridad.
Al recibir una mesada, dinero de una tarea, un regalo o cualquier otra forma de ingreso, tienen que dividirlo entre los tres frascos.
Pueden dividirlo igualmente, o en otra forma; una decisión que pueden tomar juntos.
Tener los frascos físicos ayuda a los niños, especialmente con niños pequeños, a ver crecer el dinero con el tiempo.
Una vez que los niños crecen, puedes continuar algo similar abriendo cuentas de cheques y ahorros.
Sé honesto y muéstrale las cuentas.
Depende de cuantos detalles quieres compartir, pero ofrecer ejemplos de cómo administras tus finanzas puede ayudar a tus hijos a prepararse para el mundo real.
Compartir las facturas de comestibles y gastos para la casa puede ser un punto de partida, pero puedes considerar también otras facturas recurrentes.
Por ejemplo, podrían revisar juntos la factura mensual del agua o luz y discutir como las acciones relacionadas con energía pueden afectar la factura y maneras para recortar gastos.
También pueden revisar un estado bancario o de la compañía de la tarjeta de crédito, examinando cada transacción y cómo se afectó el presupuesto familiar o individual.
También podría ser una buena idea compartir ejemplos de pagos de préstamos mensuales para iniciar una discusión sobre las tasas de interés.
Predica con el ejemplo.
Entender y mejorar las habilidades financieras con práctica, lecciones y cuentos es importante, pero muchos niños también aprenden buenos y malos hábitos por los ejemplos de los padres.
Considera eso como una oportunidad para mejorar tu propio conocimiento financiero y entonces practica las habilidades que quieres pasar a los hijos.
En resumen: La educación financiera no es algo que puedes enseñar en una sola semana o con un solo método.
Es posible memorizar algunos conocimientos prácticos, como el interés y como funciona, pero se necesita tiempo para que las prácticas más importantes se conviertan en hábitos regulares.