Recuerdo cuando era pequeña y vivía en México que las tardes eran largas y tranquilas.
Después de la cena, las personas se sentaban en una silla afuera de su casa a platicar y saludar a toda aquella persona que pasaba. “Buenas tardes”, “Adiós” escuchaba yo mientras jugaba.
La vida que llevamos acá en Estados Unidos es muy diferente, donde vivimos mirando constantemente el reloj.
Es común tener dos trabajos, salir de casa muy tempranito por la mañana y llegar cuando se mete el sol. ¿Por qué le cuento esto?
Porque hay niños en las escuelas que van sin suéter, sin merienda, ni botella de agua. No entregan tarea y las notas importantes de la maestra siguen dentro de la mochila, el motivo… los papás trabajan.
Entiendo perfectamente, soy madre también, trabajo tiempo completo y mis días son largos.
Con las prácticas de fútbol, catecismo y reuniones escolares hay días que llego a mi casa después de las 7:30 pm., sólo tenemos media hora y es tiempo de dormir. Trabajar no es excusa para que los niños vayan a la escuela sin merienda.
Es muy triste en la hora del recreo ver a todos comiendo un rico sándwich, fruta picada, queso, yogurt y otros niños solo mirando porque sus papás trabajan y no les pusieron nada para comer.
Sus papás trabajan y no leen las notas de la maestra, sus papás trabajan y no les dan un suéter para el frío, sus papas trabajan y no se dan cuenta que era día mínimo y los niños salían temprano de la escuela.
A los padres que están muy ocupados, les sugiero preparar las meriendas el fin de semana o un día antes por la noche.
Enseñe a sus hijos a que agarren su merienda por la mañana y la coloquen en la mochila.
Que sean responsables, en casa, preparamos bolsitas de uvas, fruta, el domingo, por la noche, ponemos las botellas de agua en el refrigerador.
Así, por la mañana, cada quien toma la merienda y listo, no es difícil.
Simplemente hay que organizarse, hacer la lista de que es lo que necesitan comprar y trabajar en equipo. No dejar todo a mamá.
Asegúrese de revisar la mochila de los niños todos los días, pida que le muestre su carpeta o folder, lea los papeles importantes, compre un calendario grande y anote fechas importantes.
Revise su calendario cada noche, mi hija pequeña pregunta todos los días “Mamá, cuál es el plan para mañana?”
Le explico que tiene catecismo, o cita al dentista o práctica de fútbol.
Me entristece cuando veo estudiantes que claramente no tienen padres que los apoyan en sus estudios.
No solo basta con llevarlos a la escuela, ayude con las tareas, con los proyectos, mande a sus hij@s con una merienda, su botella de agua, bien desayunados, descansados, frescos, y alegres.
Evite regaños, gritos y peleas antes de clase, les arruina el día y es difícil aprender.
La cosa no termina ahí, al salir de la escuela, pregunte cómo les fue en su día. ¿Cómo están? ¿Qué les preocupa? !
¡Es tan importante tener comunicación con los hijos! Que se sientan amados y escuchados, nadie dijo que ser padre sería fácil, pero sí que es una bendición tan grande y hermosa el tener y formar hij@s.