Por Agencias
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El palacio presidencial francés presentó el sábado un nuevo gobierno de centroderecha, más de dos meses después de unas elecciones que produjeron un Parlamento sin consenso y profundizaron las divisiones políticas mientras Francia lidia con problemas económicos y diplomáticos.
El primer ministro conservador, Michel Barnier, logró armar el gobierno tras semanas de complicadas negociaciones, y el presidente Emmanuel Macron lo aprobó. El nuevo gobierno fue anunciado en el palacio presidencial.
Una coalición de izquierda obtuvo la mayor cantidad de escaños en las elecciones celebradas en junio y julio, pero no logró conseguir una mayoría absoluta. El Gabinete de 38 miembros anunciado el sábado incluye principalmente a ministros de la alianza centrista de Macron y del partido conservador de Los Republicanos.
Jean-Noël Barrot es el nuevo ministro de Asuntos de Exteriores del país, un político centrista del partido Movimiento Demócrata que es conocido por su trabajo en la transformación digital y en los asuntos europeos. Aporta una gran experiencia en la gestión de cuestiones internacionales complejas, particularmente dentro de la UE.
El nuevo ministro de Finanzas es Antoine Armand, una figura emergente en la política francesa que ahora enfrenta la tarea de dirigir las políticas fiscales de Francia y administrar el próximo presupuesto de 2025 en medio de la presión de Bruselas para abordar la creciente deuda de Francia.
Sébastien Lecornu conserva su cargo de ministro de Defensa. Ha desempeñado un papel decisivo en el refuerzo de las capacidades militares de Francia, incluida la modernización de los sistemas de defensa y la gestión de la ayuda militar a Ucrania. Su liderazgo en defensa será crucial mientras Francia navega por su papel dentro de la OTAN y maneja las crecientes tensiones geopolíticas por las guerras en Ucrania y Oriente Medio.
El puesto de ministro del Interior corresponde a Bruno Retailleau, un conservador acérrimo que ahora se encargará de cuestiones internas críticas como la seguridad nacional, la inmigración y hacer cumplir la ley.
La capacidad de Barnier para gobernar eficazmente ya está bajo escrutinio, y sus oponentes políticos de izquierda prometen desafiarlo en todo momento. El partido del político de extrema izquierda Jean-Luc Mélenchon, Francia Insumisa, realizó protestas el sábado contra su gobierno y señala que el nombramiento de Barnier representa un rechazo a la voluntad de los votantes.
El partido de extrema derecha Agrupación Nacional, dirigido por Marine Le Pen, dijo que vigilaría de cerca al gobierno y que tiene suficientes votos en el Parlamento para derribarlo, pero expresó su voluntad de cooperar en cuestiones presupuestarias clave.