Funcionarios de Texas bajo escrutinio por respuesta tardía a inundaciones mortales

Por Redacción
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Las lluvias torrenciales sorprendieron a residentes y campistas en plena noche, cuando gran parte de la población dormía y no había recibido advertencias efectivas del peligro inminente. Entre los desaparecidos se encuentran 27 niñas del Campamento Mystic, un retiro cristiano de verano ubicado a orillas del río Guadalupe, donde fueron hallados la mayoría de los cuerpos recuperados hasta el sábado.

Christopher Flowers, de 44 años, relató que se encontraba alojado en una casa cerca del río cuando la tragedia comenzó. “Nos despertamos con los enchufes chisporroteando y el agua subiéndonos por los tobillos”, contó. En medio del caos, su familia se refugió en el ático junto a otras ocho personas. Aunque recibieron alertas en sus teléfonos, Flowers dice no recordar a qué hora comenzaron a llegar. “Se necesita un sistema como las alertas de tornado, algo que le diga a la gente: ‘Salga ahora’”, sostuvo.

El Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) había emitido alertas de inundación repentina desde el jueves en la tarde. A la 1:18 p.m., el NWS pronosticó entre 5 y 7 pulgadas de lluvia (entre 12,7 y 17,8 centímetros) para la región. Las advertencias se intensificaron en la madrugada del viernes, y a las 4:03 a.m. se activó una alerta de emergencia por inundaciones, una notificación poco frecuente que indica amenaza directa a la vida.

Aun así, muchas personas dicen que no recibieron notificaciones a tiempo o que no sabían que debían evacuar. El retraso en la respuesta ha alimentado cuestionamientos a los líderes locales y estatales, y ha puesto en tela de juicio la preparación para fenómenos de esta magnitud.

“El público puede volverse insensible con tantas alertas meteorológicas, pero no por eso deben ignorarse”, dijo Jason Runyen, meteorólogo del NWS en New Braunfels. “Esta vez, hicimos todo lo posible por alertar del peligro con suficiente antelación”.

Jonathan Porter, meteorólogo jefe de la firma privada AccuWeather, coincidió en que las advertencias deberían haber motivado acciones preventivas más decisivas. “Gobiernos, empresas y ciudadanos deben reaccionar ante las alertas sin esperar a que la lluvia ya esté sobre ellos”, afirmó.

Funcionarios locales argumentan que el volumen de lluvia superó cualquier expectativa razonable y que las crecidas fueron tan rápidas que no hubo margen de maniobra. “Sabemos que llueve, sabemos que el río sube, pero nadie anticipó esto”, dijo el juez del condado Kerr, Rob Kelly, máxima autoridad local.

Dalton Rice, administrador de la ciudad de Kerrville, explicó que salió a correr cerca del río alrededor de las 4:00 a.m. y no notó ninguna señal de alarma. “Una hora después, el nivel del agua había subido tanto que apenas pudimos salir del parque”, dijo.

A pesar de las defensas, los residentes se preguntan por qué no se contaba con un sistema de advertencia más eficaz. Hace varios años, el condado había estudiado instalar sirenas de alerta por inundaciones, similares a las utilizadas para tornados. Sin embargo, el plan se descartó por su elevado costo.

Durante una conferencia de prensa el sábado, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, reconoció que los sistemas actuales de predicción tienen limitaciones. Prometió que la administración Trump impulsará mejoras tecnológicas en el Servicio Meteorológico Nacional para aumentar la precisión y el tiempo de anticipación de las alertas.

Mientras tanto, el representante republicano Chip Roy, cuyo distrito incluye el condado Kerr, pidió paciencia y advirtió que el proceso de evaluación y mejora tomará tiempo. “Habrá muchos cuestionamientos y señalamientos. Es natural preguntarse ‘por qué’ y ‘cómo’”, dijo Roy.

Los equipos de emergencia desplegaron una de las mayores operaciones de búsqueda y rescate en la historia reciente de Texas. Helicópteros, botes y drones trabajan en zonas arrasadas por la corriente, muchas de ellas de difícil acceso. Aunque los socorristas lograron salvar a decenas de personas, la magnitud del desastre sigue creciendo conforme avanza la búsqueda.

Los meteorólogos informaron que el personal en la oficina del NWS en New Braunfels fue reforzado esa noche con cinco profesionales, en vez de los dos habituales. “Se activaron todos los recursos disponibles. No nos tomamos esta tormenta a la ligera”, aseguró Runyen.

A medida que el estado comienza a contabilizar el daño humano y material, se intensifica la presión sobre las autoridades para revisar sus protocolos de emergencia y actualizar las infraestructuras críticas.

“La tragedia pudo haberse mitigado”, afirmó Porter. “La pregunta ahora es si se tomarán las decisiones correctas para evitar otra catástrofe como esta”.