Por Agencias
[email protected]
El Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront) confirmó que se bloquearon tres pasos no autorizados que utilizan los migrantes para entrar al país de forma irregular, en sus esfuerzos por llegar a Estados Unidos.
Los bloqueos se hacen en la costa del océano Pacífico y en la costa del mar Caribe, donde se han reforzado los patrullajes costeros y la interdicción marítima, pero igualmente en trochas terrestres que dan acceso al Hito de Chucurti, en la frontera de Panamá con Colombia, informó el Senafront en un comunicado.
La confirmación del Senafront surge luego que circularan en redes sociales imágenes de migrantes bloqueados por alambres con puntas cortantes. Al respecto, la custodia de fronteras detalló que el sector del Hito de Chucurti fue «bloqueado con barreras perimetrales que impiden el paso de los migrantes».
Estas medidas, según se explica, buscan canalizar la migración irregular hacia el paso de Cañas Blancas, que conduce a la comunidad de Bajo Chiquito, la que, desde hace varios años, se sabe que recibe a los migrantes que salen de la selva del Darién.
La idea es, al reconducir el flujo de migrantes hacia una sola trocha, «concentrar esfuerzos de protección, seguridad y asistencia humanitaria de manera más efectiva en la gestión del fenómeno migratorio», indica el comunicado.
Según Senafront, antes se disponía de fuerzas de seguridad en múltiples puntos, pero esto «dispersaba la eficiencia en la lucha contra las organizaciones delictivas transnacionales que se benefician del tráfico de personas, de cobros ilícitos y otros delitos conexos a esta población vulnerable».
Las acciones del nuevo presidente
Los bloqueos fronterizos ya habían sido informados por el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, el viernes anterior a su toma de posesión.
Y es que, hace una semana, en un recorrido por el centro migratorio de Lajas Blancas, en la provincia de Darién, Mulino dijo que se dejaría una sola trocha abierta, que ya se habían cerrado pasos con serpentinas y que habilitarían a unas 300 unidades del Senafront para vigilar esas zonas.
También dijo en esa oportunidad que, igualmente, no se permitirá el ingreso de migrantes a territorio panameño, sin pasaporte o documento válido.
En línea con las nuevas medidas migratoria que impulsa su administración, el presidente Mulino habilitó al canciller de Panamá, Javier Martínez Acha, para que firmara un memorando de entendimiento y cooperación migratoria con Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Un fondo para repatriaciones
Un día después de la firma del documento, oficiales del Gobierno de Estados Unidos ofrecieron una conferencia de prensa virtual en la que informaron que el Departamento de Estado hizo una transferencia de US$ 6 millones al Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. para desarrollar un plan piloto con Panamá, y ayudarla en sus esfuerzos de repatriar de manera segura y humanitaria a quienes no tienen una base legal para estar en Panamá.
La idea, según se informó, es dar el apoyo a las operaciones de repatriación que protejan rigurosamente a las personas en riesgo de persecución y tortura, al regresar a sus países de origen.
Con este programa piloto, EE.UU. dará asistencia técnica y logística, así como la capacidad de transporte aéreo, para ampliar las repatriaciones de forma humanitaria para las personas que no tienen permiso de estar en Panamá.
Además de entrenamiento, se afianzaría a las instituciones involucradas para igualmente atacar a quienes buscan aprovecharse de la migración irregular.
Por ahora no se dijo cuántas repatriaciones se harán, ni en cuánto tiempo, pero sí se negó que haya alguna nacionalidad específica para las deportaciones, las que, según se reveló en la conferencia de prensa, podrían empezar en las próximas semanas.