Por Agencias
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Dos semanas antes de la elección primaria republicana en Carolina del Sur, Nikki Haley trata de desafiar a Donald Trump en su tierra natal, mientras el expresidente intenta bloquear el estrecho camino de su última rival importante hacia la nominación.
Se espera que Trump, que ha centrado su campaña en el estado sureño unos días después de su fácil victoria en Nevada, anime a sus partidarios en un mitin a realizarse en Conway, cerca de Myrtle Beach.
Antes de entrar, Trump se detuvo y habló brevemente ante una multitud reunida en el exterior y agradeció al gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, quien le había dado su apoyo. McMaster fue elegido gobernador en 2017 cuando Trump nombró a Haley como su embajadora ante la ONU.
“Fue más importante tener a Henry McMaster como gobernador que a ella en la ONU”, dijo Trump, refiriéndose a Haley sin mencionar su nombre. “Y él hizo un trabajo mucho mejor”.
Trump, que desde hace tiempo ha sido el favorito para obtener la candidatura presidencial republicana, ganó tres estados consecutivos y busca usar la elección primaria de Carolina del Sur del 24 de febrero para dejar sin oportunidad a Haley y centrarse totalmente en una esperada revancha con el presidente demócrata Joe Biden en la elección general.
Haley pasó por alto las asambleas partidarias de Nevada, afirmando que la contienda estaba arreglada a favor de Trump, y en cambio, se ha centrado en Carolina del Sur, iniciando una gira en autobús de dos semanas por todo el estado que gobernó de 2011 a 2017.
El sábado, hablando ante unas 200 personas reunidas afuera de una histórica sala de ópera en Newberry, Haley describió a Trump como una figura errática y absorta en sí misma, no centrada en los estadounidenses.
Señaló la forma en que él usó su influencia en el Partido Republicano la semana pasada, al influir con éxito en los legisladores republicanos en Washington para que rechazaran un acuerdo bipartidista de seguridad fronteriza y presionar públicamente a la presidenta del Comité Nacional Republicano Ronna McDaniel para que considerara la posibilidad de dejar el puesto.
“¿Qué ocurre?”, preguntó Haley. “El día de todas esas derrotas, él tenía sus huellas por todas partes”, añadió.
Haley repitió sus cuestionamientos sobre el estado mental de Trump, un ataque que ha agudizado desde un discurso pronunciado el 19 de enero en el que el expresidente la confundió repetidamente con la presidenta de la Cámara Nancy Pelosi. Durante toda su campaña, Haley, de 52 años, ha pedido pruebas de aptitud mental para los políticos, una forma de contrastar con Trump, de 77 años, y Biden, de 81.
“¿Por qué debemos tener a alguien de más de 80 años compitiendo por la presidencia?” Preguntó. “¿Por qué no pueden desprenderse de su poder?”
En Conway, las personas comenzaron a formar filas para ver a Trump horas antes de que se abrieran las puertas de la arena donde subiría al escenario.
Los organizadores, que esperaban una multitud, colocaron pantallas en el exterior para que quienes se quedaran fuera pudieran ver la aparición de Trump.