Por Agencias
[email protected]
Un estudio de Harvard, iniciado al final de la década de 1930 –y que aún está vigente– arrojó resultados impresionantes sobre los factores que ayudan a conseguir una vida feliz. Y la clave está en las relaciones.
El consultorio está abierto, ¡bienvenidos!
Hola, bienvenidos a este nuevo episodio de En consulta con el doctor Elmer Huerta, tu podcast favorito de salud por CNN en Español. Te saluda el doctor Huerta, espero que estés bien.
En el episodio de hoy vamos a ver lo que dice la investigación científica sobre una de las preocupaciones más frecuentes que tenemos los seres humanos: ¿qué puedo hacer en mi vida para ser feliz? ¿Cómo consigo la felicidad?
¿Cómo ser feliz? Harvard lo estudia desde finales de 1930
Vamos a describir el estudio con más rigor científico y más importante que se ha hecho hasta ahora sobre ese tema: el Estudio de Desarrollo Adulto de la Universidad de Harvard, una investigación que acaba de cumplir 85 años de seguimiento a sus participantes.
Situémonos en el tiempo: corre el año 1938, dos años antes de la Segunda Guerra Mundial, y en Estados Unidos se transita por la Gran Depresión.
En esa época, dos grupos de investigadores de la Universidad de Harvard decidieron iniciar sendos estudios a través del tiempo en jóvenes varones para saber cómo les iba en su vida.
Es interesante que uno de los grupos —que constituyó el llamado estudio Grant— estuvo compuesto por 268 estudiantes varones de Harvard (en esa época no había mujeres estudiando en esa institución).
El segundo —llamado estudio Glueck— estuvo compuesto por 456 adolescentes hombres de barrios muy pobres y marginales de la ciudad de Boston, muchos de ellos en riesgo de caer en actividades delictivas.
La idea y el valor fundamental de ambos estudios son que su diseño implicaba seguir en el tiempo a los participantes del estudio, visitándolos y entrevistándolos cada año de su vida, no solo para evaluar su salud física a través de un examen médico completo —incluidos análisis de sangre o radiografías—, sino también para averiguar diversos aspectos de su vida, por ejemplo:
Cómo vivían,
Si completaban sus estudios,
A qué se dedicaban,
Si estaban solos,
Si estaban casados, si tenían hijos,
Si habían delinquido,
Qué tipo de trabajo tenían, etc.
Como dato curioso, uno de los participantes iniciales del estudio fue John F Kennedy, quien después fue presidente de Estados Unidos.
¿Se logró sostener con el tiempo?
Con el tiempo, el estudio —que tuvo un sorprendente 84% de participación— se amplió e incluyó a 1.300 hijos, nietos y biznietos de los participantes originales, incluidas mujeres.
La idea era la misma: seguirlos a través del tiempo para ver cómo les iba en la vida.
Hasta 2017, solo 19 de los 268 estudiantes de Harvard con los que se inició el estudio estaban vivos, todos ellos mayores de 90 años.
No es difícil darse cuenta de que el estudio originó a través de los años una enorme cantidad de datos de los participantes, los cuales tienen el inmenso valor de haber sido obtenidos frescos cada año.
Este punto es importante, pues muchas veces se realizan estudios similares, pero que tienen un problema fundamental: se pide a los participantes que hagan memoria y recuerden detalles de su vida pasada, un método que la investigación ha revelado que es poco fiable, pues la memoria cambia con los años y los recuerdos muchas veces se vuelven borrosos o se mezclan con la fantasía.
De ahí el valor de los estudios de Harvard: son prospectivos, es decir se obtienen los datos frescos a través del tiempo, en oposición a los estudios retrospectivos, que se basan en recuerdos.
Lo que reveló el estudio
El estudio reveló que los participantes se convirtieron en todo tipo de gente: profesores, médicos, ingenieros, empleados, hombres de negocio, etc.
Muchos triunfaron en sus carreras y sus negocios, otros fracasaron, otros pasaron desapercibidos para la mayor parte de la sociedad, muchos hicieron fortunas y muchos otros tuvieron vidas más modestas.
Con esa cantidad de información, los investigadores de Harvard decidieron empezar a cosechar los datos del estudio, y para eso se hicieron una pregunta fundamental: ¿qué factores o características de los participantes al llegar a los 50 años podían predecir o determinar un estado de felicidad o de contento con la vida al llegar a los 80 años?
En otras palabras, ¿qué se necesita tener a los 50 años para ser felices a los 80?, ¿qué es importante tener a los 50 años, una profesión, trabajo estable, fama, fortuna, propiedades, un matrimonio feliz, amistades, viajes, niveles saludables de colesterol, ejercicio diario…?
El secreto para ser feliz, según el estudio de Harvard
El resultado final del estudio es sorprendente, pero de mucho sentido común.
No es solo el colesterol ni el tener una buena salud general, ni tampoco el tener dinero, ni una carrera brillante, carros, propiedades o lujos.
El factor más importante para que una persona perciba en sus 80 que es feliz es el haber tenido, a los 50 años, un círculo de amistades y relaciones sociales que se conservaron y cultivaron a lo largo de la vida.
Del mismo modo, el tener una relación marital satisfactoria tuvo un efecto protector enorme sobre la salud mental de los miembros de la pareja durante la vejez.
La felicidad en el matrimonio y la salud mental
Al respecto, un estudio publicado en 2010 con datos del estudio original demostró que las personas que tenían matrimonios felices a los 80 años manifestaron que su estado de ánimo feliz no mermaba, ni siquiera en los días en los que presentaban dolor físico por algún problema de salud.
Al revés, las personas que dijeron tener matrimonios infelices manifestaron sentir mayor dolor emocional y físico.
En otro estudio, publicado en 2015, 81 parejas heterosexuales de edad avanzada fueron entrevistadas con dos años y medio de intervalo para averiguar si el apego a la pareja tenía alguna influencia en la salud física y mental de ambos.
Los resultados indicaron que los miembros de parejas que sentían seguridad en su matrimonio tuvieron una mayor satisfacción conyugal, menos síntomas depresivos, mejor estado de ánimo y conflictos maritales menos frecuentes.
Sorprendentemente, el sentir una mayor seguridad en el matrimonio fue un factor que predijo mejor memoria en mujeres dos años y medio después.
Los autores indican que tampoco es que el matrimonio deba ser feliz y color de rosa todo el tiempo. Lo que indican es que, a pesar de las normales desavenencias de cualquier matrimonio, la seguridad del uno con el otro en el matrimonio es el elemento fundamental.
Los efectos negativos de la soledad
El hallazgo de que más que fama, fortuna y pertenencias materiales, lo que realmente importa para ser feliz en los años maduros es la calidad de las relaciones interpersonales que se cultivan a lo largo de la vida refuerza un hecho científico conocido.
La soledad es un elemento muy negativo para la salud física y mental, es capaz de aumentar el dolor físico y emocional y, a través de los trastornos en el sueño que causa, puede disminuir la actividad del sistema inmunológico y la memoria.
La soledad causa el doble de daño sobre la salud que la obesidad, y aumenta el riesgo de muerte en 26%.
El psiquiatra George Vaillant, quien dirigió el estudio de Harvard de 1972 a 2004, enumeró en su libro «Envejecer bien» los seis factores que predijeron un envejecimiento saludable para los hombres de Harvard:
Actividad física,
Peso saludable,
Cuidar la salud general,
No abusar de alcohol y tabaco,
Tener mecanismos maduros para afrontar los altibajos de la vida
Y cultivar un matrimonio estable.
El Dr. Vaillant dijo que cuantos más de esos seis factores tenían las personas, mayores eran las probabilidades de que tuvieran una vida más larga y feliz.
En resumen, no sé qué edad tienes tú que estas escuchando este episodio.
¿Eres muy joven y estás empezando tu vida?, ¿eres ya un adulto de edad media muy preocupado en construir tu futuro?, ¿eres ya un adulto mayor deseando cosechar los frutos de tu trabajo?
No importa la edad que tengas, espero que las conclusiones de estas importante investigaciones te hagan reflexionar y consideres reforzar los vínculos de amistad y de familia que puedas haber descuidado a través de los años.
Bueno, esto es todo por hoy, feliz año y te espero en el próximo episodio. Chau.