Por Redacción
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La cuenta regresiva hacia el Mundial de Fútbol de 2026 se activa oficialmente este viernes con el sorteo de grupos en el Kennedy Center de Washington D.C. La expectativa es enorme para un torneo que será el mayor de la historia, con 48 selecciones y 16 ciudades sede distribuidas entre Estados Unidos, México y Canadá.
Pero mientras avanza la organización del evento, la Casa Blanca no descarta operaciones migratorias durante el campeonato, un mensaje que ha generado inquietud entre aficionados internacionales que planean asistir.
El presidente Donald Trump creó hace un año un grupo de trabajo integrado por miembros clave de su administración y ejecutivos de la FIFA para coordinar desafíos logísticos y de seguridad. Sin embargo, el endurecimiento de las políticas migratorias en los últimos meses ha provocado preocupaciones entre seguidores que viajarán al país para la competición.
Andrew Giuliani, representante de la Casa Blanca ante el grupo de trabajo con la FIFA, insistió en que los compradores de entradas están recibiendo un proceso de visado más rápido. Pero reconoció que no se descarta la posibilidad de redadas durante el torneo.
“El presidente no descarta nada que ayude a mantener seguros a los ciudadanos estadounidenses”, dijo Giuliani. Agregó que quienes estén en el país sin autorización deberían acogerse a procesos establecidos para salir con apoyo financiero federal.
Visados y seguridad migratoria
La inmigración y la seguridad son pilares centrales del segundo mandato de Trump. Aunque su discurso ha acentuado un tono restrictivo, Giuliani sostuvo que el objetivo es “dar la bienvenida al mundo” siempre que los visitantes entren legalmente.
Para países con acuerdos diplomáticos, como España y gran parte de Europa, bastará el documento ESTA, que permite visitas turísticas de hasta 90 días sin necesidad de visado tradicional.
Giuliani explicó que el Gobierno estadounidense está acelerando el proceso de visados solo para quienes compren entradas oficiales, a modo de “invitación” para celebrar el 250 aniversario del país.
Tensiones políticas y restricciones
Las directrices migratorias reforzadas están complicando la entrada de ciudadanos de diversos países. Tras un reciente ataque a un Guardia Nacional, el presidente ordenó bloquear visados para 19 naciones clasificadas por la Casa Blanca como “del tercer mundo”.
Aunque aún no se ha aclarado si habrá nuevos países afectados, ya se confirmó que los aficionados de Irán y Haití tendrán limitaciones. En principio, sí podrán ingresar los deportistas, cuerpos técnicos, personal de apoyo y familiares directos. El resto de seguidores enfrentará mayores obstáculos.
“Las decisiones de visado son, ante todo, decisiones de seguridad nacional”, señaló Giuliani. “Si alguien viene con intención de causar problemas, la tolerancia será mínima”.
Entradas y precios
Los boletos para el Mundial no serán económicos. Las entradas de fase de grupos costarán alrededor de 60 dólares, mientras que los tiquetes más caros para la final podrían superar los 6.750 dólares debido al sistema de “precio dinámico”.
El alcalde de Nueva York, Zohran Mamdani, pidió a la FIFA precios más asequibles para los residentes de las ciudades sede. En respuesta, la organización anunció que limitará el uso de precios dinámicos y reservará cupos a tarifas fijas para categorías específicas de aficionados, incluidas las federaciones nacionales, que recibirán el 8% de las entradas de cada partido que disputen.
Un Mundial sin precedentes
Giuliani destacó las diferencias con el Mundial de 1994, también organizado por Estados Unidos. “En esa época había 24 equipos; ahora son 48. Es la primera vez que tres países se unen para acoger el torneo”, afirmó.
El funcionario señaló que el Gobierno ha estudiado profundamente los protocolos de seguridad de grandes eventos deportivos, incluyendo los Juegos Olímpicos de 2002 y recientes mundiales y Eurocopas.
El crecimiento del fútbol en Estados Unidos también fue tema central. Según Giuliani, la audiencia global de la final podría acercarse a los 2.000 millones de espectadores, reflejando el impacto global del torneo y el aumento del interés doméstico.
