Arte y Cultura

La desgracia de la princesa Sac Nicté.

Hace cientos de años, cuando el rugir del jaguar resonaba por cada rincón de la Selva Maya, existían tres legendarios reinos: Uxmal, Chichén Itzá y Mayapán.

Estas tres ciudades eran las más poderosas y prosperas del gran imperio Maya, entre ellas existía un sagrado pacto de alianza, pero irónicamente aquel idílico mundo sería destruido por el amor.

Una soleada mañana de verano, la ciudad de Chichén Itzá se engalanó para anunciarle al mundo que era momento de que el joven príncipe “Canek” de sólo 21 años, pasaría a ser el nuevo Rey de la ciudad.

Entre todos los invitados al evento, el joven Rey vio por primera vez a la Princesa “Sac Nicté”, una linda joven de apenas 15 años. 

En el momento que la mirada de los dos jóvenes se cruzó, ambos supieron que su destino era estar juntos. 

Desafortunadamente el Rey Mayapán tenía otros planes, él ya había acordado con el reino de Uxmal, que su hermosa hija seria esposa del Príncipe “Ulil”.

Al darse cuenta de que sus destinos no podían unirse, el joven “Canek” se entristeció, pero decidió callar por el bien de su pueblo, sabiendo que sería una locura quebrantar la paz.

Con lo que no contaba era que 37 días antes de la boda, durante la celebración de “La Fiesta de los Dioses”, ‘Kizin’ “el Apestoso” subió del inframundo a caminar entre los hombres.

El malicioso y embustero demonio se las arregló para burlar a los guardias haciéndose invisible y llegó hasta los aposentos del Rey “Canek”; Donde le susurró al oído: 

“La hermosa y fragante flor blanca te espera entre las hojas verdes”, ¿vas a dejar que sea otro el que la arranque?… Justo después, ‘Kizin’ desapareció.

Ignorando los malos pensamientos que cobraban forma en la nublada mente de “Canek”, la ciudad de Uxmal se vestía con sus mejores galas para la gran boda, no había ni una sola calle de la ciudad que no estuviera decorada.

El día de la gran boda, justo antes de que “Sac-Nicté” sellara ante los dioses su matrimonio con “Ulil”, un desquiciado enamorado “Canek” apareció, acompañado con 100 de sus mejores guerreros y se llevó a la princesa, frente a la mirada atónita de todos los presentes.

El atrevimiento y la traición de “Canek” era algo que los monarcas de Uxmal y Mayapán no podían perdonar, era tiempo de que se rompiera el pacto de paz, con roja sangre es la única moneda que los traidores deben pagar.

Amparados por Luz Lunar, los asustados habitantes de Chichén Itzá abandonaron su ciudad, al llegar los ejércitos de Uxmal y Mayapán encontraron la ciudad vacía, y al no tener con quien más desquitarse decidieron incendiarla, sentenciándola a nunca jamás volver a ser habitada.

La locura de amor de la joven pareja no tuvo un final feliz como en los cuentos, la gente enardecida se rebeló contra su Rey, culpándolo de haberlos guiado a la desgracia, cegados por la rabia  sacrificaron a “Canek” y su amada en un cenote en lo profundo de la selva.

Se sabio para saber cuándo debes ignorar lo que el ladino de ‘Kizin’ murmure a tu oído, porque aunque suene bien la melodía, quizás sea una tonada la cual no te gustara bailar.