Por Redacción
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Los líderes del Grupo de los Siete (G7) intentaban reforzar el martes la relevancia de su alianza en la escena global, tras la sorpresiva partida del presidente Donald Trump, quien abandonó la cumbre antes de tiempo alegando razones urgentes.
El primer ministro de Canadá, Mark Carney, anfitrión del encuentro, se reunió con los mandatarios de Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón. El grupo sostuvo conversaciones clave con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy y con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, con el objetivo de mantener la presión internacional sobre Rusia por su invasión a Ucrania.
Sin embargo, la cumbre estuvo marcada por el conflicto en Medio Oriente. Una escalada violenta entre Israel e Irán desvió la atención del G7. Israel lanzó una serie de bombardeos el viernes, a lo que Teherán respondió con misiles y drones, elevando el riesgo de un conflicto regional de gran escala.
Trump partió el lunes por la noche del balneario de Kananaskis, en las Montañas Rocosas, afirmando que debía regresar a Washington por asuntos de alta prioridad. Poco antes de irse, se unió a los demás líderes en un comunicado conjunto que advertía que Irán “nunca debe obtener un arma nuclear” y pedía un cese al fuego en Gaza, en lo que fue considerado un modesto logro diplomático.
“Tenemos que hacer un trato”, dijo Trump sobre Irán, y aseguró que sus líderes habían tenido tiempo suficiente para negociar antes de que comenzara la ofensiva aérea israelí. Cuando se le preguntó si EE.UU. se implicaría militarmente, respondió: “No quiero hablar de eso”.
Durante el vuelo nocturno hacia Washington, el presidente declaró a periodistas en el Air Force One: “Hicimos todo lo que tenía que hacer en el G7. Tuvimos un buen G7”. No pareció inquieto por ausentarse de discusiones clave sobre la guerra en Ucrania o el comercio internacional.
La actitud del mandatario estadounidense subrayó las crecientes tensiones dentro del G7. Trump ha impuesto fuertes aranceles a productos de varios países, lo que amenaza con desacelerar la economía global. Además, su enfoque sobre Ucrania lo pone en desacuerdo con el resto del grupo, que mantiene una postura firme contra la agresión rusa.
El lunes, Trump sugirió que la guerra podría haberse evitado si el G7 no hubiera expulsado a Vladimir Putin tras la anexión de Crimea en 2014. En respuesta, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que el G7 luce “pálido e inútil” comparado con foros como el G20.
Ante la falta de avances diplomáticos en Ucrania, el primer ministro británico Keir Starmer anunció nuevos aranceles contra Rusia. Reino Unido y otros miembros esperan que estas medidas presionen a Moscú a negociar un alto el fuego. Zelenskyy fue invitado por Carney a participar en las conversaciones del martes, que también contaron con la presencia del primer ministro indio Narendra Modi.
Trump, por su parte, rechazó sumarse a nuevas sanciones contra Rusia. “Cuando sanciono a un país, le cuesta a Estados Unidos mucho dinero”, dijo, insistiendo en que esperará a que Europa actúe primero.
Antes de retirarse, Trump tenía previsto reunirse con Zelenskyy y con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aunque no se confirmó si esos encuentros se llevaron a cabo.
Mientras tanto, el canciller alemán Friedrich Merz informó que Alemania está redactando un comunicado sobre la crisis en Medio Oriente, enfatizando que Irán no debe obtener materiales que puedan emplearse para desarrollar armas nucleares.
Trump también dedicó parte de su participación en la cumbre a cuestionar las políticas comerciales de los aliados. Ha impuesto aranceles del 50% al acero y aluminio, del 25% a los automóviles, y un impuesto general del 10% a la mayoría de las importaciones. Esos tributos podrían aumentar el próximo 9 de julio, al expirar el período de negociación de 90 días que estableció.
A pesar de las tensiones, Trump y Starmer anunciaron el lunes la firma de un marco comercial que ya se había adelantado en mayo. El presidente estadounidense afirmó que el comercio británico está “bien protegido” porque tiene su simpatía. “Esa es su protección definitiva”, dijo.
Aunque la reunión del G7 concluyó sin consenso pleno ni una hoja de ruta concreta para abordar las crisis actuales, los líderes restantes procuraron proyectar unidad y determinación ante un mundo cada vez más polarizado.
