Liverpool vence 1-0 al Real Madrid; Courtois no pudo con todo

Por Redacción
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Pese al revés, el conjunto blanco se marchó con dos consuelos: el primero, que no volverá a visitar Anfield en esta edición del torneo; el segundo, que sigue contando con el mejor portero del mundo. Courtois fue la razón por la cual el marcador no terminó en goleada, en una noche en la que el equipo de Xabi Alonso lució desorganizado y sin carácter.

El Real Madrid mostró una imagen muy por debajo de su nivel habitual. Jugó una primera parte discreta y una segunda para el olvido. Ni Kylian Mbappé, ni Jude Bellingham, ni Vinícius Júnior lograron marcar diferencia. El belga Courtois fue el único que se salvó de las críticas, junto al joven lateral Carreras.

Arne Slot, técnico del Liverpool, apostó por una alineación que combinó experiencia y juventud, con Wirtz y Ekitiké acompañando a los veteranos. Desde el inicio, el conjunto inglés buscó recuperar la intensidad que caracterizó a la era de Jürgen Klopp, presionando alto y forzando errores en la salida blanca.

El Real Madrid, por su parte, trató de controlar el juego con posesiones largas y un centro del campo reforzado con Camavinga, Güler, Bellingham y Valverde. Sin embargo, el plan se vino abajo ante la energía de los locales. La falta de precisión y la poca agresividad en los duelos divididos dejaron al equipo visitante sin rumbo.

Durante los primeros minutos, el Liverpool dominó con claridad. Szoboszlai fue una pesadilla para la defensa madridista y probó varias veces a Courtois, quien respondió con intervenciones decisivas, incluyendo una parada a quemarropa y otra estirada espectacular a disparo cruzado del mediapunta húngaro.

El guardameta belga volvió a ser figura indiscutible. Salvó a su equipo en tres ocasiones antes del descanso y evitó que el Liverpool se adelantara mucho antes. Cuando más presionaba el cuadro inglés, el árbitro rumano István Kovacs anuló un penalti tras revisar en el VAR una mano de Tchouaméni.

El Real Madrid apenas generó peligro en el primer tiempo. Su única oportunidad clara llegó en una jugada de Vinícius, quien desbordó por la izquierda y asistió a Bellingham. El inglés, con poco ángulo, estrelló su disparo en el cuerpo del arquero georgiano Mamardashvili.

La segunda parte fue un monólogo del Liverpool. Xabi Alonso intentó ajustar el esquema, moviendo a Camavinga al centro y dando libertad a Güler, pero el cambio no tuvo el efecto deseado. Los locales asediaron el área blanca con una serie de córners que pusieron a prueba, una y otra vez, los reflejos de Courtois.

Van Dijk y Ekitiké obligaron al belga a intervenir con dos paradas de antología, pero el arquero no pudo con todo. En el cuarto intento, Szoboszlai templó el balón al área y Mac Allister lo remató con fuerza al fondo de la red. El 1-0 hizo justicia a lo que se veía en el campo.

A partir de entonces, el Real Madrid trató de reaccionar. Rodrygo ingresó por la derecha, buscando mayor profundidad, y Mbappé despertó con dos ocasiones claras que rozaron el empate. Sin embargo, el francés llegó tarde al partido y el equipo nunca encontró su ritmo.

El Liverpool administró su ventaja con solvencia y mantuvo al rival alejado de su área en los últimos minutos. El pitido final confirmó la derrota blanca, que dejó en evidencia las carencias tácticas y anímicas del equipo.

El encuentro dejó más dudas que certezas para el Real Madrid. Xabi Alonso tendrá que revisar un modelo que funcionó en compromisos anteriores, pero que esta vez lució superado en intensidad y orden. En dos duelos exigentes de la temporada, el equipo ha mostrado fragilidad y desconexión ofensiva.

Courtois volvió a ser el escudo que impidió un resultado más abultado. Pero si el Real Madrid quiere competir en los partidos grandes, necesitará mucho más que las manos de su portero.