Por Redacción
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En una noche marcada por la emoción y el dramatismo, los Oklahoma City Thunder se consagraron campeones de la NBA por primera vez en su historia, al vencer 109-101 a los Indiana Pacers en el séptimo y decisivo juego de las Finales. El título, largamente esperado por la afición de Oklahoma, llega 17 años después del traslado de la franquicia desde Seattle.
La noche no estuvo exenta de giros inesperados. Tyrese Haliburton, la gran figura de los Pacers, salió del juego con una lesión grave en el tendón de Aquiles en los primeros minutos. Sin su base estrella, Indiana perdió el eje ofensivo y defensivo que había sostenido su espectacular campaña en los playoffs.
Shai Gilgeous-Alexander fue elegido como el Jugador Más Valioso (MVP) de las Finales tras anotar 29 puntos y repartir 12 asistencias. El canadiense se convirtió en el primer jugador desde Shaquille O’Neal en 2000 en conseguir el MVP de temporada regular, el de las Finales y ser máximo anotador de la liga en el mismo año. Junto a Jalen Williams, formó una de las duplas más productivas de la historia en una serie final con 377 puntos, solo superados por LeBron James y Kyrie Irving en 2016.
Una noche que cambió en un instante
El partido comenzó con intensidad por parte de ambos equipos. Haliburton arrancó encendido, anotando tres triples en cuatro intentos, mostrando que aún con molestias físicas podía marcar el ritmo. Sin embargo, al intentar una penetración ante Gilgeous-Alexander, se lesionó la pierna derecha, la misma afectada en el quinto partido. Su caída fue inmediata, con gestos de dolor y golpes al suelo que presagiaban lo peor. Salió de la cancha entre lágrimas y con asistencia médica. Más tarde, los Pacers confirmaron que se trató de una rotura del tendón de Aquiles.
Indiana no se rindió. Motivados por el golpe emocional, Andrew Nembhard, Bennedict Mathurin y Pascal Siakam lideraron una valiente ofensiva. Mathurin anotó 17 puntos en la primera mitad, y Siakam se combinó con Haliburton para un total de 19 antes de su salida. Los Pacers lograron irse al descanso con ventaja de un punto, 52-51, alimentando la esperanza de una hazaña.
En el otro lado, Oklahoma pareció afectado por la presión y el ambiente. Gilgeous-Alexander fue el único que mantuvo el nivel en la primera mitad, mientras que sus compañeros titulares apenas anotaron cinco puntos cada uno. El MVP, sin embargo, se mantuvo firme como el eje del equipo y preparó el terreno para una reacción contundente.
Gilgeous-Alexander lidera la consagración
El Thunder resurgió con fuerza en el tercer cuarto. La ofensiva fluyó mejor y los triples comenzaron a caer. Gilgeous-Alexander, Holmgren y Williams conectaron tres triples consecutivos que desataron la euforia en el Paycom Center. Con ese impulso, Oklahoma tomó una ventaja de 13 puntos que ya no soltó.
T.J. McConnell, quien reemplazó a Haliburton en la conducción, tuvo un gran tercer periodo, sumando 12 de sus 16 puntos en esa etapa. Pero la ofensiva de los Pacers no logró contener la arremetida del Thunder, que mostró la solidez defensiva y la energía colectiva que lo caracterizaron a lo largo de la temporada.
En el último cuarto, Mathurin volvió a cargar con el equipo y redujo la ventaja a nueve puntos con 16 unidades en ese periodo, manteniendo vivas las esperanzas de Indiana. Sin embargo, las faltas personales comenzaron a cobrar factura, incluida la salida de Aaron Nesmith. Oklahoma, con sangre fría, ajustó su defensa y mantuvo el control hasta el final.
La victoria cierra una campaña brillante para el equipo más joven en ganar un campeonato en casi medio siglo. El entrenador Mark Daigneault elogió el esfuerzo colectivo: “Este grupo ha crecido juntos, ha trabajado desde abajo, y hoy recoge el fruto de su esfuerzo. No es solo un campeonato, es el inicio de algo grande”.
El desfile de celebración está previsto para el martes en el centro de Oklahoma City. Con una base sólida y estrellas en ascenso, los Thunder no solo festejan su primer anillo, sino que también proyectan una era de dominio en la NBA.
