Milei y Meloni refuerzan su afinidad ideológica y proponen una alianza global de ultraderecha

Por Redacción
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Según Milei, esta alianza buscaría unir a “naciones libres” para enfrentar “la tiranía y la miseria”.

La reunión, realizada tras la reciente cumbre del G-20 en Río de Janeiro, Brasil, incluyó una declaración conjunta en la Casa Rosada en la que ambos mandatarios destacaron los lazos históricos entre sus países y acordaron profundizar relaciones políticas y económicas.

Meloni llegó a Argentina el martes por la tarde y compartió una cena privada con Milei. El miércoles, ambos se reunieron en la Casa de Gobierno, donde exhibieron su mutua simpatía en un acto lleno de gestos amistosos. Este fue el tercer encuentro entre los mandatarios, pero el primero en Buenos Aires, como recordó Meloni, quien destacó que esta visita también es la primera que realiza a un presidente latinoamericano desde que asumió el cargo.

Durante el acto oficial, Meloni subrayó la importancia de la comunidad italiana en Argentina, que, según estimaciones, incluye a un millón de ciudadanos. “Es un vínculo de sangre que sigue uniéndonos”, aseguró la mandataria.

Milei calificó a su gobierno y al de Meloni como “administraciones afines” que comparten valores que, en su opinión, “escasean en el mundo occidental”. Entre ellos, mencionó la defensa del libre comercio, la propiedad privada, la soberanía nacional y el respaldo a las fuerzas de seguridad en la lucha contra el crimen organizado.

En su discurso, Milei criticó con dureza al feminismo y a lo que denominó como “ideología de género” y el “virus woke”. Según el presidente argentino, estas corrientes son una amenaza para los valores tradicionales y abogó por “restaurar el sentido común”.

El momento central de su intervención llegó al proponer una coalición internacional: “Espero que a los esfuerzos que hacemos por separado podamos sumarle un trabajo conjunto entre naciones que compartimos objetivos comunes. Una alianza de naciones libres, unidas contra la tiranía y la miseria. Occidente está bajo un manto de tinieblas y exige que quienes defendemos la libertad echemos luz y marquemos el camino”.

Por su parte, Meloni expresó su apoyo a trabajar conjuntamente en temas globales. “Tenemos una voluntad común de actuar juntos en los principales escenarios internacionales”, señaló. Entre los puntos en los que coincidieron mencionó la situación en Ucrania, el conflicto en Oriente Medio y la crisis venezolana. En este último tema, Meloni reconoció a Edmundo González Urrutia como presidente legítimo de Venezuela y criticó al gobierno de Nicolás Maduro.

Meloni también anunció que ambas naciones trabajarán en un plan de acción Italia-Argentina 2025-2030 para identificar sectores clave de colaboración bilateral. Además, ofreció la experiencia de Italia en la lucha contra el crimen organizado, destacando su enfoque jurídico y métodos de investigación. “Estamos decididos a combatir el narcotráfico, la corrupción, el lavado de dinero y el tráfico de personas”, afirmó.

En cuanto al ámbito económico, la primera ministra señaló que más de 300 empresas italianas operan en Argentina, generando 16,000 empleos. Meloni expresó optimismo sobre las políticas de liberalización del mercado impulsadas por Milei, asegurando que podrían abrir nuevas oportunidades de inversión.

El encuentro culminó con ambos líderes saludando desde el balcón de la Casa Rosada hacia la histórica Plaza de Mayo, una imagen que selló la jornada. Para Milei, esta reunión marcó el cierre de una semana clave en su búsqueda de posicionarse como un referente de la ultraderecha global.

El presidente argentino no solo participó en la cumbre del G-20, sino que también sostuvo reuniones con figuras como Donald Trump, Emmanuel Macron y Xi Jinping. En cada una de estas interacciones, Milei reafirmó su discurso en defensa de la libertad y su rechazo a lo que considera un sistema internacional anquilosado.

Mientras Milei y Meloni refuerzan su alianza, queda claro que ambos comparten la intención de ser voces influyentes en un movimiento que busca redefinir el panorama político internacional desde una perspectiva conservadora.