Miles huyen de incendios que devastan Los Ángeles y sus alrededores

Por Redacción
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Bomberos trabajan contrarreloj mientras las autoridades advierten que las condiciones podrían empeorar.

Uno de los incendios más devastadores inició el martes por la tarde cerca de una reserva natural al noreste de Los Ángeles, avanzando con tal rapidez que un hogar de ancianos tuvo que evacuar de emergencia a sus residentes, incluidos pacientes en sillas de ruedas y camas hospitalarias. Los internos esperaron en un estacionamiento hasta que ambulancias y otros vehículos los trasladaron a un lugar seguro.

Otro incendio, que comenzó en el exclusivo vecindario de Pacific Palisades, arrasó con residencias y provocó caos en las carreteras. Algunos evacuados abandonaron sus vehículos y huyeron a pie, cargando lo que podían. En el área, las autoridades utilizaron una excavadora para despejar autos abandonados y permitir el paso de los servicios de emergencia.

Un tercer incendio, declarado en Sylmar, en el Valle de San Fernando, obligó a evacuar a cientos de familias durante la madrugada del miércoles. Las causas de los tres incendios están bajo investigación.

Los vientos de Santa Ana, que superaron los 112 km/h (70 mph) durante la madrugada del miércoles, dificultaron las operaciones de extinción. Algunos reportes anticipan ráfagas de hasta 160 km/h (100 mph) en zonas montañosas y áridas, complicando aún más los esfuerzos de los bomberos. Debido a estas condiciones, las aeronaves contra incendios no pudieron operar.

El gobernador Gavin Newsom informó que más de 1,400 bomberos fueron desplegados en la región, trabajando incansablemente para proteger vidas y propiedades. “No estamos fuera de peligro”, advirtió Newsom, declarando el estado de emergencia.

Por su parte, el presidente Joe Biden permaneció en Los Ángeles y fue informado sobre la situación. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) aprobó fondos para apoyar los esfuerzos estatales en el combate a los incendios.

En Pacific Palisades, más de 30,000 residentes recibieron órdenes de evacuación y al menos 13,000 estructuras están en riesgo. Las llamas alcanzaron la vecina Malibú, donde varias personas sufrieron quemaduras y un bombero resultó gravemente herido.

Hasta la medianoche del martes, el incendio Eaton había calcinado 4 kilómetros cuadrados (1.6 millas cuadradas), mientras que el incendio Hurst se expandió rápidamente a 202 hectáreas. Ninguno de los incendios estaba contenido al amanecer del miércoles.

La falta de lluvias significativas desde mayo y las altas temperaturas han agravado la situación en el sur de California, dejando a casi 200,000 personas sin electricidad debido a los fuertes vientos.

Las llamas no solo han afectado viviendas y escuelas, sino también puntos emblemáticos como la Villa Getty, donde árboles y vegetación resultaron dañados. Aunque las colecciones del museo permanecieron intactas, el impacto cultural y económico es significativo.

Además, estudios de cine cancelaron eventos, y el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles trasladó temporalmente a alumnos de tres escuelas en la zona afectada.

Los bomberos siguen trabajando sin descanso, pero la amenaza persiste. Las autoridades instan a la población a mantenerse alerta y seguir las indicaciones de evacuación. El panorama, dicen, podría empeorar antes de mejorar.