Por Agencies
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El principal funcionario de inmigración de Panamá arremetió contra Colombia el domingo y recriminó que la nación sudamericana, no está ayudando a frenar el flujo récord de inmigrantes a través de la peligrosa jungla del “Tapón del Darién”.
La directora del Servicio de Inmigración, Samira Gozaine, señaló que en los últimos días, entre 2,600 y 2,800 migrantes diarios se han estado moviendo por la brecha que conecta a Centro y Sur América.
En 2022, un promedio de alrededor de 700 migrantes por día caminaron por la región sin caminos.
En abril, Estados Unidos, Panamá y Colombia acordaron tratar de tomar medidas enérgicas contra las redes de contrabando que traen a los migrantes a través de la brecha.
“En lugar de mejorar, ha empeorado, a pesar de las negociaciones con Colombia”, dijo Gozaine. “No ha habido ningún acuerdo, ni intercambio de información, ni ningún esfuerzo que pueda ayudar a Panamá a manejar el flujo no regulado, que ha crecido considerablemente en los últimos días”.
“Lamentablemente no hemos podido llegar a ningún acuerdo con Colombia, que nos sigue enviando indiscriminadamente no solo personas de otros países, sino también colombianos”, agregó.
No hubo una reacción inmediata del gobierno colombiano.
Una declaración conjunta emitida después del acuerdo de abril dijo que EEUU, Panamá y Colombia ofrecerían “nuevas vías legales y flexibles para decenas de miles de migrantes y refugiados como alternativa a la migración irregular”.
También prometieron inversiones para reducir la pobreza y crear empleos en las comunidades fronterizas de Colombia y Panamá, presumiblemente para que menos personas trabajen en el contrabando de inmigrantes.
El número de inmigrantes que cruzaron el Tapón de Darién aumentó a casi 250,000 en los primeros siete meses de 2023, superando el número que cruzaron en todo 2022. Naciones Unidas proyectó que si el ritmo se mantiene, hasta 400,000 podrían cruzar el abismo para fin de año.
Los inmigrantes de América del Sur, principalmente venezolanos, utilizan el Tapón del Darién para viajar por tierra a través de América Central y dirigirse a la frontera suroeste de Estados Unidos, pero una gran cantidad de personas de otros lugares, incluidos África y Asia, también viajan a América del Sur para usar la brecha.