Por Redacción
redaccion@latinocc.com
El gimnasio Omega, ubicado en el exclusivo distrito Prati de Roma, es desde hace tiempo un punto de encuentro para vecinos, religiosos y funcionarios del Vaticano. Entre sus clientes más dedicados se encontraba un hombre que, sin llamar la atención, entrenaba con disciplina: el entonces cardenal Robert Francis Prevost, hoy conocido como el papa León XIV.
Prevost llegó al Vaticano en 2023 procedente de Perú, donde había trabajado como obispo. En Roma asumió la jefatura del Dicasterio para los Obispos, oficina que supervisa las nominaciones episcopales a nivel global. Durante esos años, el cardenal se ejercitaba varias veces por semana en Omega, sin revelar su alto rango eclesiástico.
“Cuando se anunció el nombre del nuevo papa, mi teléfono sonó y era mi hijo diciendo: ‘¡Papá, es Robert, nuestro miembro!’”, recordó emocionado Francesco Tamburlani, dueño del gimnasio. “Escuché al personal gritar de alegría. Fue un momento muy emotivo”.
Valerio Masella, entrenador personal de Prevost, compartió detalles del entrenamiento del pontífice. A sus 69 años, el cardenal seguía un programa más exigente de lo habitual para su edad, con rutinas diseñadas para hombres de 50 a 55 años. Las sesiones, de hasta una hora, incluían ejercicios cardiovasculares, trabajo de postura y fuerza.
“No sabíamos que era cardenal. Nunca dijo nada negativo. Siempre fue positivo, sobre el clima, la ciudad, las personas… incluso sobre mí”, relató Masella.
El papa León XIV, nacido en Chicago, también es aficionado al tenis. De hecho, el 15 de mayo se reunió con Jannik Sinner, actual número uno del mundo, quien le obsequió una raqueta y le propuso jugar un partido. El pontífice se mostró dispuesto a disputar un encuentro benéfico si el tiempo lo permite.
Aunque en sus funciones como jefe del Dicasterio ya disponía de poco tiempo libre para el deporte, su rol como papa reduce aún más esas posibilidades. Sin embargo, el gimnasio Omega mantiene su membresía activa. “Sería un honor recibirlo nuevamente. Garantizaríamos su seguridad y privacidad”, afirmó Tamburlani.
El ejemplo de León XIV no es el primero entre los pontífices deportistas. El papa Juan Pablo II era conocido por su pasión por el esquí y las excursiones de montaña. Con León XIV, el papado suma a su historia un nuevo perfil: el del papa que entrenaba como cualquier otro romano… hasta convertirse en líder de la Iglesia Católica.
