Por Bill Press
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El nuevo líder de una de las cámaras del Congreso de Estados Unidos que certificará al ganador de las próximas elecciones presidenciales ayudó a encabezar el intento de revocar los pasados comicios, generando alarma de que los republicanos pudieran tratar de subvertir la voluntad de los votantes si siguen en el poder a pesar de las salvaguardas implementadas tras el ataque al Capitolio en 2021.
Mike Johnson, el congresista de Luisiana que fue elegido presidente de la Cámara de Representantes el miércoles tras un estancamiento de tres semanas entre los republicanos, tomó la iniciativa de presentar un documento judicial en una demanda con la que se pretendía revocar el triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020.
Esa afirmación, ampliamente criticada por eruditos jurídicos de todas las ideologías, fue desechada rápidamente por la Corte Suprema federal.
Tras los comicios de 2020, Johnson también repitió algunas de las teorías de conspiración más descabelladas promovidas por el entonces presidente Donald Trump para justificar su derrota. Luego el legislador votó en contra de certificar el triunfo de Biden incluso después del ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.
El papel que desempeñó Johnson hace tres años es relevante ahora no sólo porque el presidente de la cámara baja es segundo en línea en caso de una sucesión presidencial, detrás del vicepresidente. La Cámara de Representantes que Johnson encabeza ahora también tendrá que certificar al ganador de los comicios presidenciales de 2024.
“Uno no quiere que gente que alega falsamente que las últimas elecciones fueron robadas esté en una posición de decidir quién ganó las próximas”, dijo Rick Hasen, profesor de derecho en la Universidad de California, campus Los Ángeles. El miércoles mencionó otra preocupación que tiene sobre Johnson, que es abogado constitucional.
“Johnson es más peligroso porque envolvió su intento de subvertir los desenlaces de las elecciones en lenguaje técnico y legalista”, advirtió Hasen.
El año pasado, el Congreso rediseñó los procedimientos para certificar un triunfo presidencial, haciendo que sea mucho más difícil objetarlo de la manera en que Johnson y otros 146 republicanos de la cámara baja hicieron el 6 de enero de 2021. Pero hay una escuela de pensamiento conservadora de que ninguna ley puede controlar la forma en que el Congreso supervisa la certificación de la victoria de un presidente, sino que lo único que cuenta es la amplia concesión de poder que otorga la Constitución para ratificar los votos del Colegio Electoral.
En enero de 2025, la Cámara de Representantes estará llena de los ganadores de las elecciones del noviembre previo, así que no hay garantía de que Johnson seguirá siendo presidente de ese recinto.
Lo que sí es seguro es que al presidente de la cámara baja le será difícil modificar cualquiera de los resultados.
La vicepresidenta —que en ese momento seguirá siendo la demócrata Kamala Harris— preside la sesión conjunta de la cámara baja y el Senado en un papel ceremonial, y convoca a votaciones si hay suficientes objeciones para hacer eso.