Por Redacción
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Parece como si hubiera vuelto hace meses.
Donald Trump está marcando un ritmo frenético en su segundo mandato, cumpliendo promesas de campaña, imponiendo su autoridad y ajustando cuentas.
Tras los años más calmados de Joe Biden, el regreso de una presidencia que opera como un ataque incesante a los sentidos resalta por qué millones de estadounidenses ven a Trump como una figura histórica única y otros tantos le temen profundamente.
En apenas 48 horas, Trump tomó medidas drásticas contra la inmigración, anunció una inversión tecnológica de 500 mil millones de dólares, renombró el Golfo de México como “Golfo de América” y prohibió diversas políticas de diversidad en el gobierno federal. Además, promovió TikTok, despidió empleados por publicaciones en redes sociales, propuso una expansión territorial, amenazó con una guerra comercial, interactuó con la prensa más que Biden en meses y hasta bailó con una espada.
También liberó a los alborotadores del 6 de enero de 2021, reiteró falsedades sobre las elecciones de 2020, ajustó cuentas con críticos, criticó a un obispo, estigmatizó a estadounidenses transgénero y permitió arrestos de ICE en escuelas e iglesias. Todo esto, en solo dos días.
Un ritmo frenético, pero pruebas mayores por delante
La velocidad con la que Trump está actuando no es casualidad. Su estrategia genera tantas noticias que es difícil procesar su impacto completo. Esto refuerza la percepción en su base de un líder que cumple promesas y enfrenta al “establishment”. Por el contrario, sus adversarios, desbordados, encuentran difícil organizar una respuesta coherente.
Aunque muchos gobiernos comienzan con un frenesí inicial, Trump parece especialmente enfocado en aprovechar el momento para consolidar su visión, aunque las verdaderas pruebas surgirán cuando deba aprobar leyes con un Congreso dividido.
Una Casa Blanca más organizada
En este segundo mandato, Trump parece más estructurado. Bajo el liderazgo de Susie Wiles, la Casa Blanca está funcionando con mayor profesionalismo, aunque los impulsos impredecibles del presidente persistan. Con más experiencia y objetivos claros, Trump está decidido a ejecutar su agenda sin titubeos.
Prioridad: inmigración
Trump dejó claro que la inmigración es su prioridad. Declaró una emergencia nacional, facilitó deportaciones masivas y eliminó protecciones para escuelas e iglesias frente a operativos de ICE. Aunque estas acciones agradan a su base, el enfoque exclusivo en este tema podría desviar recursos de otros problemas clave, como la inflación y la vivienda, que preocupan a los votantes.
El poder del indulto
Otro foco de controversia es el uso extensivo del poder de indulto, con más de 1,000 clemencias en dos días. Esto incluye perdonar a alborotadores del 6 de enero y a figuras como Ross Ulbricht, fundador de Silk Road. Estas acciones han levantado alarmas sobre la posibilidad de que Trump esté operando por encima de la ley.
Buscando acuerdos internacionales
Trump también ha mostrado interés en resolver la guerra en Ucrania, enviando mensajes públicos a Vladimir Putin para negociar. Además, ha planteado posibles sanciones y aranceles a China y la Unión Europea como tácticas para fortalecer su posición en futuras negociaciones.
En solo dos días, Trump ha demostrado que este mandato será tan intenso y polémico como el primero. Sin embargo, los desafíos pendientes, tanto internos como internacionales, pondrán a prueba su capacidad para transformar este frenesí en resultados duraderos.
