Por Redacción
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La Agencia Espacial Europea (ESA) ha dado a conocer las primeras imágenes de su ambicioso proyecto para crear un mapa en tres dimensiones del universo, utilizando el telescopio espacial Euclid.
Esta primera entrega es solo una pequeña fracción de lo que se espera sea un detallado retrato cósmico que abarca hasta 100 millones de estrellas y galaxias, algunas de ellas situadas a una distancia de 10,000 millones de años luz.
El proyecto, que está programado para durar seis años, busca ofrecer a los científicos una nueva perspectiva sobre la estructura y evolución del universo. Aunque la imagen publicada representa apenas el 1% del objetivo final, los datos que ya ha proporcionado son significativos. Bruno Altieri, científico de la ESA y encargado del archivo Euclid, destacó la relevancia de esta información. “Solo en esta imagen ya hay decenas de millones de galaxias, gracias a las cuales podremos hacer estadísticas sobre dónde se encuentran ciertos tipos de galaxias en relación con otras, cómo evolucionan con el tiempo”, dijo Altieri.
Euclid, que comenzó sus observaciones este año, tiene como meta mapear un tercio de la bóveda celeste para 2030. Los científicos esperan que este extenso mapa ayude a responder preguntas fundamentales sobre la formación de estrellas y galaxias, así como sobre la evolución del espacio en el tiempo.
Un rompecabezas cósmico
En su primer barrido del cielo austral, el telescopio Euclid cubrió 132 grados cuadrados, una extensión que equivale a 500 veces la superficie aparente de la Luna. Este “gran rompecabezas del universo” está lejos de completarse, pero ya proporciona a los investigadores piezas cruciales para entender mejor el cosmos.
“Esto es solo el 1% del mapa, y sin embargo, está lleno de una gran variedad de fuentes que ayudarán a los científicos a descubrir nuevas formas de describir el universo”, explicó Valeria Pettorino, científica del Proyecto Euclid, en un comunicado.
Uno de los aspectos más sorprendentes de las imágenes compartidas es una región oscura salpicada de puntos brillantes, sobre la cual se extienden nubes azules, conocidas como “cirros galácticos”. Esta mezcla de polvo y gas es el lugar donde se forman nuevas estrellas, según explicó Altieri.
La ESA ofreció una ilustración en la que se puede observar lo que Euclid ha captado en un campo de dos grados. Gracias a la capacidad del telescopio de hacer zoom hasta 600 veces, es posible ver galaxias en detalle dentro de un pequeño fragmento del universo. Las imágenes tienen una resolución de 208 megapíxeles, permitiendo observar estructuras galácticas complejas, como galaxias espirales y sistemas galácticos interactuando.
Euclid y James Webb: una comparación
El telescopio Euclid tiene una ventaja significativa sobre otros observatorios espaciales en cuanto a su amplio campo de visión, lo que le permite capturar una extensa porción del universo en una sola imagen. En comparación, el telescopio James Webb, aunque con un campo de visión más reducido, puede observar objetos mucho más distantes y en mayor detalle.
El enigma de la materia oscura
Sin embargo, el objetivo final de la misión Euclid no se limita a la creación de un mapa detallado del universo. Su propósito es desentrañar uno de los mayores misterios de la ciencia moderna: la naturaleza de la materia oscura y la energía oscura, que constituyen el 95% del universo conocido.
De este porcentaje, se estima que el 25% corresponde a materia oscura, una fuerza invisible que mantiene unidas a las galaxias, mientras que el 70% corresponde a la energía oscura, que es responsable de la expansión acelerada del universo. A pesar de su importancia, poco se sabe acerca de estas fuerzas.
Euclid, a través de su mapeo en 3D, permitirá a los científicos medir con precisión la distribución de las galaxias y estudiar cómo la energía oscura afecta la expansión del universo. Estos datos serán cruciales para refinar los modelos teóricos del cosmos y acercar a la comunidad científica un paso más a resolver el enigma de la materia oscura.
El lanzamiento de las primeras imágenes de Euclid es solo el comienzo de lo que promete ser una misión transformadora para la astronomía. Durante los próximos años, a medida que el telescopio continúe mapeando el cielo, los científicos esperan que los datos recolectados arrojen nueva luz sobre los misterios del universo y su origen.