Por Redacción
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El FC Barcelona dio un golpe de autoridad en la Liga de Campeones al derrotar 2-1 al Newcastle en St. James’ Park, en un encuentro que combinó intensidad, resistencia y calidad individual. Dos goles de Marcus Rashford y la inteligencia de Pedri en la recta final sostuvieron a un equipo azulgrana que supo resistir el empuje inglés en una de las canchas más difíciles de Europa.
El triunfo llega en un contexto en el que el conjunto dirigido por Hansi Flick necesitaba reafirmar credenciales continentales tras años de dudas en el torneo. La solidez defensiva de Joan García bajo los palos y el control de Pedri en el mediocampo marcaron la diferencia para un Barcelona que mostró carácter y madurez competitiva.
Un inicio sofocante en St. James’ Park
El ambiente previo en Newcastle fue un reflejo de lo que se viviría en los primeros minutos. El estadio vibraba con cánticos geordies de “Howay the lads”, símbolo del espíritu de lucha del equipo local. Eddie Howe sorprendió al dejar en la banca a Woltemade, apostando por un once con menos altura pero mayor capacidad de presión. El planteamiento surtió efecto: los ingleses presionaron arriba y dificultaron la salida del Barça, que apenas lograba respirar.
La primera media hora estuvo dominada por el vértigo local. Newcastle combinaba recursos modernos con fórmulas clásicas, desde la presión adelantada hasta saques de banda largos y balones cruzados a 70 metros. El Barça, sin embargo, sobrevivió gracias a un inspirado Joan García. El portero catalán sacó con reflejos felinos un disparo de Barnes tras la carrera de Elanga, confirmando por qué en el club lo consideran una pieza con futuro estelar.
El desgaste físico fue evidente en el equipo visitante. Raphinha no encontraba claridad por la derecha, mientras que Rashford parecía más cómodo iniciando jugadas que finalizándolas. La ausencia de Lamine Yamal se notaba, pues el juvenil suele ser clave para desatascar ofensivas. Pese a contar con figuras experimentadas como Lewandowski, De Jong y Araújo, el Barça apenas generó peligro antes del descanso, que llegó con una amarilla para Gerard Martín y la sensación de que el empate era un premio a la resistencia.
Fue en los últimos minutos del primer tiempo cuando Pedri comenzó a reclamar protagonismo, aportando calma y orden en medio del caos. Su lectura del juego permitió que los visitantes se sacudieran la presión y prepararan el terreno para una segunda parte decisiva.
Rashford aparece y Pedri congela el marcador

El inicio del complemento parecía más pausado, con ambos equipos midiendo fuerzas. Pero la calma duró poco. En el minuto 52, Rashford, errático en la primera mitad, apareció con determinación para cabecear un centro de Koundé y abrir el marcador. El gol fue un golpe anímico tanto para los ingleses como para el propio jugador, que había sido respaldado por Flick en la previa, recordando su trayectoria desde los inicios.
El tanto dio confianza a Rashford, que minutos más tarde amplió la ventaja con un disparo potente desde la frontal del área. Su doblete, presenciado desde la grada por su agente Arturo Canales, fue una muestra de jerarquía. El inglés respondió a las críticas con contundencia y se consolidó como protagonista de la noche.
Con el 0-2, el Newcastle acusó el golpe. Burn, Schär y Trippier terminaron con molestias físicas, mientras que en el Barça fueron Cubarsí, Lewandowski y el propio Rashford quienes sufrieron las secuelas del desgaste. El encuentro parecía liquidado hasta que Gordon recortó distancias en el minuto 86, encendiendo las alarmas.
Sin embargo, ahí emergió la serenidad de Pedri. El canario bajó el ritmo, administró la posesión y frenó el ímpetu local. Con toques precisos y temporización, neutralizó el intento de remontada y permitió que el Barcelona amarrara tres puntos vitales.
El pitazo final confirmó la primera victoria azulgrana en esta edición de la Champions, en un escenario que históricamente ha sido adverso para equipos visitantes. Para Flick, el triunfo representa más que tres puntos: es una prueba de que el Barcelona puede competir de tú a tú con rivales físicos e intensos, y que cuenta con figuras capaces de decidir partidos en momentos críticos.
Más allá del resultado, el Barcelona mostró avances significativos respecto a ediciones pasadas. La seguridad defensiva con Joan García, la capacidad de Rashford para responder en noches grandes y la inteligencia de Pedri para manejar los tiempos reflejan un equipo más completo.
El desafío será mantener esta línea en la fase de grupos y, sobre todo, en las rondas decisivas. La Champions exige consistencia y profundidad de plantilla, dos aspectos que aún generan interrogantes. No obstante, la victoria en St. James’ Park envía un mensaje claro: el Barça ha recuperado competitividad y no teme a escenarios hostiles.
Para Newcastle, la derrota duele por la intensidad puesta en juego y por la ilusión de su afición en su regreso a la máxima competición europea. Sin embargo, mostró recursos tácticos y físicos que lo convierten en un rival incómodo.
Con este resultado, el Barcelona suma tres puntos que lo posicionan en la parte alta del grupo y le otorgan confianza para enfrentar los próximos compromisos. En un torneo donde cada detalle cuenta, el golpe en Inglaterra podría ser un punto de inflexión.
