Por Redacción
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Las amenazas, presiones y ultimátums han marcado el curso del conflicto, pero el presidente ruso Vladímir Putin sigue firme en las exigencias de Moscú para poner fin a la guerra en Ucrania. Crecen los temores de que utilice su próxima reunión con el mandatario estadounidense Donald Trump en Alaska para presionar a Kiev a aceptar un acuerdo desfavorable.
Las demandas de Putin reflejan los objetivos planteados desde que inició la invasión a gran escala el 24 de febrero de 2022: asegurar las ganancias territoriales, impedir la adhesión de Ucrania a la OTAN y evitar la presencia de tropas occidentales en su territorio, con la intención de reincorporar gradualmente a Ucrania a la esfera de influencia rusa.
Putin confía en que el tiempo juega a su favor, mientras las fuerzas ucranianas, debilitadas y con menor armamento, enfrentan dificultades para contener los avances rusos en un frente de más de mil kilómetros, bajo el constante ataque de misiles y drones.
Por su parte, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy aceptó un alto el fuego propuesto por Trump, pero reiteró que su país no renunciará a la intención de unirse a la OTAN ni reconocerá la anexión de regiones por parte de Rusia. Gobiernos europeos han respaldado esta postura, insistiendo en que la paz debe contar con la participación y el consentimiento de Kiev.
Las posiciones de cada parte
Rusia
En conversaciones celebradas en Estambul en junio, Moscú propuso dos vías para un alto el fuego de 30 días. La primera: el retiro de tropas ucranianas de Donetsk, Luhansk, Zaporiyia y Jersón, regiones anexadas ilegalmente en septiembre de 2022. La segunda: suspender movilizaciones, frenar el suministro de armas occidentales y prohibir la presencia de fuerzas extranjeras en Ucrania, además de levantar la ley marcial y convocar elecciones.
El Kremlin exige que Ucrania reconozca jurídicamente las anexiones de Crimea (2014) y de las cuatro regiones (2022), adopte un estatus neutral, limite su ejército, reconozca el ruso como idioma oficial, y prohíba lo que denomina “glorificación del nazismo y neonazismo”. También demanda el levantamiento de sanciones y la reanudación de relaciones diplomáticas y comerciales.
Ucrania
La propuesta ucraniana pide un alto el fuego total e incondicional de 30 días, rechaza las exigencias de neutralidad y cualquier limitación militar, y se opone a reconocer ganancias territoriales rusas. Kiev exige garantías internacionales de seguridad, el regreso de niños deportados y un intercambio total de prisioneros, así como la posibilidad de levantar sanciones gradualmente si Rusia cumple con los acuerdos.
El papel de Trump
Trump ha mostrado disposición a reunirse con Putin sin Zelenskyy en la mesa, lo que preocupa a Ucrania y a sus aliados europeos. Ha insinuado que un eventual acuerdo podría implicar intercambios territoriales, pero no ha dado detalles. Analistas advierten que este escenario podría favorecer a Moscú si logra imponer condiciones sin oposición directa de Europa.
Putin podría aceptar un alto el fuego temporal para ganar terreno político, pero observadores señalan que sus objetivos estratégicos no han cambiado: lograr que Kiev ceda bajo sus términos. Según expertos, el conflicto podría alternar entre fases de guerra abierta y periodos de tensión prolongada en los próximos años.
