Por Agencias
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Clarence Seedorf, cuando colgó las botas en 2014, empezó enseguida su periplo como entrenador.
Tuvo una enorme oportunidad con uno de los equipos de sus amores, el Milan, sustituyendo a Massimiliano Allegri, pero esa aventura apenas duró seis meses, entre enero y junio 2014.
Dos años después llegó la llamada del Shenzhen chino, en el que se quedó desde julio hasta diciembre del 2016.
En febrero del 2018 se convirtió en entrenador del Deportivo La Coruña, del que se separó al final del curso tras el descenso, y el 10 de agosto siguiente tomó las riendas de Camerún, que le despidió en 2019 tras la eliminación en los octavos de Copa Africana ante Nigeria.
Al exmediocampista le ha costado encontrar un proyecto a largo plazo.
Durante una entrevista con ‘La Gazzetta dello Sport’, explicó que las razones, quizás, no dependen solo de él:
«Tuve que aceptar esas oportunidades para demostrar lo que valgo. Asumí ciertos riesgos porque llegan pocas llamadas y nosotros sabemos por qué».
Según el holandés, es una cuestión de racismo: «Jugué 12 años en Italia. Tras el Milán, donde hice un buen trabajo, cero llamadas. Holanda es mi país: cero llamadas. ¿Por qué grandes campeones no tienen opciones en Europa, donde hicieron historia? ¿Por qué Vieira debe ir a Nueva York y Henry a Canadá?».
Seedorf lo tiene claro.
«Los entrenadores no tienen las mismas oportunidades, no hay personas de color en las posiciones de poder en el fútbol».
Para el ex mediocampista del Milán, el Inter de Milán, Flamengo y del Real Madrid, entre otros, el problema obviamente va más allá del deporte rey.
«Es un discurso general, para toda la sociedad. Los que pueden cambiar las cosas deben sentir la responsabilidad de crear un mundo meritocrático, teniendo abiertas todas las puertas. Los mejores resultados pueden llegar justo de la diversidad».