Sonia Aguila: Maestra Bilingüe del Año del estado

Por Carlos Hernández
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En el Mes de la Herencia Latina son muchos l@s personajes que han sobresalido y a nivel local no es la excepción, como es el caso de la Maestra Sonia Aguila, quien hace tan sólo unos meses fue ganó el premio Maestra Bilingüe del Año de California.

Son 25 años de que Sonia ha estado ayudando con esmero y dedicación día a día en la formación académica de miles de alumnos de primaria, esfuerzo que ha pagado sus frutos.

“Es un orgullo enorme para mí, significa muchísimo ya no ha sido nada fácil, han sido años de sacrificios, dedicación, y muchos estudios, pero que cada minuto ha valido la pena y me emociona mucho”, explica la Maestra Aguila, como le conocen cientos de familias locales.

El premio de la California Association for Bilingual Education (CABE), se otorga al(a) mejor docente de todo el Estado que imparte clases en los programas de Doble Inmersión (Educación Bilingüe), que sobresale por su dedicación, compromiso y ejemplo en el salón de clases.

Es así como en febrero pasado Sonia se dio cuenta que era una de las finalistas, y un mes más tarde recibió una gran sorpresa.

“En marzo, cuando estaba dando clase, llegó la Directora con la Superintendente me sorprendieron con flores para decirme que había sido elegida como la Maestra Bilingüe del Año. La emoción fue tanta que lloré y hasta impacté a mis estudiantes, se sintieron confundidos que nunca me habían visto llorar tanto”, indicó Sonia.

Ahora la maestra del 2º grado de la Escuela Canalino del Distrito Unificado de Carpintería, estará compitiendo por el premio a la “Mejor Docente Bilingüe de Estados Unidos”, a revelarse en febrero de 2023.

Pero la labor de Sonia va más allá de las aulas, ya que hace cinco años junto con un grupo de cuatro maestras y padres de familia, en su mayoría anglo, lograron convencer a la Mesa Directiva del Distrito Escolar para implementar por fin educación bilingüe en las aulas locales.

“Fue un gran logro, nosotros empezamos lenguaje dual, porque sabemos de la importancia de conocer dos idiomas, porque como dicen, un estudiante que sabe dos idiomas vale por dos”, indica la Maestra Aguila.

Irónicamente, Sonia fue finalista para maestra del Año en el Condado de Santa Bárbara, sin embargo no ganó.

“Es algo chistoso y como que no tiene sentido, que no gané acá, pero si a nivel estatal. Y es que cuando me entrevistó el panel de tres personas ninguno hablaba español y al explicarle lo que hacíamos con la educación bilingüe, nadie entendió… fue una lástima, pero lo bueno es que sé que a nivel estatal si se reconoció el esfuerzo, porque no ha sido nada fácil”, comparte la docente quien reside en Oxnard. 

La Maestra Aguila indica que si puede resumir su labor en el aula de clase sería:  

“Ser maestras es una bendición de poder cambiar vidas, un estudiante a la vez”.

EJEMPLO DE TENACIDAD

Sonia con tan sólo 46 años, es sin duda un claro ejemplo que el amor y la pasión de la profesión es la clave del éxito.

La Maestra del Año Bilingüe, a pesar de ser nacida de Santa Bárbara, por razones de salud de su abuelo materno, su familia tuvo que regresar a una pequeña población, San Martín Hidalgo, situado al norte de Guadalajara, cuando tenía sólo cinco años.

Debido a este viaje repentino, Sonia vivió toda su niñez en el vecino país del sur, donde ella tiene sus primeras memorias de ser maestra.

“Desde siempre quise ser maestra. Tenía como 5 años, cuando me ponía a jugar con mis muñecas, las sentaba en pretendía darles clases. Siempre quise ser docente, es algo que amo hacer y que no cambiaría por ninguna otra profesión del mundo”.

Ahí y a pesar de vivir en una sociedad machista, pero que gracias a la motivación de su madre, quien le ponía a hacer planas y le inculcó la importancia de la educación en la vida, desde muy temprana edad, le dejaron marcada y sería algo que le ayudaría a enfrentar muchos obstáculos en su regreso a Estados Unidos.

Sonia y su familia se regresaron a Carpintería cuando ella tenía 11 años, llegando sin hablar una sola palabra de inglés.

La Maestra comparte que ese año escolar fue dificilísimo, puesto que no entendía nada, y que dependía de compañeras para que le tradujeran las interacciones con los maestros.

“Yo lloraba todos los días, me quería regresar a México, mis amigas estaban allá. Fue muy duro porque no entendía lo que me enseñaban, no saber el lenguaje fue una barrera muy grande, pero que gracias a Dios, con esfuerzo y dedicación pude poco a poco superarlo”, 

Y es que Sonia comparte que muchas veces ni comía en su hora de almuerzo en la escuela, y se iba directamente a la Biblioteca de la escuela a leer.

“Leía libros en inglés, todos los que pudiera, porque estaba empeñada en aprender inglés lo más pronto posible”.

Quien diría que esa niña que tan sólo unos años atrás no hablaba ni comprendía nada de inglés, pero armada con ese espíritu de dedicación y superación, los cuales siempre han caracterizado a la Maestra Aguila, vaya que si tuvieron su recompensa cuando en la High School, se graduó con honores, y fue la elegida para dar el Discurso de Graduación Bilingüe.

“Fue un gran logro para mí, y que me abrió las puertas para una educación superior, porque gracias a esto muchas universidades se fijaron en mí y fui aceptada en 17 universidades, pero que lamentablemente no pude ir porque mis papas querían que estuviera cerca y así fue como primero fui al SB City College”, explica.

Luego de graduarse del SBCC, Sonia obtuvo su licenciatura de la UCSB y tan sólo dos años más tarde la maestría en Educación y la credencial de Maestra, también de la misma universidad, convirtiéndose hasta la fecha en la maestra más joven en todo el Condado de SB.

“Yo estaba decidida, yo no quería perder tiempo y así a los 21 años ya estaba dando clases, gracias a Dios mi sueño de ser maestra se había cumplido”, indica Sonia.

CON UN CORAZÓN INMENSO

Sonia quien lleva 23 años de casada con su esposo Enrique; con quien ha procreado 3 hijos, Adrián de 20 años, Nathalie de 14 y Mónica de 9 años. actualmente estudia su doctorado.

“La verdad no necesito ese título, pero me salió el gusanito de querer aprender más, y así que dije, ‘vamos por más’” y así que ahí pasó noches estudiando, escribiendo, porque la meta es terminar mi doctorado el próximo año”, asegura la docente.

Y es que precisamente esas dificultadas vividas en carne propia, fueron lecciones de vida que han hecho de Sonia una excelente maestra, que comprende la situación de cada un@ de sus alumn@s, sobre todo de los pequeños que sólo hablan un idioma, como fue su caso.

“Creo que me valió la pena, porque me puedo identificar con ellos. Y es que para mi, ellos son una extensión de mi familia”, explica.

Para Sonia, la educación es una de esas profesiones que para desempeñarla de la mejor manera se necesita vocación, como ella lo hace cada mañana, ya que sólo de esa manera se puede conocer la situación de cada alumn@.

“Lamentablemente hay niñ@s que viven en hogares de de padres separados, o de pocos recursos, quienes no comen todas las comidas, o que viven en un apartamento con dos familias más, duermen en la sala y viven en un estrés constante. Así es más difícil aprender y por eso me adapto a sus necesidades”.

Es por ello que cada mañana Sonia les analiza en un instante al ver si entran tristes, content@s, preocupad@s, etc., y así ella puede sacarles lo mejor en el aula.

“Les pregunto si descansaron y comieron la noche anterior o en la mañana, sino pues me los llevó a la cafetería, o les doy comida que llevo, porque para mí ell@s son mi otra familia, son mis niñ@s también”, indica con alegría la Maestra Águila.

Por último la docente confiesa que una de sus metas futuras es escribir un libro.

“Es uno de mis sueños que me quedan, es escribir un libro infantil de cuentos y que primero Dios espero cumplir. Sólo me quedan cinco años para retirarme y creó que ese sería un momento ideal para hacerlo”, finalizó la Maestra Águila.