Trump y Hegseth declaran el fin de lo “políticamente correcto” en el Ejército de EE.UU.

Por Redacción
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El evento, realizado en la base del Cuerpo de Marines en Quantico, cerca de Washington, fue convocado de manera sorpresiva, generando especulación sobre sus motivos. Una vez en el podio, Hegseth presentó nuevas directrices para las tropas que incluyen estándares de aptitud física “neutros en cuanto al género” o alineados “al nivel masculino”, mientras Trump se jactó de las capacidades nucleares del país y sugirió que las “ciudades peligrosas” deberían servir como campos de entrenamiento para soldados.

La reunión reflejó la creciente centralidad de la guerra cultural en la agenda de defensa bajo la administración Trump. Aunque conferencias de este tipo no son inéditas, el carácter urgente de la convocatoria y la falta de información previa acentuaron la atención mediática.

Durante su intervención de casi una hora, Hegseth criticó a administraciones pasadas por promover políticas que, según él, debilitaron la capacidad de combate de las fuerzas armadas al priorizar la diversidad y la inclusión. Señaló que demasiados líderes militares fueron ascendidos bajo criterios de “cuotas raciales, de género o de primeros históricos”, en lugar de méritos estrictamente profesionales.

“La era del liderazgo políticamente correcto, excesivamente sensible y que no quiere herir los sentimientos de nadie, se termina ahora mismo en todos los niveles”, dijo Hegseth.

A lo largo de su discurso, el presidente republicano vinculó las críticas culturales con sus argumentos sobre seguridad nacional. “Estados Unidos está bajo invasión desde dentro”, advirtió, en alusión a lo que considera amenazas internas. También destacó que tras gastar “billones de dólares defendiendo las fronteras de otros países”, ahora su gobierno está enfocado en proteger las propias.

La reacción en la sala contrastó con la de los actos de campaña habituales de Trump. Mientras en mítines recibe aplausos y risas de sus seguidores, en Quantico los generales y almirantes presentes permanecieron serios, en consonancia con la tradición no partidista de las fuerzas armadas.

Hegseth delineó una serie de cambios que, según él, buscan restaurar un “ethos de guerrero” en el Ejército. Entre ellos mencionó flexibilizar las reglas disciplinarias, debilitar protecciones contra el acoso e impulsar una revisión de las definiciones de “liderazgo tóxico” y “hostigamiento”. El secretario argumentó que esas categorías habían sido interpretadas de manera restrictiva, limitando la autoridad de los comandantes para imponer disciplina.

“Empoderaremos a los líderes para hacer cumplir los estándares sin temor a represalias o dudas”, dijo. También prometió ajustes en los registros de personal, de modo que “infracciones menores o errores sinceros” no obstaculicen carreras enteras.

Sin embargo, estas propuestas generaron inquietud. Escándalos de acoso y de liderazgo abusivo han sido señalados como causas directas de suicidios en las fuerzas armadas en años recientes. Uno de los casos más sonados fue el de Brandon Caserta, un marinero que se quitó la vida en 2018 tras sufrir acoso de su supervisor. Una investigación de la Marina concluyó que la “beligerancia y vulgaridad” de su superior fueron factores decisivos.

El propio Hegseth usó su discurso para ridiculizar políticas ambientales, estándares de aseo, la vacunación contra el COVID-19 y la integración de soldados transgénero, describiendo todas esas medidas como desviaciones de la misión central de las fuerzas armadas. “Nos dijeron que la diversidad es nuestra fortaleza, lo cual es una falacia insana”, dijo.

Aclaró, no obstante, que no busca impedir que las mujeres sirvan en el Ejército, pero sostuvo que los estándares físicos deben ser iguales para todos, incluso si eso significa que menos mujeres califican para puestos de combate. “Si las mujeres pueden lograrlo, excelente. Si no, es lo que es”, agregó.

El trasfondo político del mensaje fue evidente. Trump y Hegseth presentaron las reformas como una corrección a lo que consideran un debilitamiento deliberado del Ejército durante gobiernos anteriores. Al mismo tiempo, la convocatoria se dio mientras el Congreso enfrenta un inminente cierre de gobierno por falta de financiamiento, lo que aumenta la presión sobre la administración para justificar sus prioridades.

El discurso en Quantico puso de relieve un giro en la relación entre la Casa Blanca y las fuerzas armadas. Tradicionalmente, los secretarios de Defensa han tratado de mantener un lenguaje técnico y evitar posiciones partidistas, pero Hegseth ha adoptado un enfoque combativo y alineado con las batallas culturales que dominan la política estadounidense.

Analistas militares señalan que este tipo de mensajes podrían tener un efecto ambiguo. Por un lado, buscan galvanizar la moral en torno a un ideal de “letalidad y fuerza”. Por otro, corren el riesgo de agravar divisiones internas y de politizar aún más al Ejército en un momento en que enfrenta desafíos globales complejos, desde la rivalidad con China hasta los conflictos en Oriente Medio.

El tono del encuentro también mostró el contraste entre la visión de Trump y Hegseth y la tradición de neutralidad de los altos mandos. Aunque los líderes militares escucharon con disciplina, el silencio con que recibieron los comentarios fue interpretado como una señal de cautela.

Mientras tanto, las medidas propuestas podrían desencadenar debates legales y sociales sobre los límites de la disciplina militar, la protección de derechos de las tropas y la compatibilidad de las fuerzas armadas con los valores democráticos de inclusión e igualdad.

La política de defensa de Trump ya había generado polémica en el pasado, pero con el nombramiento de Hegseth como secretario de Defensa, el Pentágono parece más alineado que nunca con la agenda cultural de la Casa Blanca. El discurso en Quantico fue un ejemplo claro: menos enfoque en estrategias globales, más énfasis en combatir lo que llaman “excesos políticamente correctos”.

En palabras de Hegseth: “Se acabó el tiempo de preocuparnos por sentimientos. Ahora nos enfocamos en ganar”.