Por Agencias
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Un colaborador del papa Francisco defendió el miércoles la decisión del Vaticano de que una mujer rusa y una ucraniana porten juntas la cruz durante la procesión del Viernes Santo presidida por el pontífice.
Tanto el embajador ucraniano ante la Santa Sede como el arzobispo de Kiev criticaron la decisión en la víspera debido a la invasión rusa y a la guerra en Ucrania.
Las mujeres son enfermeras y trabajan juntas en un hospital en Roma.
El embajador ucraniano, Andrii Yurash, tuiteó que “entiende y comparte la preocupación general en Ucrania y en muchas otras comunidades acerca de la idea de juntar” a las dos mujeres durante parte de la procesión del viernes.
“Estamos trabajando en el asunto tratando de explicar las dificultades de su realización y las posibles consecuencias”, afirmó el embajador.
La procesión, que se celebra a la luz de las antorchas en el Coliseo de Roma, es uno de los actos tradicionales de Semana Santa en el Vaticano.
La Santa Sede no realizó comentarios de inmediato.
En respuesta a las críticas, el reverendo Antonio Spadaro, un sacerdote jesuita en Roma próximo a Francisco, defendió la decisión.
“Tienen que entender una cosa” sobre el papa, dijo Spadaro a la emisora de radio estatal RAI el miércoles. “Él es un pastor, no un político”.
Spadaro apuntó que la imagen de las dos mujeres llevando la cruz juntas era molesta “porque representan algo que no se puede obtener (ahora), la paz”.
El arzobispo Sviatoslav Shevchuk, que dirige la iglesia greco-católica de Ucrania desde Kiev, también criticó la elección.
“Considero esta idea inoportuna y ambigua”, apuntó Shevchuk, agregando que “no tiene en cuenta el contexto de la agresión militar contra Ucrania”.
Shevchuk criticó además la oración que, según el Vaticano, se leerá mientras las enfermeras llevan la cruz, que dice: “Queremos que nuestra vida vuelva a ser como antes. ¿Por qué todo esto? ¿Qué hemos hecho mal? ¿Por qué nos has abandonado? ¿Por qué has abandonado a nuestros pueblos?”.
Estas palabras, junto con el gesto de portar la cruz, “son incomprensibles e incluso ofensivas”, señaló el arzobispo.
Las mujeres, que fueron entrevistadas en la televisión estatal italiana a principios de semana, se mostraron satisfechas con su papel en la procesión e hicieron hincapié en su amistad.
El papa no se refirió a la polémica durante su audiencia pública el miércoles, pero se refirió a “la agresión armada de estos días” como “una ofensa a Dios”.