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Nowitzki: «Mis últimos dos años en la NBA no merecieron la pena»

Por Agencias
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El alemán tiene problemas físicos desde que dejó las pistas: «Si me hubiera retirado dos años antes seguramente ahora podría jugar al fúbol con los niños, que no puedo hacerlo…».

Dirk Nowitzki se retiró en 2019, después de 21 temporadas en la NBA. Todas con Dallas Mavericks, que se hicieron con él después de que fuera elegido por Milwaukee Bucks con el número 9 del draft de 1998.

Solo Vince Carter ha llegado a 22 temporadas, una más que el alemán, que jugó las mismas que Robert Parish, Kevin Willis y Kevin Garnett.

Pero solo él las completó todas con la misma camiseta, con la que fue campeón en 2011 y MVP de las Finales, una serie histórica en la que doblegó, cuando nadie daba demasiado por su equipo, al big-three de Miami Heat: LeBron James, Dwyane Wade, Chris Bosh.

Pero desde su retirada, Nowitzki ha reconocido varias veces que quizá alargo demasiado esa etapa como jugador, y que eso le hizo pagar un precio alto en lo físico, algo cuyas consecuencias tiene que vivir en el día a día, como llegó a reconocer en el podcast de Toni Kroos, su compatriota y centrocampista del Real Madrid: “No dejo de darle vueltas a que seguramente esos dos últimos años en la NBA no merecieron la pena. Hubo momentos brillantes, por supuesto, pero al equipo no le fue bien y la realidad es que yo apenas podía ya moverme”.

El mejor jugador europeo de la historia siente las consecuencias de ese esfuerzo extra al que se obligó cada día: “Si me hubiera retirado dos años antes, estoy seguro de que ahora podría moverme mejor. Podría jugar al fútbol de vez en cuando con los niños. Ahora ni puedo hacer eso”. Tampoco puede dedicar toda la energía que le gustaría a otra de sus pasiones, el tenis: “Es un deporte genial, muy divertido. Pero si no puedes moverte como Dios manda, es duro. Intento jugar un par de veces a la semana, pero no tengo casi movilidad. Casi todo lo que juego son partidos de dobles, pego algunas derechas desde el fondo de la pista y poco más”.

Nowitzki, claro, sabe que es difícil elegir el momento del adiós después de una carrera como la suya. Y, pese a esos problemas físicos, está feliz como jugador retirado: “No duro tener claro cuándo tienes que parar. Sigues disfrutando, sigues motivando, el cuerpo va aguantando… Ahora, lo mejor es que puedo organizarme mi tiempo. Puedo cogerme un mes totalmente libre y dedicarme a hacer cosas en casa con mi mujer. Y después puedo estar unas semanas más activo en mi rol de consejero de los Mavs. Ahora soy mi jefe. Por eso les dije a los directivos de los Mavericks que este era el rol que quería ahora, no quería meterme e un trabajo a tiempo completo. Estoy muy cómodo así”.