Un cierre de gobierno histórico llega a su fin sin ganadores y con frustración generalizada

Por Redacción
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Los demócratas no lograron asegurar las garantías sobre seguros de salud que exigían incluir en el acuerdo de gasto, mientras que los republicanos, que controlan las principales palancas del poder en Washington, tampoco escaparon a la culpa, según encuestas y elecciones locales recientes.

Las consecuencias del cierre afectaron a millones de estadounidenses, incluidos trabajadores federales que no recibieron sus cheques de pago y pasajeros que enfrentaron retrasos o cancelaciones de vuelos. Además, la interrupción de los programas de asistencia alimentaria provocó largas filas en bancos de alimentos y generó angustia emocional justo antes de la temporada navideña.

El acuerdo final contempla proyectos de ley bipartidistas elaborados por el Comité de Asignaciones del Senado para financiar programas como ayuda alimentaria, beneficios para veteranos y el funcionamiento del Congreso. El resto del financiamiento se extenderá hasta finales de enero, dando a los legisladores más de dos meses para finalizar otros proyectos de gasto.

El origen del cierre se encuentra en el desacuerdo sobre un crédito fiscal mejorado que reduce los costos de los seguros de salud bajo la Ley de Cuidado de Salud Asequible. Los demócratas insistieron en extender ese beneficio, mientras los republicanos se negaban a incluirlo en el acuerdo provisional.

El crédito fiscal, ampliado durante la pandemia de COVID-19, expira a finales de diciembre. Sin él, las primas se duplicarían para millones de personas y más de dos millones podrían perder su cobertura, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.

Por su parte, el líder de la mayoría republicana, John Thune, acusó a los demócratas de “mantener al gobierno como rehén de sus demandas partidistas”, y prometió una votación futura sobre el crédito fiscal, algo que los demócratas consideraron insuficiente.

El primer año del segundo mandato del presidente Donald Trump estuvo marcado por recortes drásticos en la fuerza laboral federal y en el gasto social. Más de 200,000 trabajadores federales fueron despedidos o reubicados, y varias agencias fueron desmanteladas, según la Asociación para el Servicio Público.

Los demócratas han recurrido a los tribunales para frenar parte de las medidas de Trump, pero no lograron bloquear legislaciones clave como el recorte de impuestos o los ajustes en programas sociales como Medicaid y SNAP. La falta de resultados legislativos generó críticas internas hacia el liderazgo del partido.

Schumer enfrentó protestas y llamados a ser reemplazado tras apoyar un proyecto de financiamiento en marzo. En esta ocasión, exigió negociaciones bipartidistas, pero los republicanos trabajaron directamente con un grupo reducido de demócratas moderados, dejando fuera a la dirigencia del partido.

Las repercusiones políticas del cierre han sido considerables. Una encuesta del Centro de Investigación de Asuntos Públicos de The Associated Press-NORC indicó que el 60% de los estadounidenses responsabiliza a Trump y a los republicanos por el cierre, mientras que el 54% también culpa a los demócratas del Congreso.

Ambos partidos buscaron medir el impacto político en las elecciones del 4 de noviembre en Virginia y Nueva Jersey. Los demócratas celebraron victorias significativas, mientras Trump calificó el cierre como un “factor negativo” para su partido, pero mantuvo su postura y presionó para eliminar el filibusterismo en el Senado.

La Oficina de Presupuesto del Congreso estimó que el cierre provocó una pérdida económica permanente de alrededor de 11,000 millones de dólares, incluso si la mayoría del impacto se recupera con el tiempo.

Más allá de las cifras, el cierre dejó un rastro de frustración y dificultades: trabajadores sin salario, vuelos cancelados, y programas sociales interrumpidos. Miles de familias recurrieron a bancos de alimentos para cubrir necesidades básicas.

“Esta disfunción daña a nuestros ciudadanos y a nuestra economía, y envía un mensaje peligroso al mundo”, advirtió el senador republicano Jerry Moran, de Kansas. “Muestra a nuestros aliados que somos un socio poco confiable y a nuestros adversarios que no podemos cumplir con nuestras responsabilidades más básicas”.