Por Agencias
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Múltiples telescopios espaciales y terrestres fueron testigo de una de las explosiones más brillantes del espacio el 9 de octubre.
El estallido puede ser uno de los más potentes jamás registrados por los telescopios.
Los estallidos de rayos gamma, o GRB, por sus siglas en inglés, son la clase más potente de explosiones en el universo, según la NASA. Los científicos nombraron esta explosión como GRB 221009A, y telescopios de todo el mundo siguen observando sus consecuencias.
¿Por qué los rayos gamma causan «shock» a los científicos?
«El GRB 221009A, excepcionalmente largo, es el GRB más brillante jamás registrado y su resplandor posterior está dejando atrás todos los récords en todas las longitudes de onda», dijo Brendan O’Connor, estudiante de doctorado de la Universidad de Maryland y la Universidad George Washington en la ciudad de Washington, en un comunicado.
«Dado que este estallido es tan brillante y además está cerca, creemos que se trata de una oportunidad única en el siglo para abordar algunas de las cuestiones más fundamentales relativas a estas explosiones, desde la formación de agujeros negros hasta las pruebas de los modelos de materia oscura».
Los científicos creen que el pulso largo y brillante se produjo cuando una estrella masiva en la constelación de Sagitta, a unos 2.400 millones de años luz, colapsó en una explosión de supernova y se convirtió en un agujero negro. La estrella tenía probablemente muchas veces la masa de nuestro sol.
Los rayos gamma y los rayos X atravesaron el sistema solar y activaron los detectores instalados en el telescopio espacial Fermi de rayos gamma de la NASA, el observatorio Neil Gehrels Swift y la nave espacial Wind, así como los telescopios terrestres como el telescopio Gemini Sur en Chile.
Los agujeros negros recién nacidos expulsan potentes chorros de partículas que pueden moverse a una velocidad cercana a la de la luz, liberando radiación en forma de rayos X y rayos gamma. Miles de millones de años después de viajar por el espacio, la detonación del agujero negro llegó finalmente a nuestro rincón del universo la semana pasada.
El estudio de un evento como éste puede revelar más detalles sobre el colapso de las estrellas, cómo interactúa la materia cerca de la velocidad de la luz y cómo pueden ser las condiciones en galaxias lejanas. Los astrónomos estiman que no volveremos a observar una explosión de rayos gamma tan brillante en décadas.
La fuente del estallido parece lejana, pero astronómicamente hablando está relativamente cerca de la Tierra, y por eso fue tan brillante y duró tanto tiempo. El telescopio Fermi detectó el estallido durante más de 10 horas.
O’Connor fue el líder de un equipo que utilizó el telescopio Gemini Sur en Chile, operado por el Laboratorio Nacional de Investigación de Astronomía Óptica-Infrarroja de la Fundación Nacional de Ciencias, o NOIRLab, para observar las secuelas el 14 de octubre.
«En nuestro grupo de investigación, nos hemos referido a este estallido como el ‘BOAT’, o sea, el más brillante de todos los tiempos, porque cuando se observan los miles de estallidos que los telescopios de rayos gamma han detectado desde la década de 1990, éste se destaca», dijo Jillian Rastinejad, estudiante de doctorado de la Universidad Northwestern de Illinois, quien dirigió un segundo equipo que utilizó Gemini Sur.
Los astrónomos utilizarán sus observaciones para analizar las firmas de cualquier elemento pesado liberado por el colapso de la estrella.
El luminoso estallido también brindó una oportunidad a dos dispositivos a bordo de la Estación Espacial Internacional: el telescopio de rayos X NICER (o Explorador de la Composición Interior de la Estrella de Neutrones) y el Monitor de Imagen de Rayos X de Todo el Cielo de Japón, o MAXI. Combinados, los dos dispositivos se denominan Red de Alerta de Monitores de Alta Energía en Órbita, OHMAN, por sus siglas en inglés.
Fue la primera vez que los dos dispositivos, instalados en la estación espacial en abril, pudieron trabajar juntos para detectar una explosión de rayos gamma, y significó que el telescopio NICER pudo observar el GRB 221009A tres horas después de su detección.
«Las futuras oportunidades podrían tener tiempos de respuesta de unos pocos minutos», dijo Zaven Arzoumanian, líder científico de NICER en el Centro de Vuelo Espacial Goddard en Greenbelt, Maryland, en un comunicado.