Viajar a EE.UU. será más caro: aumentan tarifas de la ESTA y otros permisos migratorios

Por Redacción
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El cambio más notable es el aumento del costo de la autorización conocida como ESTA (Sistema Electrónico de Autorización de Viaje), que pasó de 21 a 40 dólares, según un aviso publicado en el Registro Federal. El incremento se enmarca en una serie de ajustes de tarifas impulsados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y respaldados por la administración de Donald Trump.

La ESTA permite a los ciudadanos de los países incluidos en el programa viajar a Estados Unidos por un periodo máximo de 90 días sin necesidad de una visa. Aunque no otorga derecho a residir ni a trabajar en el país, la autorización es válida por dos años a partir de su aprobación —o hasta la fecha de vencimiento del pasaporte, lo que ocurra primero—.

“Su autorización ESTA es generalmente válida para múltiples viajes durante un periodo de dos años”, informó la CBP en su comunicado. “Si expira mientras se encuentra en Estados Unidos, no afectará su salida”.

Esto significa que quienes ya cuenten con una ESTA aprobada antes del aumento podrán seguir utilizándola hasta que venza, mientras que los solicitantes nuevos deberán pagar la tarifa ajustada.

El aumento en el costo de la ESTA forma parte de un paquete más amplio de ajustes aprobado en la ley pública HR-1, conocida por la administración de Trump como “One Big Beautiful Bill Act”. En el mismo marco, el expresidente firmó dos decretos que crean la llamada “Tarjeta Dorada Trump” y establecen una tarifa de 100,000 dólares para las visas H-1B, utilizadas por trabajadores extranjeros altamente calificados.

La justificación de los incrementos, según el Registro Federal, es la necesidad de alinear las tarifas con el Índice de Precios al Consumidor para Todos los Consumidores Urbanos. En la práctica, esto implica que cada año se revisarán y ajustarán los costos en función de la inflación.

El caso de Hungría ilustra cómo los criterios políticos también influyen en la aplicación de las normas. En 2023, la administración de Joe Biden redujo la validez de la ESTA para ciudadanos húngaros a un año. Sin embargo, hace unas semanas, el gobierno de Trump decidió restablecer el periodo a dos años, equiparándolo nuevamente al resto de países del programa.

Analistas señalan que la decisión de aumentar tarifas responde tanto a objetivos recaudatorios como a un mensaje político de endurecimiento en el control migratorio. En paralelo, el gobierno republicano ha impulsado medidas para restringir beneficios a migrantes y endurecer requisitos en diversas categorías de visas.

Además de la ESTA, otras tarifas comenzaron a aplicarse este martes, lo que afecta tanto a turistas como a migrantes temporales.

Los viajeros que ingresen a Estados Unidos por fronteras terrestres deberán pagar más por el formulario de Registro de Llegada/Salida I-94. El costo, que hasta ahora era de seis dólares, subió a 30 dólares.

Los ciudadanos chinos enfrentarán un nuevo cobro: una tarifa de inscripción de 30 dólares para el Sistema Electrónico de Actualización de Visas (EVUS), que deberán abonar antes de entrar al país.

Aún está pendiente la implementación de la llamada tarifa de integridad de visa (“visa integrity fee”), establecida en la ley HR-1. Se trata de un pago adicional de 250 dólares que se aplicará a solicitantes de visas de no inmigrante, incluyendo turistas, estudiantes y trabajadores temporales. La tarifa funcionará como un “depósito reembolsable”: quienes cumplan con las condiciones de su visa podrán pedir la devolución al término de su viaje.

En julio, el abogado de inmigración Steven A. Brown describió esta medida como un “depósito de garantía reembolsable” que busca incentivar el cumplimiento de los plazos de estancia. “En general, las tarifas de inmigración son para cubrir el costo de la adjudicación o emisión”, explicó Brown en declaraciones a CNN. “En este caso, la disposición de reembolso podría significar devolver todas las tarifas obtenidas, siempre que no haya violaciones de las condiciones migratorias”.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reconoció a principios de septiembre que la tarifa de integridad aún requería coordinación interinstitucional antes de ponerse en marcha. Este martes, un funcionario del Departamento de Estado reiteró que será el DHS quien implemente el cobro y que las actualizaciones se publicarán en el sitio oficial de viajes del gobierno, actualmente bajo la supervisión del senador Marco Rubio.

Para expertos en política migratoria, el impacto inmediato de los aumentos será financiero, pero a largo plazo podría influir en la forma en que viajeros y migrantes planean sus estancias.

“Es posible que el aumento no disuada a turistas de alto poder adquisitivo, pero sí afectará a quienes realizan viajes frecuentes o de corta duración”, señaló la analista de movilidad internacional Karen Abadía. “También podría representar un obstáculo para estudiantes y profesionales jóvenes que buscan programas temporales de intercambio o trabajo”.

Organizaciones de derechos civiles han criticado la medida por considerarla parte de un patrón de exclusión. “Doblar el costo de la ESTA en un contexto de inflación global significa restringir el acceso a quienes menos recursos tienen”, advirtió en un comunicado la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).

En tanto, legisladores demócratas han acusado a la administración de Trump de usar el sistema de tarifas como un mecanismo indirecto de restricción migratoria, mientras que aliados republicanos defienden la medida como necesaria para financiar la seguridad fronteriza y reducir la carga fiscal sobre los contribuyentes estadounidenses.

Lo cierto es que, a partir de ahora, millones de viajeros de más de 40 países deberán enfrentar costos más altos para ingresar a Estados Unidos, con la certeza de que las tarifas seguirán aumentando año tras año bajo el nuevo esquema indexado a la inflación.