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Las caja negra de un avión es una tecnología que ayuda a los investigadores a componer y verificar las causas de un accidente.
Aunque hay casos de vehículos especiales que ya las tienen, con la tecnología de la mano con las empresas automotrices, la caja negra de los autos para el consumidor ya son realidad.
Para probar el sistema, Volkswagen planea vender una “caja negra” en Austria, la cual tendrá como objetivo principal registrar viajes y seguimiento de la ubicación de un vehículo, y así medir la demanda europea de servicios de vehículos conectados vía satélite.
La caja llamada “Dibox”, permite al usuario acceder a los datos del vehículo a través de un teléfono inteligente, y está disponible tanto para los nuevos, como para modelos antiguos de VW, Audi y Porsche.
El dispositivo, que se conecta con el sistema electrónico del auto, tendrá un costo de $350 dólares, además de una cuota de suscripción anual de $60.
Volkswagen y BMW ya se encuentran entre los fabricantes que tienen enlaces inalámbricos para automóviles en desarrollo, los cuales permiten añadir características que advierten a otros vehículos de los atascos de tráfico y en última instancia, facilitar la conducción autónoma.
Los reguladores también están apoyando la difusión de la tecnología, y con la Unión Europea planean exigir que los vehículos nuevos estarán equipados con un sistema que avisa automáticamente a los servicios de emergencia después que se da un accidente grave.
Volkswagen tiene previsto ampliar el servicio a otros mercados europeos, y no descarta trasladarlo a Norteamérica
“Una tendencia que seguramente se expandirá a Estados Unidos. Al ofrecer la ‘Dibox’ también para los vehículos más antiguos, estamos democratizando el auto conectado”, indicó Alain Favey, el jefe de Porsche.
Según un portavoz de Volkswagen, el fabricante tiene un objetivo de venta de 6 mil ‘DiBoxes’ para este año y finalmente ofrecer el dispositivo a otras marcas.
Junto con Telekom Austria AG, que suministra parte de la tecnología,.
Para los que no la conocen, se denomina caja negra o registrador de vuelo al dispositivo que, principalmente en las aeronaves, barcos, locomotoras de trenes y vehículos especiales y que registra la actividad de los instrumentos y las conversaciones en la cabina.
Su función es almacenar datos que, en caso de un accidente, permitan analizar lo ocurrido en los momentos previos.
Los primeros registradores de vuelo se empezaron a usar a finales de los años 1950 y se les llamó “cajas negras”, denominación que perduró incluso después de que se pintasen de color naranja, esto para facilitar su localización tras un accidente.
El término de “cajas negras” también corresponde como “día negro”, debido a que en el momento en que se requieren las cajas negras para realizar una investigación, es porque ha sucedido un accidente de graves consecuencias.