Por Agencias
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La incertidumbre sigue a tope para cerca de 800 mil jóvenes que están en la cuerda floja por la indecisión del gobierno de Donald Trump de mantener o no el programa de Acción Diferida.
El Gobierno está evaluando el futuro del DACA destinado a frenar la deportación de los jóvenes indocumentados que llegaron de niños, aunque todavía no ha tomado una decisión final, según indicó a Efe un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional.
Ese portavoz explicó que “continúa la revisión” del plan promulgado por el ex presidente Barack Obama, pero que “no se ha tomado ninguna decisión”.
Durante la campaña electoral, Trump, prometió acabar con ese plan, aunque posteriormente reconoció que ese “es uno de los temas más difíciles” con los que se enfrenta en su Presidencia y aseguró que lo encarará “con corazón”, sin dar más detalles.
En las últimas horas, medios locales informaron de que altos cargos del Gobierno, como la secretaria en funciones del Departamento de Seguridad Nacional, Elaine Duke, han mantenido reuniones para debatir sobre el futuro de DACA y que el propio Trump está estudiando acabarlo.
La cadena ABC aseguró que la decisión sobre DACA podría ser anunciada “tan pronto como la próxima semana”.
Trump podría acabar con DACA en cualquier momento con una orden ejecutiva, el mismo mecanismo que Obama usó para promulgar el plan en 2012 y que tiene carácter temporal, pues el Congreso es el único que tiene capacidad para aprobar una ley y cambiar el sistema migratorio.
Si Trump decide acabar con DACA, una de las grandes incógnitas es si el Gobierno ordenará la deportación de los 800 mil beneficiados.
Estos, gracias al programa han podido frenar su expulsión, obtener una licencia de conducir y un permiso de trabajo.
La Casa Blanca debe tomar una decisión sobre el plan migratorio antes del 5 de septiembre, momento en el que, si Trump no ha acabado con DACA, los fiscales de Texas y otros nueve estados conservadores interpondrán una demanda contra el Ejecutivo para acabar con el programa por la vía judicial.
El promotor de esta demanda es el fiscal texano, Ken Paxton, un opositor público del DACA y que ha pedido a Trump cumplir con su promesa electoral.
Un alto oficial del Departamento de Justicia, que habló bajo condición de anonimato, expresó a Efe que no ha habido ningún tipo de comunicación entre los estados conservadores y el Departamento de Justicia, que sería la rama del Gobierno encargada de enfrentarse a la demanda.
El Departamento de Justicia está encabezado por el fiscal general, Jeff Sessions, quien cuando era senador por Alabama se posicionó contra DACA en repetidas ocasiones.
Sin embargo, dentro del Gobierno de Trump también hay importantes voces que defienden DACA, como la del jefe de gabinete, John Kelly, quien como secretario de Seguridad Nacional mantuvo varias reuniones con congresistas latinos del Partido Demócrata para buscar una solución para los jóvenes indocumentados.
“Si Trump decide acabar con DACA, sería una señal de que acepta el consejo de las voces más extremistas de la Casa Blanca y que ha decidido apelar a los supremacistas blancos, en vez de tener el valor de liderar este momento”, opinó María Helena Hincapié, del Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes. ν
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