Una reparación la causa
Por Redacción[email protected]
Las autoridades egipcias reconocieron la semana pasada una restauración defectuosa de la barba de la milenaria máscara de Tutankamón, que se conserva en el Museo Egipcio de El Cairo. |
El hecho se dio después que ésta se despegara el pasado mes de agosto tras un accidente.
En una rueda de prensa celebrada en una sala aledaña al museo, el ministro egipcio de Antigüedades, Mamduh al Damati, y el restaurador alemán Christian Eckmann reconocieron el daño causado a la figura, aunque le restaron gravedad.
Eckmann precisó que el deterioro, ocasionado por una resina «epoxy» que se utilizó para adherir de nuevo la barba al rostro, “puede ser reversible”.
“Los restauradores, usaron un material conocido como irreversible, pero en realidad no lo es en el sentido original de la palabra. Es difícil de revertir. Es una operación importante, pero puede hacerse”, indicó Eckmann en declaraciones a varios periodistas.
El experto, que colabora con las autoridades egipcias, subrayó que la máscara “podría haberse restaurado mejor de lo que se hizo”, sin embargo, defendió el material utilizado para volver a pegar la barba, la resina epoxi,, en su opinión, suele ser habitual en ciertos casos, pese a que se debatía sobre su uso.
“Es la ejecución lo que no se hizo de la mejor manera y es obvio si se ve la máscara, así que yo sugeriría hacerlo de nuevo”, añadió Eckmann.
Para ello se ha instaurado un comité de expertos que se ocupará de los nuevas restauraciones.
Hace dos días, en declaraciones al diario egipcio “Al Ahram Online”, Al Damati explicó que la barba estaba fijada y no podía ser desplazada.
Además, el director del museo, Mahmud el Halwayi, negó las acusaciones sobre el daño y afirmó al periódico que la figura estaba “sana y salva” y que no le ocurrió nada desde que asumió su puesto el pasado mes de octubre.
El accidente que despegó la barba del rostro tuvo lugar en agosto de 2014 durante unas obras realizadas para cambiar la iluminación del museo, según reconocieron Al Damati y Eckmann.
Se intentó pegar en un primer momento con otro adhesivo pero, al no funcionar, los restauradores del “Museo Egipcio de El Cairo” se decantaron por la resina “epoxi”.
Para finalizar, Eckmann dijo que la barba llevaba adherida a la figura de Tutankamón desde 1944, 22 años después de que la máscara fuera hallada por el arqueólogo Howard Carter con la perilla separada del rostro. n