Por Max Vásquez
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Una dieta restringida o ayuno, podría ayudar al sistema inmunológico a combatir el cáncer y otras enfermedades graves, lo reveló un reciente estudio la semana pasada.
Un nuevo estudio en ratones, demostró que el ayuno reprograma eficazmente el metabolismo de glóbulos blancos específicos encargados de matar tumores.
Un equipo internacional de expertos dirigido por investigadores del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering de Nueva York, examinó los glóbulos blancos llamados células asesinas naturales (o células NK) en los animales.
El sistema inmunológico utiliza estas células para enfrentar amenazas al cuerpo, incluidos el cáncer y los virus.
A diferencia de las células T que buscan antígenos, las células NK pueden destruir amenazas que no habían encontrado antes, cuanto más pueda el cuerpo dirigir estas células inmunitarias hacía un tumor, mayores serán las posibilidades de supervivencia.
Sin embargo, las células NK operan bajo mucho estrés cuando están cerca del cáncer.
«Los tumores tienen mucha hambre», afirma el inmunólogo Joseph Sun, del Memorial Sloan Kettering Cancer Center.
Sun indica que los tumores toman nutrientes esenciales, creando un ambiente hostil, a menudo rico en lípidos que son perjudiciales para la mayoría de las células inmunes.
«Lo que mostramos aquí es que el ayuno reprograma estas células asesinas naturales para sobrevivir mejor en este ambiente de supresión».
Así, los investigadores sometieron a ratones inyectados con células tumorales a una dieta en la que podían comer libremente, además de dos períodos de ayuno de 24 horas de solo agua cada semana.
Como era de esperar, no hubo pérdida de peso en general, pero sí caídas en los niveles de glucosa en sangre, lo que provocó un aumento de los ácidos grasos libres que las células NK utilizan como fuente de energía alternativa.
Lo más importante es que las células NK del interior de los ratones se adaptaron y utilizaron ácidos grasos libres en lugar de glucosa como energía.
Era como si estuvieran recibiendo refuerzos o mejor entrenamiento contra el cáncer mediante la producción adicional de citocinas, las proteínas que le indican al sistema inmunológico que haga su trabajo.
Es más, las células NK se redistribuyeron por todo el cuerpo, y muchas llegaron a la médula ósea, donde estuvieron expuestos a altos niveles de interleucina-12: esta proteína desencadena una reacción biológica que ayuda aún más a combatir el cáncer.
«Con ambos mecanismos juntos, encontramos que las células NK están preparadas previamente para producir más citoquinas dentro del tumor», asegura la inmunóloga Rebecca Delconte del Memorial Sloan Kettering Cancer Center.
«Y con la reprogramación metabólica, son más capaces de sobrevivir en el entorno del tumor y se especializan para tener propiedades anticancerígenas mejoradas», recalcó Delconte.
Los autores del estudio desean enfatizar que no se debe iniciar ningún régimen de ayuno sin consultar primero a un médico, “ya que loque es saludable para un individuo puede no serlo para otr@”.
En cuanto a esta investigación, aún es temprana y debe verificarse en humanos. Quedan una serie de preguntas por responder, como si todas las células NK pasan por el mismo reentrenamiento a lo largo de su vida.
«Ésa es la pregunta del millón», dice Sun. «Y uno que apenas hemos comenzado a responder utilizando las técnicas de etiquetado celular que utilizamos en este estudio».