Por Agencias
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo chino Xi Jinping están explorando la posibilidad de sostener una reunión en persona, dijo el jueves un alto funcionario del gobierno estadounidense después que los dos gobernantes pasaron más de dos horas hablando sobre el futuro de su complicada relación, con las tensiones sobre Taiwán nuevamente como foco de tensión.
El funcionario declinó ser identificado para poder hablar de una conversación privada.
Biden realizó la llamada telefónica desde la Casa Blanca, acompañado por importantes colaboradores, como el secretario de Estado, Antony Blinken.
Cuando Biden era vicepresidente, se pasó horas con Xi en Estados Unidos y China, una experiencia que menciona a menudo al hablar de las oportunidades de los dos países para conflicto y cooperación.
No obstante, no se han reunido en persona desde que Biden asumió la presidencia el año pasado.
Una fuente persistente de tensiones es Taiwán, que se ha gobernado independientemente durante décadas, pero que China reclama como parte de su territorio, algo enfatizado el jueves por Xi.
“Los que juegan con fuego mueren por él”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores después de la llamada con Biden. “Cabe esperar que Estados Unidos lo vea con claridad”.
La Casa Blanca dio a conocer su propia transcripción de la conversación sobre Taiwán, diciendo que Biden “reiteró que la política de Estados Unidos no ha cambiado y que Estados Unidos se opone enérgicamente a intentos unilaterales de cambiar el statu quo o socavar la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán”.
El objetivo de la llamada, que comenzó a las 8:33 a.m., hora del este de Estados Unidos, y terminó a las 10:50 a.m., fue “manejar responsablemente nuestras diferencias y trabajar juntos donde nuestros intereses están alineados”, dijo la Casa Blanca.
Como siempre, China no dejó en duda que considera a Estados Unidos responsable del deterioro de las relaciones entre los dos países.
“El presidente Xi destacó que enfocar y definir las relaciones China-EEUU en términos de competencia estratégica y ver a China como el principal rival y el reto más grave a largo plazo sería un error de percepción de las relaciones China-EEUU y una interpretación errónea del desarrollo de China, y engañaría a los pueblos de los dos países y a la comunidad internacional”, dijo la cancillería.
Biden intenta encontrar nuevas vías para colaborar con China y, al mismo tiempo, contener su influencia en el mundo.
Las distintas visiones sobre salud global, política económica y derechos humanos han puesto a prueba la relación, y la negativa de China a condenar la invasión rusa de Ucrania ha sido un factor adicional de tensión.
El factor más reciente ha sido la potencial visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán, que tiene un gobierno democrático y recibe informalmente apoyo de defensa de Estados Unidos.
Beijing ha dicho que consideraría ese viaje una provocación, una amenaza que las autoridades en Washington consideran con seriedad acentuada en vista de la guerra rusa en Ucrania.
Pelosi sería la funcionaria electa de mayor jerarquía que viaja a Taiwán desde que el republicano Newt Gingrich lo hizo en 1997 cuando presidía la cámara. Biden dijo a la prensa la semana pasada que el mando militar considera que el viaje en este momento “no es una buena idea”.