Por Redacción
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El último derbi madrileño dejó mucho más que el marcador en el Estadio Metropolitano. Las estadísticas revelaron una diferencia llamativa en la intensidad física: mientras los jugadores del Atlético de Madrid corrieron, en promedio, 9,6 kilómetros, los del Real Madrid apenas alcanzaron los 7,8. La brecha de 1,8 kilómetros entre ambos equipos encendió las alarmas dentro del vestuario blanco y desató un debate sobre la actitud, la intensidad y lo que significa competir en un clásico de tal magnitud.
Las cifras, recopiladas por los sistemas de monitoreo físico empleados en LaLiga, mostraron un contraste inusual para un partido entre dos de los clubes más poderosos del fútbol español. Aunque no siempre gana el que más corre, los datos de este encuentro reflejan algo más profundo que simples estadísticas de resistencia. Para muchos analistas, se trata de una radiografía del compromiso y la entrega con la que se disputó el derbi.
Intensidad en números: cinco colchoneros superaron al mejor del Madrid
La estadística fue aún más dura cuando se revisaron los rendimientos individuales. Cinco jugadores del Atlético de Madrid superaron en kilómetros recorridos al futbolista del Real Madrid que más se esforzó. Koke lideró la lista con 12,6 kilómetros, seguido de Giuliano con 11,2, Pablo Barrios con 11,1, Nico González con 10,5 y Julián Álvarez con 10,3.
En contraste, Federico Valverde fue el jugador blanco que más corrió, con 10,03 kilómetros, quedando detrás de todos los mencionados. Esa diferencia refleja no solo una cuestión de capacidad física, sino un contraste en intensidad y actitud sobre el terreno de juego.
Expertos en preparación física coinciden en que lo habitual en un futbolista de élite es recorrer cerca de 10 kilómetros por partido. En ese sentido, el Atlético se mantuvo dentro del estándar, mientras que el Real Madrid quedó muy por debajo de la media. La conclusión es clara: los colchoneros hicieron lo normal, y fueron los madridistas quienes no alcanzaron el nivel esperado.
El propio vestuario blanco reconoció el déficit. Jugadores y cuerpo técnico coincidieron en que la falta de intensidad fue determinante, especialmente en un partido de rivalidad directa que suele jugarse con el máximo esfuerzo.
El mensaje de la plantilla y de Xabi Alonso: actitud no se negocia

Después del encuentro, las reflexiones no se hicieron esperar. Valverde, segundo capitán del Real Madrid, se refirió de manera reiterada a la palabra “actitud”. En la rueda de prensa, el uruguayo la mencionó en cuatro ocasiones y fue contundente: “Podemos fallar en muchas cosas, pero la actitud no se negocia”.
El mediocampista expresó su desconcierto por la falta de intensidad en un partido de la magnitud de un derbi: “¿Cómo un jugador de élite, en un derbi, puede salir sin la actitud necesaria? Son partidos que no hacen falta ni gritar en el vestuario para motivarse. Eso no puede ocurrir. La actitud es lo primero para demostrar que queremos ganar”.
Sus palabras reflejaron el malestar general en el grupo, que ya ha mantenido conversaciones internas para tratar de corregir lo sucedido. Valverde reconoció que el equipo salió en la segunda parte “como si el empate nos sirviera”, un error que terminó pasando factura.
El entrenador Xabi Alonso fue aún más directo en su análisis. En declaraciones tras el partido, señaló: “Lo que más me ha preocupado es que nos haya faltado intensidad”. Y aunque en días posteriores intentó pasar página, dejó una frase que sigue resonando en la afición: “No competimos bien”.
Ese diagnóstico plantea preguntas incómodas para el club blanco: ¿se trató de un problema puntual o de una tendencia que amenaza el rendimiento del equipo en la temporada? Para algunos analistas, lo ocurrido en el Metropolitano debe servir como advertencia de que la excelencia competitiva requiere no solo calidad técnica, sino también esfuerzo físico y mental.
Más allá del marcador: un espejo competitivo
La diferencia de kilómetros recorridos en el derbi no es solo un dato estadístico. Es, según especialistas en psicología deportiva, un indicador de la predisposición con la que cada equipo afrontó el partido. Mientras el Atlético impuso un juego explosivo y agresivo, el Real Madrid mostró un enfoque más contemplativo que se tradujo en menor esfuerzo físico.
En el fútbol moderno, la intensidad es considerada una de las claves del éxito. La capacidad de presionar, de recuperar balones y de mantener un ritmo alto durante los 90 minutos suele marcar la diferencia entre ganar y perder. Aunque el talento individual de los jugadores puede definir momentos, la falta de compromiso colectivo termina por evidenciarse en duelos de máxima exigencia.
El episodio dejó una enseñanza que tanto la plantilla como el cuerpo técnico del Real Madrid deberán asimilar: no todo es correr, pero cuando las diferencias son tan grandes, se convierten en un síntoma de un problema mayor.
