Casi dos años después de la prohibición al aborto luego de 6 semanas de embarazo en Texas, más bebés están muriendo

Por Agencias
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Las restricciones al aborto en Texas, de las más estrictas del país, podrían estar impulsando un repentino repunte de la mortalidad infantil, ya que las mujeres se ven obligadas a llevar a término embarazos inviables.

Unos 2.200 bebés murieron en Texas en 2022, un aumento de 227 muertes, o un 11,5%, respecto al año anterior, según datos preliminares de mortalidad infantil del Departamento Estatal de Servicios de Salud que se obtuvo a través de una solicitud de registros públicos. Las muertes infantiles causadas por defectos genéticos y congénitos graves aumentaron un 21,6%. Ese repunte revirtió un descenso de casi una década. Entre 2014 y 2021, las muertes infantiles habían caído casi un 15%.

En 2021, Texas prohibió los abortos después de las seis semanas de embarazo. Cuando la Corte Suprema anuló el derecho federal al aborto el verano boreal siguiente, una ley en el estado prohibió todos los abortos que no fueran los destinados a proteger la vida de la madre.

El aumento de muertes podría explicarse en parte por el hecho de que en Texas nacen más bebés. Un informe reciente descubrió que en los últimos nueve meses de 2022, el estado registró casi 10.000 nacimientos más de lo esperado antes de su prohibición del aborto, un aumento estimado del 3%.

Pero múltiples ginecobstetras que se enfocan en embarazos de alto riesgo le dijeron que las estrictas leyes de aborto de Texas probablemente contribuyeron al repunte en las muertes infantiles.

«Todos sabíamos que la tasa de mortalidad infantil aumentaría, porque muchas de estas interrupciones se debían a embarazos que no se convierten en niños sanos», dijo la Dra. Erika Werner, presidenta de Obstetricia y Ginecología del Centro Médico Tufts. «Es exactamente lo que nos preocupaba a todos».

La cuestión de obligar a las mujeres a continuar embarazos terminales y a menudo de alto riesgo es el núcleo de una demanda presentada por el Center for Reproductive Rights por la que varias mujeres, que sufrieron embarazos difíciles o muertes infantiles poco después de dar a luz, testificarán en el tribunal del condado de Travis esta semana.

Antes de las recientes restricciones del aborto, Texas prohibía el procedimiento después de las 20 semanas. Esta ley daba a los padres más tiempo para conocer información crucial sobre la formación del cerebro y el desarrollo de los órganos del feto, que los médicos empiezan a comprobar en torno a las 15 semanas.

Samantha Casiano, que es parte de la demanda presentada contra Texas, desearía haber tenido más tiempo para tomar la decisión.

«Si hubiera podido abortar con ese tiempo, creo que habría significado mucho para mí porque mi hija no habría sufrido», dijo Casiano tras testificar este miércoles.

“No tienes opciones”

Cuando Casiano estaba embarazada de 20 semanas, un escáner rutinario le dio una noticia devastadora: su bebé nacería muerto o moriría poco después de nacer.

El feto tenía anencefalia, un raro defecto congénito que impide que el cerebro y el cráneo se desarrollen durante el embarazo. Los bebés con esta anomalía suelen nacer muertos, aunque a veces viven unas horas o unos días. Muchas mujeres de todo el país que se enfrentan a esta posibilidad optan por el aborto, según explicaron dos ginecobstetras.

Pero Casiano vivía en Texas, donde los legisladores estatales habían prohibido recientemente la mayoría de los abortos después de las seis semanas de embarazo. No podía permitirse viajar fuera del estado para someterse a la intervención.

«No tienes opciones. Tendrás que seguir adelante con tu embarazo», le dijo el médico de Casiano, según afirma en la demanda.

En marzo, Casiano dio a luz a su hija Halo. Tras cuatro horas jadeando, la bebé murió, según declaró Casiano este miércoles.

«Lo único que podía hacer era luchar para intentar tomar aire. Tuve que ver cómo mi hija pasaba del rosa al rojo y al morado. De estar caliente a fría», dijo Casiano. «No paraba de decirme a mí misma y a mi bebé que siento mucho que le haya tenido que pasar esto».

Casiano y otras 14 personas, entre ellas dos médicos, son demandantes en el juicio. Alegan que la prohibición del aborto les ha negado a ellos o a sus pacientes el acceso a la atención obstétrica necesaria. Los demandantes piden a los tribunales que aclaren cuándo pueden los médicos hacer excepciones médicas a la prohibición estatal.

Casiano y otras dos demandantes declararon este miércoles que esperaban dar a luz a bebés sanos, pero se enteraron de que sus vidas o sus embarazos corrían peligro.

«Se suponía que iba a ser un día de exploración», dijo Casiano al tribunal. «Escaló hasta que me enteré que mi hija iba a morir».

Los abogados que representan al estado argumentaron este miércoles que los médicos de los demandantes eran los culpables, diciendo que malinterpretaron la ley y no proporcionaron la atención adecuada para embarazos de tan alto riesgo.

«Los demandantes no aportarán ni pueden aportar ninguna prueba de que algún proveedor médico del estado de Texas ha sido procesado o sancionado de otro modo por la realización de un aborto utilizando la exención médica de urgencia», dijo un abogado durante el alegato inicial del estado.

Kylie Beaton, otra demandante, también tuvo que ver morir a su bebé. Beaton, que no testificó esta semana, se enteró durante una exploración a las 20 semanas de que algo iba mal en el cerebro de su bebé, según la demanda.

El médico diagnosticó al feto holoprosencefalia alobar, una condición en la que los dos hemisferios cerebrales no se dividen correctamente. Los bebés con esta afección suelen nacer muertos o morir poco después de nacer.

El médico de Beaton le dijo que no podía practicarle un aborto a menos que ella estuviera gravemente enferma o el corazón del feto se parara. Beaton y su marido intentaron abortar fuera del estado. Sin embargo, la cabeza del feto estaba agrandada debido a su condición, y la única clínica dispuesta a practicar el aborto cobraba hasta US$ 15.000. Beaton y su marido no podían permitírselo.

Beaton dio a luz a un hijo al que llamó Grant. Según la demanda, el bebé lloraba constantemente, no comía y no podían sostenerlo en posición vertical por miedo a que le presionaran demasiado la cabeza. Cuatro días después, Grant murió.

Mortalidad materna

Los expertos afirman que la prohibición del aborto en estados como Texas conlleva un mayor riesgo tanto para los bebés como para las madres.

La mortalidad materna es desde hace tiempo una de las principales preocupaciones de médicos y activistas de los derechos de la salud. Incluso antes de la decisión de la Corte Suprema, Estados Unidos tenía la tasa de mortalidad materna más alta entre las naciones ricas, según un estudio.

Amanda Zurawski, demandante principal en el caso, declaró este miércoles que se le rompió la fuente a las 18 semanas de embarazo, lo que la exponía a un alto riesgo de infección potencialmente mortal. El bebé de Zurawski probablemente no sobreviviría.

Pero el feto aún tenía latido, por lo que los médicos dijeron que no podían interrumpir el embarazo. Solo se le practicó un aborto de urgencia cuando su estado empeoró y entró en shock séptico.

Zurawski describió durante la audiencia del miércoles cómo su familia visitó el hospital temiendo que sería la última vez que la verían. Zurawski ha argumentado que si hubiera podido abortar, su vida no habría corrido el mismo peligro.

«Culpo a las personas que apoyan estas prohibiciones», dijo Zurawski.

Zurawski dijo anteriormente que el lenguaje de las leyes de aborto de Texas es «increíblemente vago, y deja a los médicos lidiando con lo que pueden y no pueden hacer, qué atención médica pueden y no pueden proporcionar».

El embarazo es peligroso, y obligar a una mujer a llevar a término un embarazo no viable es innecesariamente arriesgado cuando está claro que el bebé no sobrevivirá, argumentó la Dra. Mae-Lan Winchester, especialista en medicina maternofetal de Ohio.

«El embarazo es una de las cosas más peligrosas por las que puede pasar una persona», afirma Winchester.

«Someterte a ese riesgo sin el beneficio de llevarte un bebé a casa al final, es… arriesgar la morbilidad y mortalidad materna para nada».