Celebrando navidad: espíritus latinos que brillan

POR-PORTADA-120915-2WEBPor Consuelo Martinez
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Dicen que “como es adentro, es afuera…” y esto es verdad cuando llega diciembre y revive ese espíritu navideño que contagia, sensibiliza los corazones e invita a expresar el amor regalando, decorando y llenando de luces el entorno.

Es por esto que El Latino Costa Central fue en busca de residentes locales con raíces latinas que mantienen intacto ese espíritu de amor y que ponen brillo, color, calor y mucha ilusión a la navidad, en tanto la ciudad, la nación y el mundo entero se prepara para los múltiples eventos de este tan especial mes.    

Eva, hoy de ha mantenido intacto ese espíritu positivo a pesar de haber crecido sin su padre./CLARA MARTINEZ
Eva, hoy de ha mantenido intacto ese espíritu positivo a pesar de haber crecido sin su padre./CLARA MARTINEZ

LA MAGIA DEL AMOR

Comenzando diciembre  se ve, se siente y hasta huele a  navidad en el interior del hogar de Eva Medina, quien se esmera cada año por adornar y revivir la magia de esta celebración como “desde niña deseaba”.

Eva dice que su esposo Javier, un talentoso músico local, también desde pequeño anhelaba tener un lindo árbol navideño y es él quien le inyecta toda esa energía y positivismo todo el tiempo.

“Hoy mi esposo me dijo ‘viene  navidad’ y prendió canciones. Desayunamos con canciones de navidad y le dije ‘me encanta eso de ti,  la inyección perfecta para seguir con mi magia’”, indica la esposa y madre.

La misma magia que estuvo presente cuando ambos se conocieron en un paseo de 3 días con más personas al Gran Cañón, donde ni conversaron ni  intercambiaron números telefónicos, pero a Eva ese hombre que ahora es su esposo, le pareció muy encantador mientras que “él la habría ignorado por completo”.

Un día ella recibió una llamada y no sabe por qué, pero intuyó que era él: “¿Cómo estás Javier?”- ¿Cómo supiste…?” le pregunto Javier, a lo que Eva le contesto: “¡Intuición de mujer!”.

Así habría sido el comienzo de una sólida historia de amor y hoy conforman una feliz familia con tres hijos: Nataly de 22, Alejandro de 20 y Diego de 15 años, más dos nietos pequeños. “Cuando algo es para ti, es para ti y la vida y Dios ponen todas las cosas en su lugar,” comenta convencida.

Eva, quien es la menor de 3 hermanos y llegó desde Sinaloa, Mazatlán, allá por 1990 con uno de sus hermanos con el propósito de estudiar inglés, dice que para navidad celebran con una cena “Lo típico de nosotros es hacer tamales, champurrado, buñuelos, más un pollo a la naranja riquísimo que hace mi suegra”, confiesa.

Así,  con Javier, y según palabras de Eva “su mejor regalo y el mejor padre que pudo darme a mis hijos,”  vuelven a ser niños y ambos sienten satisfacción viendo las luces y las expresiones de alegría de sus hijos y nietos.

Así, cada año se juntan como unas 15 personas  en su casa y no dudan en invitar a alguien si saben que va a estar sólo, pues ella considera que también es compartir con gente que necesita un abrazo, un plato de comida o el calor de una familia.

Por otra parte, se le quiebra la voz y lágrimas vienen a sus ojos recordando sus navidades siendo una niña y aunque veía que sus primas recibir muchos regalos, siempre se alegraba por ellas .

“Yo no podía pedir más porque lo que yo recibía es lo que mi madre me podía dar. Si me dejaba una bolsita de nueces con dulces, para mí era la navidad perfecta. Porque recibía, había algo; pero, yo sabía que mi madre tenía que trabajar mucho y para mí era un tesoro recibir esa bolsita de dulce.” 

Eva, hoy de  ha mantenido intacto ese espíritu positivo a pesar de haber crecido sin el padre, quien les abandonó cuando ella nació.

“Mi magia nunca la perdí y yo siempre decía que si llegaba a ser madre yo querría que mis hijos crecieran con esa misma magia”.

Por eso aunque se diga lo contrario, ella siempre dejó que sus niños creyeran en Santa Claus.

“Es como cuando vas a Disneylandia y ves a Mickey Mouse y sabes que detrás de ese forro es una persona, pero te hace feliz. Te arranca una sonrisa que es lo que necesitamos todos ahorita. No importa la fecha pero más en navidad hay que enfocarnos en ese tipo de cosa”, comparte.

Eva, quien trabajó por varios años en el programa educativo “Hippy” ayudando a las nuevas generaciones, recalca que esta época le encanta y se le hace muy cortito el mes de diciembre, por lo que le gusta que sus hijos.

“Tengan mucha luz, mucha magia y sientan ese característico olor a pino natural de su esplendoroso árbol navideño”.

Marina Patiño, no duda en hacer el bien “sin mirar a quién” igual que su madre, especialmente durante estos días de Navidad./CLARA MARTINEZ
Marina Patiño, no duda en hacer el bien “sin mirar a quién” igual que su madre, especialmente durante estos días de Navidad./CLARA MARTINEZ

AMOR TODO EL AÑO

Marina Patiño, no duda en hacer el bien “sin mirar a quién” igual que su madre.

Un amor que ella practica todo el año pero en diciembre va acompañado de luces, regalos y muchos adornos en su hogar.

“Llegando noviembre, cerca de diciembre empezamos a arreglar todo; o sea a sacar cosas y a  acomodar. Ya para el día 25 de diciembre nos reunimos en la casa de mi hija y en la mañana vamos a misa. En México era diferente, no más se desvelaba uno en la misa de gallo que era a las 12 de la noche. Ya en la noche te ibas a dormir a esperar a ver que te había traído el niño Jesús”

Así empieza su relato Marina, quien dice que “es de un ranchito de Jalisco” pero se crió en diferentes pueblos.

“O sea, que soy de Santa María y de todo el mundo”, ríe con ganas.

Y cuenta que llegó a los 16 años con sus dos hermanos a trabajar.

“Con una mano atrás y otra adelante bien chiquillos”, como ella dice hoy a sus 71 años, rodeada de adornos desde su casa en Goleta y quien formó una feliz y próspera familia de 3 hijas, 1 hijo y 6 nietos.

“Es que vienes a este país y te acostumbras a ver las casas tan arregladas”, dice con naturalidad, entre muñecos de distintos tamaños vestidos de Santa Claus, venados, velas, ángeles, el nacimiento,  la Virgen de Guadalupe, “la reina del hogar” y hasta tiene listo los regalos para todos.   

“Ahora dije no voy a llevar tanta caja porque se llena la sala de mi hija, pues, ella tiene una casa muy grande en Oxnard. Tiene un árbol a la entrada, otro en la sala y se llenan de regalos. La familia de ella es muy grande también”, relata Marina.

Según esta comunicativa madre y abuela, el espíritu de navidad viene de los abuelos y bisabuelos.

“Se usaban los tamales, el pozole, las enchiladas, todo lo típico de México en ese tiempo. Aquí, mi esposo y mis hijas hacen tamales, jamón y a veces hacen pozole o menudo para el siguiente día en la mañana.”

También recuerda nostálgica lo bonito que eran los concursos de nacimientos en México y muy inspirada enumera: “les hacen puentes, lagos, zapatos y el pesebre con su burro, su vaca, sus ángeles. Mi suegra era muy buena para eso. Ella adornaba un cuarto entero con el nacimiento con puras cosas típicas mexicanas”.

Marina, sin embargo, también participa de las festividades navideñas de la Iglesia San Rafael y no espera navidad para ayudar a su prójimo; algo que aprendió de su madre quien sentía mucha compasión por todos y a todos ayudaba.

“Dicen que navidad es para regalar pero cuando se tiene necesidad ¿tú crees que se va a esperar hasta navidad para que les dés? Siempre debemos ayudar al que necesita”.

Según indica Ángel García, quien con su esposa Yolanda tienen dos hijos de 25 y 23 años y una nietecita llamada Sofía, hija del menor de ellos, “adornan durante el tiempo navideño por el gusto de ver su casa bonita”./CLARA MARTINEZ
Según indica Ángel García, quien con su esposa Yolanda tienen dos hijos de 25 y 23 años y una nietecita llamada Sofía, hija del menor de ellos, “adornan durante el tiempo navideño por el gusto de ver su casa bonita”./CLARA MARTINEZ

UNA CASA ILUMINADA

Se dice que el amor todo lo transforma y esto se ha hecho evidente en casa de la familia García en calle Chino en el Westside de la ciudad de Santa Bárbara, quienes tienen el frente maravillosamente decorado e iluminado.

Ángel García, el jefe de hogar, dice que ellos siempre han adornado su casa pero desde hace pocos a años ha sido más “Tenemos como tres años arreglándola de esta manera, antes no tanto”, comenta.

Según indica Ángel, quien con su esposa Yolanda tienen dos hijos de 25 y 23 años y una nietecita llamada Sofía, hija del menor de ellos, “adornan durante el tiempo navideño por el gusto de ver su casa bonita”.

Coincidencia o no Ángel cuenta ni se había dado que su nieta de 3 años y a quien adoran, ha sido, quizás el verdadero motivo de tanta inspiración.

“¡Sí, es verdad…! Entonces más creo que es por la niña que hemos estado adornando ahora así la casa, porque a ella le gusta mucho. Como que algo sucedió, ha sido una emoción nueva desde que ella nació”, comparte felizmente y sorprendido a la vez por descubrir tan significativa conexión.

En el decorado, realizado con buen gusto, armonía y equilibrio, y que montó con la ayuda de Ángel Jr., el mayor de sus hijos, se aprecian búhos (los cuales colecciona), aves, venados, ángeles, así como personajes de diferentes caricaturas como: la gatita “Kitty”, “Mickey” y “Mimi Mouse”, entre otras muchas figuras luminosas, que por largo tiempo ha ido adquiriendo.

Un muy atractivo espectáculo para vista de los transeúntes.

Angel, quien  trabaja en pintura, cuenta que llegó hace unos 30 años desde San Francisco del Rincón, Guanajuato, México. El viene de una familia de 12 hermanos, 4 mujeres y 8 hombres y conoció su esposa acá estudiando inglés.

Con la nostalgia y emotividad que sienten millones de inmigrantes en este país durante esta época, él recuerda sus navidades en México.

“Eran muy bonitas porque se reunía bastante familia. Íbamos al campo donde había un pino grande y cortábamos una rama y ésa era la que poníamos de árbol, o sea, natural pero cortábamos la rama de otro árbol para ponerla”.

En tanto, con igual entusiasmo, alaba la mano de su esposa a quien, según dice, le encanta la cocina y quien conciente a todos y con todo con deliciosos platillos para las fiestas de fin de año.

“Tamales, pozole, el ponche… lo que traiga ella en mente… de todo un poco, de todo hacemos”, finaliza contento y listo para recibir la navidad otro año más.