La proteína ha ganado mucha importancia en las redes sociales últimamente, y esa fama ha traído confusión en el papel que juega en el cuerpo y su importancia en nuestra dieta.
Por ejemplo, los atletas y fisiculturistas no son los únicos con requerimientos altos de proteína, como mucha gente piensa, pues personas mayores o con algunas condiciones médicas también pueden tener necesidades altas de este macronutriente.
Al mismo tiempo, es importante reseñar que no todo el mundo necesita alto consumo de proteína, pues su exceso puede traer problemas también.
Es necesario saber que es la proteína y su función en nuestro cuerpo para poder entender cuanta necesitamos consumir.
La proteína es uno de los tres principales macronutrientes, está compuesta de aminoácidos que a su vez están compuestos de diferentes átomos, pero todos contienen nitrógeno.
Esta, nos ayuda a construir y reparar el tejido de nuestro cuerpo, a nuestros músculos a contraerse, la sangre a coagularse, y a nuestros ojos a ver, también facilita reacciones químicas que nos defienden de infecciones.
Sin ella, nuestra piel, huesos y cabellos no tendrían estructura.
Las enzimas, ciertas hormonas, transporte de substancias, y anticuerpos también están hechos de proteína.
Nuestro cuerpo está constantemente sintetizando y catabolizando proteína para su utilización.
Es importante mantener un balance entre la proteína que consumimos y la que usamos, esto se llama balance de nitrógeno.
Para mantener este balance la cantidad diaria recomendada (RDA por sus siglas en inglés) es de 0.8 gramos de proteína por nuestro peso en kilogramos.
Esta es la cantidad mínima para sustentar nuestras necesidades de proteína básicas.
Pero nuestros requerimientos cambian dependiendo de nuestra actividad física, estado de salud, y edad. Por ejemplo, las personas mayores de 65 años tienen un requerimiento más alto de proteína alrededor de 1g a 1.2g por kilogramo.
Personas con infecciones y traumas o en diálisis, o simplemente atletas de fuerte intensidad también tienen un requerimiento aún más alto y puede variar de 1.2g a 2g/kg.
Sin embargo, algunas condiciones médicas pueden hacer que nuestro requerimiento diario de este nutriente se reduzca a menos de 0.8g/kg.
Cuando catabolizamos la proteína en nuestros cuerpos se produce amonio como desecho, la cual es toxica para nosotros y el hígado la transforma en urea, la cual expulsamos por la orina.
Pero tenemos un límite de cuanta amonia se puede transformar a urea, y si sobrepasamos ese límite podemos llegar a niveles tóxicos.
Suficientes estudios y data científica muestran que un consumo de proteína de 2.5g/kg sería el nivel más alto de tolerancia antes de ponernos en riesgo de desarrollar toxicidad.
Y no hay mucha data que apoye la teoría que más de esa cantidad de proteína va a traer ningún beneficio para nuestros músculos o síntesis de proteína.
Así, es importante consultar con su médico o dietista personal para para tener una mejor idea de tus requerimientos individuales.
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