Por Redacción
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Es oficial: la dieta cetogénica demostró ser eficaz para controlar la poliquistosis renal (PKD), eso fue lo que reveló el primer ensayo clínico controlado aleatorio de terapia metabólica cetogénica con personas que padecen la PDK.
«Estoy muy contento con los resultados de estos ensayos clínicos», recalcó el biólogo de la UCSB, Thomas Weimbs, cuyo laboratorio formó parte de una colaboración internacional para investigar el efecto de la respuesta de ayuno conocida como cetosis en los quistes que son el sello distintivo de la enfermedad.
«Ahora tenemos la primera evidencia en humanos de que a los quistes realmente no les gusta estar en cetosis y que no parecen crecer en ese ambiente”, explicó.
El estudio de los investigadores se publica en la revista Cell Reports Medicine.
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Para los pacientes con PKD, estos hallazgos representan una oportunidad para controlar una enfermedad genética que conduce a una afección progresiva, que causa dolor y les roba su calidad de vida, y que a menudo resulta en la necesidad de diálisis y trasplante de riñón, ya que los quistes destruyen los riñones su capacidad de filtrar y eliminar eficazmente las toxinas del cuerpo.
“Si tienes PKD, el dogma es que es una enfermedad genética y no importa lo que hagas, progresa hacia la insuficiencia renal y la dieta no hace ninguna diferencia, algo que lamentablemente se les dice a la mayoría de los pacientes hasta el día de hoy”, indicó Weimbs.
Esta creencia predominante fue lo que el Laboratorio Weimbs y sus colegas de varias instituciones de investigación en Alemania se propusieron desafiar con su ensayo.
El equipo de investigación alemán dirigido por el médico investigador Dr. Roman Müller de la Universidad de Colonia reclutó a un total de 65 pacientes con PKD y los dividió aleatoriamente en tres grupos.
Primero, un grupo de control que recibió asesoramiento de rutina sobre la PKD, luego otro grupo que se sometió a un estudio de tres días, que ayuno de agua todos los meses y un tercer grupo que siguió una dieta cetogénica baja en carbohidratos y alta en grasas.
Los pacientes fueron seguidos de cerca con extracciones de sangre y resonancias magnéticas.
Al final del período de prueba de tres meses, los investigadores encontraron que mientras que el grupo de control experimentó el crecimiento esperado en el tamaño de sus riñones, los riñones de los pacientes de la dieta cetogénica dejaron de crecer y parecieron mostrar una tendencia a encogerse un poco, aunque los científicos señalaron que la contracción durante el período de prueba de 90 días no alcanzó significación estadística.
La evidencia más sorprendente, sin embargo se presentó en forma de una mejora mensurable de la función renal en los pacientes que siguieron la dieta cetogénica, lo cual sí fue estadísticamente significativo.
“Para gran sorpresa de todos, la función renal mejoró con la dieta cetogénica. No es algo que uno esperaría, basándose en la creencia que la PKD es realmente algo que sólo puede empeorar con el tiempo”, comentó Weimbs.
La función renal se midió mediante la concentración de una proteína llamada cistatina C; concentraciones superiores a lo normal de esta proteína en la sangre indican un sistema de filtración fallido, síntoma que empeoró en el grupo de control.
Los pacientes calificaron la dieta cetogénica como “altamente manejable” durante el estudio, lo que indica una fuerte motivación y capacidad para controlar su condición únicamente a través de elecciones dietéticas.
“Los médicos a menudo suponen que sus pacientes no pueden seguir una dieta de todos modos, por lo que ni siquiera lo intentan. Claramente, esto no es cierto. Las personas con PKD están muy motivadas para hacer algo con respecto a su enfermedad”, afirmó el científico de la UCSB.
DIFERENTES TIPOS DE CETO
Sin embargo, según Weimbs, no existe una dieta cetogénica que se adapte a todos, por lo que para obtener lo mejor de su dieta, los pacientes con PKD deben consultar con sus médicos y nutricionistas, a medida que se alejan de las dietas estándar habituales cargadas de carbohidratos y azúcar que son omnipresentes en las sociedades industrializadas.
«Una dieta cetogénica simplemente significa muy pocos carbohidratos», señaló.
Weimbs indica que hay muchos objetivos de salud de esta dieta que es popular para bajar de peso, y aunque una versión popular de la dieta cetogénica contiene mucha carne, puede que no sea la mejor opción para todas las personas con enfermedad renal.
Así explica que hay disponibles dietas cetogénicas más centradas en legumbres, como la dieta Ren.Nu que fue desarrollada por Weimbs en colaboración con dietistas renales.