
Por Redacción
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Apenas una semana después de que el expresidente Donald Trump anunciara su intención de revertir las concesiones petroleras otorgadas a Venezuela, el gobierno de Estados Unidos revocó el martes la licencia que permitía a Chevron operar en el país sudamericano y estableció un plazo de 30 días para cesar sus actividades.
La medida se formalizó con la implementación de la Licencia 41A por parte del Departamento del Tesoro, en sustitución de la Licencia 41. Según el comunicado de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), Chevron —la única petrolera estadounidense con presencia en Venezuela— podrá operar solo hasta el 3 de abril de 2025, en el marco de un proceso de retiro progresivo.
Crisis política y cambio de estrategia en EE.UU.
Trump, quien busca la reelección en 2025, justificó la decisión al afirmar que su administración no permitirá que “el corrupto Joe Biden” beneficie al gobierno de Nicolás Maduro con acuerdos petroleros. A través de su red Truth Social, el exmandatario argumentó que Venezuela no ha cumplido con las condiciones electorales acordadas en 2022.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, respondió el miércoles calificando la medida como un intento de dañar la economía del país.
“Nosotros vamos a seguir produciendo, recuperándonos, creciendo, y nada ni nadie nos va a detener”, afirmó.
Chevron había retomado la exportación de crudo venezolano en 2022 bajo la Licencia 41, implementada por la administración de Biden como parte de un esfuerzo por flexibilizar sanciones a cambio de garantías electorales. Sin embargo, las controvertidas elecciones de julio de 2024, en las que el Consejo Nacional Electoral proclamó a Maduro sin presentar actas oficiales, tensaron el acuerdo. La oposición, encabezada por Edmundo González y María Corina Machado, aseguró haber ganado los comicios y presentó pruebas en su respaldo. En noviembre, el gobierno de EE.UU. reconoció a González como presidente electo.
Ante la escalada de protestas y detenciones de opositores en Venezuela, la Casa Blanca revisó su política de sanciones, en línea con la recomendación de expertos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). “Las condiciones en Venezuela han cambiado drásticamente desde julio de 2024. La política de sanciones de EE.UU. también debería ajustarse en consecuencia”, indicó el centro en un informe reciente.
Impacto económico y petrolero en Venezuela
La revocación de la licencia de Chevron representa un golpe para la economía venezolana, que depende en gran medida de la exportación de petróleo. Aunque EE.UU. fue un comprador clave del crudo venezolano en la década de 1990, las sanciones impuestas desde 2019 redujeron drásticamente las transacciones entre ambos países.
En 2022, la Licencia 41 permitió reanudar parcialmente el comercio, facilitando la exportación de aproximadamente 6 millones de barriles mensuales en 2024, equivalentes al 3.5% del total de petróleo importado por EE.UU.
Chevron ha desempeñado un papel clave en la producción venezolana, representando un cuarto del crudo extraído en el país. Su salida reducirá el flujo de dólares en el mercado cambiario y afectará la frágil recuperación económica de Venezuela, que ha mostrado signos de crecimiento desde 2022 tras años de hiperinflación y escasez.
Actualmente, EE.UU. es el segundo mayor comprador de petróleo venezolano, con una importación promedio de 239,000 barriles diarios en febrero de 2025, según datos citados por Reuters. China lidera con 503,000 barriles diarios, seguida por Europa (69,200) y la India (68,000).
Venezuela exportó un promedio de 934,465 barriles diarios en febrero a través de PDVSA y sus empresas mixtas. De ese total, Chevron exportó 252,000 barriles diarios a EE.UU. y otros mercados, cifra inferior a los 294,000 barriles registrados en enero.
Con la revocación de la licencia, Venezuela deberá redirigir su producción hacia otros compradores, en un contexto de incertidumbre económica y política.