Por Redacción
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El papa Francisco emitió el jueves su cuarta encíclica, en la cual denunció un mundo que parece haber “perdido el corazón” en medio de una época de creciente convulsión global.
En su mensaje, el pontífice destacó que las guerras, las desigualdades socioeconómicas, el consumismo desenfrenado y el uso deshumanizado de la tecnología están erosionando la humanidad.
El documento, titulado Dilexit Nos —que en latín significa “Nos amó”— fue publicado coincidiendo con el 350º aniversario de la primera aparición de Santa Margarita María Alacoque, quien promovió la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, símbolo del amor divino hacia la humanidad. Este vínculo espiritual sirve como base para la reflexión sobre el papel del amor en un mundo cada vez más dominado por intereses materiales.
La encíclica, de carácter social, invita a los fieles a reflexionar sobre el amor de Jesús en un contexto marcado por la pérdida de valores humanos fundamentales. Francisco lamenta que el consumismo y los algoritmos hayan desplazado a la humanidad del centro de las preocupaciones sociales. El pontífice ha hecho un llamado a la meditación y la introspección para contrarrestar estas tendencias.
El papa, que anteriormente ha emitido documentos como Laudato Si (2015), donde abordó el cuidado del medio ambiente desde una perspectiva ética y moral, ofrece en Dilexit Nos una crítica más amplia y profunda sobre el estado del mundo actual. En sus 350 páginas, publicadas en ocho idiomas, Francisco no se enfoca en un conflicto en particular, pero hace referencia a múltiples crisis globales, como la guerra en Ucrania y la violencia en Gaza, temas que ha mencionado con frecuencia en sus discursos y homilías.
A lo largo del texto, el líder de la Iglesia católica enfatiza la necesidad de sentir compasión por todos los afectados por los conflictos, independientemente de su bando. “No sentir como intolerable el sufrimiento de ambos lados en una guerra es un signo de un mundo que ha perdido el corazón”, escribe el pontífice. Francisco critica lo que él ve como la indiferencia de muchos países ante las guerras actuales, acusando a las potencias globales de complicidad o indiferencia frente al sufrimiento de las naciones en conflicto.
En particular, Francisco ha utilizado varios momentos de su papado para pedir oraciones por el “pueblo martirizado” de Ucrania y ha hablado recientemente sobre los “ataques inhumanos” en Gaza. En lo referente al conflicto en Oriente Medio, el papa ha mantenido una postura equilibrada, mencionando tanto a los rehenes israelíes que aún se encuentran en manos de Hamás como a los palestinos que sufren bajo los ataques.
El papa también advirtió sobre los peligros de las sociedades marcadas por el consumismo y el avance tecnológico. Según Francisco, estas fuerzas están sofocando la vida interior de las personas, atrapándolas en un ciclo de ritmo acelerado y ruido constante. En su encíclica, el papa expresa preocupación por el papel de los algoritmos en la vida moderna, señalando que estos han hecho que los pensamientos y las decisiones de las personas sean “más estándar de lo que creíamos”. Al ser fácilmente predecibles y manipulables, advierte que este fenómeno plantea una amenaza para la libertad individual y la capacidad de las personas de pensar de manera independiente.
Además, Francisco hace una crítica a la creciente influencia de la inteligencia artificial en la vida cotidiana. Si bien reconoce los avances tecnológicos, subraya que el futuro de la humanidad no puede depender únicamente de la tecnología. “No podemos olvidar que para salvar lo humano hacen falta la poesía y el amor”, afirma, sugiriendo que las experiencias humanas más profundas no pueden ser reemplazadas por máquinas o cálculos algorítmicos.
En un tono más esperanzador, el pontífice pide a los fieles y a toda la humanidad que vuelvan a enfocarse en el amor y la compasión como respuestas a los desafíos actuales. En un mundo cada vez más fragmentado, el papa Francisco sigue abogando por la unidad, la empatía y la responsabilidad compartida en la construcción de un futuro mejor.
Con Dilexit Nos, el papa Francisco continúa su legado de escribir encíclicas que abordan los problemas más apremiantes de la sociedad contemporánea, ofreciendo no solo una crítica moral, sino también una guía para aquellos que buscan un sentido más profundo en un mundo lleno de incertidumbre y conflictos.