Por Agencias
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El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, firmó una de las leyes contra el colectivo LGBTQ más duras del mundo, según declaró el portavoz del Parlamento, desafiando así la presión internacional.
El proyecto de ley incluye la pena de muerte por «homosexualidad agravada», que incluye las relaciones sexuales con un menor, mantener relaciones sexuales siendo seropositivo y el incesto.
El proyecto de ley penaliza la educación sexual sobre la comunidad gay e ilegaliza no denunciar a la policía a los que denomina autores de homosexualidad agravada. Exige la «rehabilitación» —una terapia de conversión ampliamente desacreditada— de los delincuentes homosexuales.
Museveni devolvió el proyecto de ley al Parlamento para que lo revisara a principios de año. La última versión se aprobó a principios de este mes.
El longevo presidente de Uganda ya se ha enfrentado a numerosas críticas de gobiernos occidentales, incluido el estadounidense, por esta ley.
Una ley homófoba similar fue anulada por los tribunales en 2014.
La presidenta del Parlamento, Anita Annet Among, celebró la firma del proyecto de ley, diciendo que el parlamento «respondió a los gritos de nuestro pueblo».
«Agradezco a su excelencia, el presidente, su firme actuación en interés de Uganda. Con mucha humildad, doy las gracias a mis colegas diputados por haber resistido toda la presión de los matones y los teóricos de la conspiración catastrofista en interés del país», añadió.
Henry Mukiibi, activista que ayuda a los ugandeses LGBTQ, declaró que teme que la gente se tome la ley por su mano: «Creo que esto es tan, tan horrible. No esperábamos esto; pensábamos que se lo desaconsejarían. Nos van a torturar. Ahora tengo miedo de lo que pueda pasar. La gente ha estado esperando a que se firme el proyecto de ley y entonces trabajarán con nosotros. Vamos a morir».
Grupos de la sociedad civil ya están intentando impugnar la ley.
«Esto no sorprende a nadie que siga de cerca los acontecimientos, pero sigue siendo profundamente preocupante que el país discrimine con saña a sus minorías sexuales. Las líneas de batalla están trazadas y la próxima etapa de la impugnación será en un tribunal de justicia», declaró Nicholas Opiyo, un destacado abogado de derechos humanos.
«La sociedad civil de Uganda, junto con la comunidad LGBTQI, está preparada para llevar este asunto a los tribunales e impugnar la ley. Porque esta ley es profundamente discriminatoria y represiva y no cumple ninguna norma internacional de derechos humanos ni local».
Añadió que los socios para el desarrollo de Uganda deben pedir cuentas al gobierno ugandés.