Meses antes de que llegue a las grandes pantallas la esperadísima séptima entrega de Star Wars, llega de forma explosiva “Furios7”, adaptación del título original de la saga para hacer homenaje a los 7 Samuráis.
Según el director Australiano de origen Malayo, James Wan, uno de los mejores directores de género de este reciente milenio, que ahora se pasa a la acción para ponerse al mando de este emotivo y espectacular “Blockbuster” en mayúsculas.
Después de revolucionar el género de terror con la cinta “Saw” (2004) y de firmar una de las mejores películas de terror de todos los tiempos con “The Conjuring” (2013), Wan fue fichado por Universal, ya que querían acelerar el proceso de producción y dejar a Justin Lin, habitual director en la saga, acabando Fast & Furious 6.
La cinta vuelve a la carga con todo, e hinchada de esteroides.
Más coches, más explosiones, más caras conocidas y más minutos que nunca para que Dominic Torretto (Vin Diesel) y su equipo se junten una vez más tras haber dejado atrás sus vidas de mercenarios, cuando Deckard Shaw (un espectacular Jason Statham) aparece como el villano para acabar con todos, uno por uno, en busca de venganza por la muerte de su hermano Owen.
Poco diálogo pero ingenioso, comparten Statham y Dwayne Johnson antes de empezar una pelea que acaba destruyendo el Cuartel del Departamento de Policía de Los Angeles y dejando a ‘The Rock’ inválido durante la mayor parte del film.
Sus dotes como luchadores son obvias, pero es la detallista coreografía de esta lucha sin freno, junto a la espectacular visión de Wan, que incluso amarra la cámara a objetos y personajes en plena batalla para involucrar más al espectador dentro de esta “fiesta de cristal”, haciéndonos pensar que estamos ante una entrega muy especial.
Y es entonces cuando llega lo que todos estábamos esperando, una presentación con humor de Paul Walker, que parece estar a punto de competir en una carrera de coches, para segundos después descubrir que sólo ha llevado a su hijo al colegio a bordo de una van.
A partir de aquí, la carismática y nostálgica presencia de Walker impregna al espectador de emoción y lo lleva más allá de la pantalla, dejando que empiece el mejor homenaje a Paul, que ya es un nuevo icono de la historia del cine como lo fue y sigue siendo James Dean.
Este último tampoco pudo asistir al estreno de ‘Rebelde Sin Causa’ (1955), ya que falleció igualmente en un accidente de transito.
Y todo lo demás es exactamente lo que los fans querían: ‘Dom’ y ‘Brian’ reunidos de nuevo en una frenética montaña rusa por todo el mundo, así todos los personajes principales de la saga y con más rostros nuevos como Kurt Russell, Djimon Hounson y Tony Jaa.
Cabe destacar una secuencia inolvidable, a pesar de su exceso en todo: cuando ‘Roman’ (Tyrese Gibson) improvisa un plan para el nuevo jefe, ‘Mr.Nobody’ (un carismático Kurt Russell) y todo el grupo decide seguirle.
Empieza entonces una de las mayores locuras que he visto en mi vida, hacer saltar cinco coches desde un avión militar a 10,000 metros de altura para aterrizar en una zona altamente peligrosa, y continuar la acción en la carretera con derrapes de infarto y metralla sin freno.
Además de convertir en pedazos a todo lo que esté entre ellos y su objetivo, la red ‘God’s eye’, “Ojo de Dios’ que lo ve todo y que ha caído en las manos equivocadas.
La secuencia finaliza con un impresionante ‘stunt’ de Walker, que salta de un bus a punto de caer desde un precipicio para agarrarse in extremis al alerón del coche de ‘Letty’ (Michelle Rodríguez), mientras ella hace un derrape de 360º al borde del abismo.
Parece imposible, y lo es, pero cuando estás dentro de este juego, como yo y millones de espectadores más, uno cree en lo imposible y sólo quiere más.
Paul será siempre un actor especialmente querido por el público, no sólo por su buen parecido aspecto físico y sus ojos azules cristalinos, que recuerdan a los de Paul Newman, sino por ser una gran persona, un gran padre, un gran profesional y un inmenso compañero para muchos.
Además, estaba implicado en las injusticias del mundo, como demostró con el grupo humanitario que fundó “Reach Out Worldwide”, con el que ayudó mucho en 2010 a los afectados por el terremoto de Haiti.
Vin Diesel y Paul Walker encajaron desde el primer día y fueron siempre íntimos amigos, por eso Diesel asume la responsabilidad, al final de la película, al homenajear a su difunto compañero con una profunda voz en off, mientras vemos como el mítico Toyota Supra de ‘Brian’ alejarse hacia otro camino de forma metafórica, un final que resulta tremendamente emotivo para el público.
Justamente por esto, la Universal está ante la que posiblemente será su película más taquillera de todos los tiempos, con un impresionante primer fin de semana de Pascua en el que recaudó nada menos que $144 Millones, solo en Estados Unidos, y casi $400M en todo el mundo.
La mejor cifra de apertura lograda por una de las películas de la franquicia “Fast & furious”, y esos números hacen pensar que éste puede ser su primer film en superar el billón de dólares. Creo que eso es debido en gran parte, como en The Dark Knight (2008) con Heath Ledger haciendo de Joker, para ver a Paul Walker por última vez en su propio reino.
Personalmente no es que piense que Furious7 es una obra maestra del cine, pero como amante de la saga, sabía qué tipo de película iba a ver, y el dinero de la entrada no pudo estar más bien invertido. Aunque no deje de ser un producto de Hollywood, cuando las películas se hacen con el corazón, se nota. Y el ingrediente clave de este éxito mundial es Paul Walker, que no quedará en el olvido.
R.I.P Paul Walker
12/9/1973 – 30/11/2013
Geoffrey Cowper es oriundo de Barcelona, graduado en Producción Cinematográfica de Barcelona y director de varios films, que ha presentado en numerosos festivales de cine.