Por Carlos Hernández/Enrique Kogan
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Fiat Chrysler y PSA Group, propietario de Peugeot, están dialogando sobre una posible fusión entre ambas empresas.
Esto crearía la cuarta compañía automotriz más grande del mundo competiendo con Toyota, Volkswagen y el Grupo Nissan, Renault, Mitsubishi que son los líderes de la industria.
General Motor que otrora fue la automotriz más grande del mundo, quedaría en quinto lugar, y no sería una buena noticia para sus accionistas.
Pero aquí no está lo peor, ya que entre los fabricantes excluidos quedaría la problemática Ford, el segundo fabricante estadounidense.
Y es ahí donde General Motors pudiera encontrar a un alicaído Ford como un socio fuerte, mientras continúa la consolidación de la industria, y las razones para una consolidación entre los dos grande pudieran ser convincentes.
La capacidad de fabricación entre las dos automotrices de Detroit se ha sobrecargado, los problemas con las fábricas y las uniones llevarían a una fusión que pudiera ser una solución, lo que tiene que ser parte de la razón por la cual PSA y Fiat Chrysler pueden fusionarse.
PSA y Fiat Chrysler tendrían la oportunidad de desafiar al líder Volkswagen en Europa, ya que una consolidación lo dejaría con mejor presencia en los mercados más grandes, principalmente Estados Unidos, China y Europa.
Fiat Chrysler le daría a la compañía combinada una importante cuota de mercado en los Estados Unidos a través de sus marcas Jeep y Chrysler. Ninguna de las compañías tiene una posición dominante en China, el mercado de automóviles más grande del mundo.
Se espera que la economía global enfrente otra recesión, probablemente en el próximo año, y si las automotrices aprendieron algo en la última recesión, es que una fuerte caída en los compradores de automóviles, puede arruinar a un fabricante.
Una de las partes más importantes de cualquier consolidación es la posibilidad de combinar el desarrollo de productos, que es más complejo y costoso con la llegada de la tecnología avanzada de vehículos, incluidos los automóviles eléctricos y autónomos.
Ford ya ha señalado una reestructuración de 11 mil millones de dólares, que apenas ha comenzado, para racionalizar los costos y prepararse para un futuro en el que los automóviles que funcionan con gasolina comiencen a desaparecer.
Los desafíos de la participación en el mercado mundial, los problemas de capacidad de fabricación y los costos de desarrollo de productos han afectado a Ford bajo su nueva administración que ha decepcionado, dirigida por el CEO James Hackett y el Presidente Ejecutivo William Clay Ford Jr., cuya familia aún dirige Ford.
Los esfuerzos de Ford han sido una catástrofe. Ninguna compañía automotriz global puede tener éxito a largo plazo sin una presencia importante en el mercado automotriz más grande del mundo, como China.
Ford ha hecho un gran compromiso con los vehículos eléctricos y autónomos. La gerencia dice que la compañía tendrá 40 vehículos eléctricos para 2022, un reclamo audaz y casi imposible.
La directora ejecutiva de GM, Mary Teresa Barra, por otro lado, ha demostrado ser hábil, inteligente y dispuesta a tomar decisiones difíciles. El más reciente de estos fue poner fin a una huelga de UAW que le costó a GM alrededor de 3 mil millones de dólares.
Ford y GM ciertamente tienen costos superpuestos que tienen que estar en miles de millones de dólares. Juntos, tendrían alrededor del 30% del mercado estadounidense.
Serían mucho menos dominantes en Europa, de la que GM ha salido, pero donde Ford todavía tiene presencia. GM y Volkswagen son los mayores fabricantes en China.
Juntos, se enfrentarían a todos los demás grandes fabricantes, así como a Tesla y compañías tecnológicas como Alphabet (propietario de Google), que tiene su propia división de conducción autónoma: Waymo.
Los inversores han manifestado su preocupación por GM y Ford. La capitalización de mercado de GM es de $ 55 mil millones y la de Ford es de $ 34 mil millones. Por otro lado, el de Toyota es de $ 198 mil millones. Las preocupaciones sobre el riesgo futuro se integran en estas cifras.
La familia Ford finalmente decidirá si la compañía puede comprarse o fusionarse con GM. Sus propios intereses pueden ser atendidos al atar a su débil fabricante a uno que sea mucho más grande.
De hecho, con el tiempo, es posible que no tengan otra opción. GM permitiría que la propiedad de Ford permanezca en los Estados Unidos, en lugar de ir a Japón, Europa o Corea del Sur.
Los desafíos para una fusión de Ford y GM, incluyen agresivos sindicatos que no tendrán escrúpulos de llevarlos a una quiebra y tal vez el consentimiento del gobierno de Estados Unidos
El futuro representa un riesgo que las dos compañías que deben ver en sus horizontes un panorama hostil, y que deben de estar dispuestas a capearlas, para tener una posición de privilegio en el mercado global.
Está por ver si la familia Ford quisiera pasar a un segundo plano para poder mejorar la compañía, o seguir solos su rumbo por aguas turbulentas, que hoy en día nadie sabe donde los pudiera llevar.