Por Agencias
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El gobernador del estado de Texas, Greg Abbott, amenaza con declarar una “invasión” a medida que aumenta el número de migrantes por esa zona de Estados Unidos, de acuerdo a información publicada en el portal de noticias de El Imparcial y a la agencia El Universal.
El prestigioso periódico de The New York Times reportó también que el gobernador del estado de Texas, Greg Abbott está sopesando si invocar poderes de guerra reales para apoderarse de una autoridad estatal mucho más amplia en la frontera, y reforzar la línea divisoria entre México y Estados Unidos.
El medio de la Gran Manzana indica que el mandatario Abbott podría hacerlo, argumentan los defensores dentro y fuera de su administración, al declarar oficialmente una “invasión” para cumplir con una cláusula de la Constitución de EU que dice que los estados no pueden participar en una guerra excepto cuando “realmente son invadidos”.
De acuerdo con el The New York Times, “los principales abogados de Abbott y del fiscal general de Texas, Ken Paxton, se reunieron este mes para debatir la medida, que pondría al estado en un choque frontal con el gobierno federal al permitir que la policía estatal arreste y deporte a los inmigrantes, según a dos personas familiarizadas con las discusiones. Abbott dice que sigue abierto al enfoque, pero ha expresado su preocupación por las consecuencias no deseadas”, dijeron sobre la “invasión” de migrantes a Texas.
Y es que Abbott ya movilizó a miles de tropas de la Guardia Nacional para que vigilaran los puestos fronterizos y ordenó inspecciones de seguridad de los camiones provenientes de México, lo que interrumpió el comercio internacional hace ya varios días y causó muchas molestias.
Además el republicano, supervisó la construcción de 20 millas de nuevas vallas fronterizas, reutilizó ciertas prisiones estatales para retener a los inmigrantes acusados de allanamiento de morada, invirtió dinero en las ciudades fronterizas para hacer cumplir la ley y pagó autobuses para llevar a los inmigrantes desde Texas a Washington, DC.
Apenas la primera semana de abril, Abbott, anunció nuevas órdenes que serán implementadas en la frontera con México y prometió que habrá más, mientras exfuncionarios del gobierno de Trump lo presionan para que declare una “invasión” y otorgue a los policías estatales y a los miembros de la Guardia Nacional la autoridad para expulsar a los migrantes.
El gobernador republicano no ha dicho si apoya ese concepto, el cual, según los expertos constitucionales, es jurídicamente dudoso, casi sin precedentes, y casi seguramente enfrentaría impugnaciones judiciales.
Pero por ahora, Abbott señaló que los policías estatales empezarían a detener e inspeccionar los vehículos comerciales que crucen la frontera, lo que reconoció reducirá “drásticamente” la velocidad del tránsito vehicular cerca de los puertos de entrada.
También anunció que se ofrecería el servicio de autobuses fletados que lleven a los migrantes que así lo deseen a Washington D.C., en una indirecta al presidente Joe Biden y al Congreso, a quienes Abbott ha criticado por no tomar las medidas suficientes.
Abbott explicó que las inspecciones podrían llevarse a cabo en las autopistas de Texas y que cumplen con la ley.
“Pero, por supuesto, siempre alguien interpone una demanda”, señaló.
Las autoridades de Texas señalaron que iniciarían con una “mayor actividad militar” en la frontera, e instalarían alambre de púas en algunos puntos bajos del río para disuadir a los migrantes de cruzar.
Las nuevas directrices forman parte de las “medidas sin precedentes” que Abbott prometió en respuesta al retiro de una ordenanza de salud pública por parte del gobierno de Biden, que se tiene previsto expire en mayo y que ha limitado la cantidad de solicitantes de asilo para evitar la propagación del COVID-19.
Cuando eso ocurra, se tiene previsto que más migrantes acudan a la frontera sur del país.