
Por Redacción
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La nueva versión en acción real de How to Train Your Dragon logra lo que pocas adaptaciones recientes consiguen: recuperar la magia de la película original sin perder su esencia. Esta propuesta visualmente inmersiva combina aventura, emoción y tecnología avanzada para dar nueva vida a la historia del joven vikingo Hipo y su dragón Chimuelo.
Con dirección de Dean DeBlois —quien también dirigió la trilogía animada—, la película mantiene una fidelidad notable al material original. El guion reproduce varios de los ritmos y escenas más memorables, pero añade un matiz realista y emotivo que fortalece el relato. Mason Thames, como Hipo, aporta frescura y autenticidad al personaje, mientras Gerard Butler retoma su papel como Estoico el Vasto con convicción.

La cinta se beneficia del trabajo del experimentado director de fotografía Bill Pope (The Matrix, Scott Pilgrim vs. the World), quien logra una atmósfera envolvente y vertiginosa en las secuencias aéreas. Los dragones generados por computadora están diseñados con un nivel de detalle que roza lo real, y su interacción con los personajes humanos resulta creíble y emotiva.
Aunque la película comienza con una intensa batalla entre vikingos y dragones en la Isla de Berk, su arranque se siente pausado. Buena parte del primer acto está dedicado a introducir una versión más diversa del mundo vikingo, donde las tribus representan distintas culturas del planeta. Este enfoque multicultural enriquece el universo narrativo sin desviarlo de su curso central.
En este contexto, Hipo se presenta como un joven heredero marginado, hijo del jefe pero incapaz de cumplir con los estándares guerreros de su comunidad. Su relación con Astrid, interpretada por Nico Parker, agrega una dimensión emocional bien ejecutada. Nick Frost, como Gobber, ofrece una actuación entrañable y cómica como mentor del protagonista.

La trama cobra impulso cuando Hipo se encuentra con Chimuelo, un temido Furia Nocturna al que, en lugar de matar, decide observar y comprender. Este giro central le da a la historia un mensaje claro: la empatía, la observación y el ingenio pueden ser más poderosos que la fuerza. La cinta comunica esta idea sin recurrir a sermones, manteniendo siempre un tono accesible para el público infantil y juvenil.
El equilibrio tonal es uno de los mayores logros del filme. Aunque incluye secuencias de acción intensa, evita la oscuridad de otras producciones del género como Game of Thrones, y conserva la calidez y ligereza que hicieron popular a la versión animada.
Thames encarna de forma convincente la torpeza y valentía adolescente que caracterizan a Hipo, mientras Parker dota a Astrid de una profundidad emocional que la vuelve más que un simple interés romántico. La química entre ambos actores jóvenes sostiene gran parte de la emotividad del filme.

How to Train Your Dragon no solo entrega una experiencia visual impactante, sino que también revaloriza el cine familiar con un enfoque moderno y emocional. Para los más jóvenes, es una puerta de entrada al universo literario de Cressida Cowell, y para los adultos, una oportunidad de revivir una historia que sigue resonando.
El filme tiene una clasificación PG por “secuencias de acción intensa y peligro” y una duración de 125 minutos.
Calificación: ★★★½ de 4