Por Agencias
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El incidente registrado el sábado durante un acto de campaña del expresidente Donald Trump en Pensilvania es investigado como un intento de asesinar al virtual candidato republicano, afirmaron funcionarios de fuerzas policiales.
La campaña de Donald Trump informó en un comunicado que el expresidente se encuentra “bien” tras ser retirado del escenario por agentes del Servicio Secreto de Estados Unidos en un acto de campaña en Butler, Pensilvania, cuando aparentemente se escucharon disparos entre la multitud.
Un fiscal local señala que el presunto agresor y al menos una persona que asistía al evento murieron.
“El presidente Trump agradece a las fuerzas del orden y a los socorristas por su rápida respuesta durante este acto atroz”, dijo el portavoz Steven Cheung en un comunicado. “Está bien y está siendo examinado en un centro médico local. Más adelante se darán más detalles”.
El Servicio Secreto indicó en un comunicado que “el expresidente está a salvo”.
Dos funcionarios hablaron con The Associated Press bajo condición de anonimato para discutir la investigación en curso. Indicaron que el agresor no estaba presente en el mitin y fue abatido por agentes del Servicio Secreto.
Por su parte, el fiscal de distrito del condado Butler, Richard Goldinger, dijo en una entrevista telefónica con la AP que el presunto agresor fue abatido y que al menos un asistente al mitin murió.
Trump mostraba una gráfica con cifras sobre cruces fronterizos durante su acto de campaña —su último antes del inicio de la Convención Nacional Republicana el lunes— cuando comenzaron a sonar estallidos entre la multitud.
Tras el primer estallido, Trump dijo: “Oh”, y se llevó la mano a la oreja derecha al tiempo que la gente que ocupaba las gradas detrás de él parecía sorprendida. Se oyeron rápidamente dos estallidos más y se agachó.
Se escuchó a alguien decir cerca del micrófono en el atril de Trump: ”¡Agáchese, agáchese, agáchese, agáchese!”. al tiempo que los agentes custodiaban al expresidente. Se colocaron encima de él para protegerlo con sus cuerpos, como es su protocolo de entrenamiento, al tiempo que otros agentes tomaban posiciones en el escenario para detectar al presunto agresor.
Se escucharon gritos entre la multitud. Los estallidos seguían cuando los agentes lo atendían en el escenario. Se le pudo escuchar en el video decir al menos dos veces: “Déjenme buscar mis zapatos, déjenme buscar mis zapatos”, y se escuchó otra voz que decía: “Lo tengo custodiado, señor”.
Trump se puso de pie momentos después y se le pudo ver colocando su mano derecha en su cuello y parecía haber sangre en su rostro.
La multitud aplaudió cuando Trump se levantó y alzó el puño.
Su caravana abandonó el lugar momentos más tarde.
La policía comenzó a desalojar el recinto ferial poco después que Trump abandonó el escenario en lo que los agentes locales describieron como una escena del crimen.
El candidato republicano al Senado de Pensilvania, Dave McCormick, que estaba sentado en la primera fila, dijo a Politico que parecía que alguien detrás de él recibió un disparo.
“De pronto se empezaron a escuchar disparos, alguien detrás de mí parece haber recibido un disparo”, dijo McCormick. “Hay mucha sangre, y luego el Servicio Secreto se abalanzó sobre el presidente Trump”.
El presidente Joe Biden fue informado sobre el incidente, de acuerdo con la Casa Blanca. Recibió un reporte actualizado de Kimberly Cheatle, directora del Servicio de la Secretaría de Estados Unidos, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y la asesora de seguridad nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall.
El hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr., publicó una foto en X de Trump, con el puño en alto y el rostro ensangrentado frente a una bandera estadounidense, con las palabras: “Nunca dejará de luchar para salvar a Estados Unidos”.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, publicó en X que estaba orando por Trump.
El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, un demócrata, dijo en un comunicado en X que había sido informado sobre la situación y que la policía estatal de Pensilvania estaba presente en el lugar del evento.
“La violencia dirigida contra cualquier partido político o líder político es absolutamente inaceptable. No tiene cabida en Pensilvania ni en Estados Unidos”, sostuvo.