Por Agencias
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Los ‘Three Lions’, espesos una tarde más, no pudieron pasar del empate contra Dinamarca.
Dos errores, dos goles. Uno por equipo. Poco más. Fue un partido trabado, algo a lo que no ayudó el estado del césped en Frankfurt. Hubo resbalones constantes, pese a que jugadores como Walker tuviesen que cambiar de tacos.
Se sucedieron los errores. La pasividad inglesa ni la complacencia danesa tampoco contribuyeron al espectáculo. El punto supo mejor a los hombres de Hjulmand, que llegarán a la tercera jornada contra Serbia con opciones de alcanzar los octavos de final. Muy vivos. Un punto les vale, aunque la confianza obtenida frente a Inglaterra debería de empujarles a superar la fase de grupos por mérito propio.
Los de Southgate desaprovecharon la oportunidad tanto de meterse en octavos como de ganar el Grupo C y evitar un posible enfrentamiento contra Alemania en la siguiente ronda. Frustrante cuanto menos. Tanto por el resultado como por su actuación. Nuevamente. No termina de arrancar Inglaterra en esta Eurocopa y la etiqueta de favorita empieza a despegarse. Se le cae. Southgate tiene trabajo por delante para mantenerla. Fue un golpe anímico para la selección de los tres leones, para la subcampeona de la edición de hace tres años. Pérdida de confianza.
Serbia la puso en apuros en la primera jornada con una presión alta, con robustez y achicando espacios. Tuvo que aparecer Bellingham para abrir la lata y ofrecer un respiro a los de Southgate. Con el marcador a favor, la energía fluyó y, aunque sin ofrecer una gran actuación, los británicos se aseguraron los tres primeros puntos del torneo. En Frankfurt, Dinamarca realizó una propuesta contraria a la de Serbia. Los escandinavos ofrecieron la pelota a Inglaterra. Y esta no supo que hacer con ella. Estático. Lento. Foden ofreció dinamismo. Tuvo más libertad, arrancando desde la izquierda, pero moviéndose por todo el terreno de juego. Activo, participativo. Pidió el balón e intento mover a sus compañeros. Sin éxito.
Superado el primer cuarto de hora, Kristiansen se durmió. Ganó la batalla contra saca en la banda derecha, pero no vio venir a Walker, que le robó la cartera, pisó área y centró raso. Un par de rebotes permitieron que Kane hiciese lo que mejor sabe hacer, definir. Con la izquierda, desde la frontal del área pequeña, y a la esquina de la red. Sin problemas. Su equipo los tuvo después. Lejos de romper la monotonía y el tedio inicial, Inglaterra siguió inmóvil. Y Dinamarca se metió en el partido. Un saque de banda en campo inglés terminó con Kane ofreciendo la pelota al rival. Ésta llegó finalmente a Hjulmand. Lejos del área, pero libre de marca. Con tiempo y espacio para armar la pierna y sacar un disparo ajustado que batió a Pickford y empató el partido. Inglaterra pagó cara su pasividad. Trató entonces de desquitarse. Pero no lo hizo.
Tampoco en el segundo tiempo, y Southgate no se lo pensó dos veces. Primero quitó a Alexander-Arnold, a los diez minutos de la reanudación. Superada la hora de juego, cambió a su tridente ofensivo. Fuera Kane, fuera Foden, fuera Saka. Entraron Eze, Watkins y Bowen. Hubo un amago de reacción. Con Watkins corriendo por detrás de la defensa de Dinamarca, pidiendo el balón, pero sin olerlo. La pasividad del centro del campo inglés, tanto en la presión como en posesión, evitó que cambiase el guion. A Dinamarca le valió. Tuvo más ocasiones, y más claras, aunque en ningún momento puso a Pickford en verdaderos apuros. Siempre desde lejos, pero finalizando sus ataques, al fin y al cabo. Hojbjerg fue quién más cerca estuvo, con dos remates duros desde la frontal a los que respondió bien el guardameta del Everton.