Después de 19 meses que el virus del COVID-19 se reportara por primera vez en el estado de California, los condados de la Costa Central hacen su regreso oficial de manera presencial a las aulas escolares públicas para el curso 2021-2022, el cual también marca el tercer año académico afectado por la pandemia.
Lo que se esperaba ser un regreso a clases tranquilo y confiado, se ha tornado en uno lleno de incertidumbre y sentimientos encontrados para padres, madres de familia, maestr@s y personal en general, debido al rápido incremento de infectados con la peligrosa variante DELTA, la cual presume ser mucho más contagiosa y que ataca directamente al sistema respiratorio.
Después de un gran debate público en las Mesas Directivas los diferentes Distritos Escolares, cada uno de éstos elige seguir sus propias reglas y requisitos en base a lo establecido por parte del departamento de salud pública a nivel local y estatal.
Hasta el día de hoy, las guías del departamento de salud de California indican los siguientes requisitos:
*Todo el personal y estudiantes desde Kínder y hasta la Universidad, deben utilizar el cubre bocas en cualquier espacio interior, sin importar su estado de vacunación. El Uso de cubrebocas en espacios exteriores será opcional. Se eliminará la instrucción a distancia, pero se ofrecen diferentes opciones para estudio independiente para aquellos estudiantes y familias que lo requieran por motivos de salud.
Además las autoridades han estipulado que la distancia física de 6 pies de que se pedía el año pasado, ya no es requerida en este inicio escolar, sin embargo, sí se exige que los maestros y personal de las escuelas K-12 sometan semanalmente una prueba negativa del Covid-19 en caso de no contar con un comprobante de vacunación.
“Ninguna persona, estudiante o maestro debe presentarse en los espacios escolares si presenta cualquier síntoma de enfermedad o si ha estado en contacto con alguien que ha presentado síntomas de COVID -19 en los últimos 14 días. Estos requisitos serán evaluados una vez más por el departamento de Salud de California a más tardar el 1ero de noviembre de este año”, indicaron las autoridades.
En una reciente rueda de prensa, el Gobernador Gavin Newsom explicó cómo después de una década en la que California ha debatido con este tema y de una inversión de $5 mil millones, este año por fin de otorgaron fondos para poder hacer las escuelas de verano, así como los programas accesibles post clases para todo el estado.
Newsom, quien desde que era Sub-Gobernador ha luchado por igualdad educativa, indicó que se espera que para el año 2025, todos los alumnos puedan tener la oportunidad de participar en dichos programas.
Además, este año también en California se ha roto un récord de inversión en el ámbito de educación, sumando $123 mil de dólares, los cuales se esperan traducir esto en recursos para todos los estudiantes a lo largo del estado para apoyar principalmente el aspecto de salud mental.
Esto, conllevará según el Gobernador a entrenamientos para personal y maestros, así como diferentes recursos, “para asegurar que los docentes y alumnos regresen a un ambiente seguro y de manera confiada a sus respectivas aulas”.
Para l@s maestr@s de los diferentes condados, la instrucción en persona es clave para el desarrollo académico y socio-emocional de sus estudiantes pero no ha sido un inicio fácil, tal como lo enfatizó Verónica Calles, maestra de la Santa Bárbara High School.
“El tener a mis estudiantes de regreso en persona es básico para su aprendizaje, y aunque las reglas ya han disminuido, aún hay que tener en mente el uso del cubrebocas y cambiar un poco los trabajos en grupo, o no compartir sus computadoras o materiales, etc., esto también se traduce en re-diseñar las clases para que los estudiantes puedan tener más tiempo de descanso entre una instrucción y otra, y así poder salir y tomar aire fresco”, explica Calles.
La docente además indica que como era de esperarse, la pandemia también trajo a la luz muchos problemas que ya existían y que no se les ha dado la importancia que se debiera, en el caso del salón de la maestra, esto se traduce en la infraestructura también.
“Las ventanas de mi salón que no se pueden abrir, y he pedido que las arreglen, más ahora cuando se requiere ventilación en el interior por salud y evitar el riesgo de contagio. Se pensaría que darían importancia a aspectos como éste, pero no. Se dice que hay recursos económicos específicamente para lidiar con todo lo referente a COVID-19 pero nosotros como maestras no los hemos visto reflejado”, describe la profesora.
Además Calles manifestó que ésto también se ve reflejado en la falta de reacomodo en las aulas, las cuales se esperaban contar con menor número de estudiantes y contratar más personal para de apoyo.
“Si hubo contratación de personal nuevo, pero no se han llevado a cabo éstos cambios y esto es básico para poder ofrecer a nuestros estudiantes y a la comunidad estudiantil en general un espacio seguro para su y nuestro regreso”, concluye Calles.
Después de que se llevara a cabo el cierre presencial a inicios de marzo 2020, el año escolar 2020-2021 fue para la gran mayoría de los estudiantes de la Costa Central, un año de educación y aprendizaje a distancia, en varios casos algunos tuvieron escenarios híbridos que combinaban la educación a distancia y algunos días presenciales al finalizar el año escolar.
RETOS ACADEMICOS
Para la maestra de primaria, Dolores Meraz, el reto más grande al que se enfrenta es el educar mientras se lidia con las distracciones normales del uso de cubre bocas en los pequeños de segundo grado.
“Cuando iniciamos nuestro programa híbrido, se sentía un ambiente con más miedo y precaución, había más reglas que cumplir y fue muy complicado el adaptarnos. Ahora que regresamos a clase de manera presencial, se siente menos forzado, l@s niñ@s no los percibo con miedo, pero si encuentro que el reto será el poder regular a todos los alumnos a un estándar para su grado”, enfatizó Meraz.
Así mismo, la maestra describe como se puede apreciar un nivel académico más bajo en la mayoría de los alumnos, sobre todo en la lectura, mismo que se tiene que instruir a la par de la impartición y cumplimiento de reglas de seguridad e higiene.
En la Escuela Adelante Charter school, así como en otras del Distrito Unificado de Santa Bárbara (SBUSD), se sigue tomando la temperatura y llenando un formulario de salud cada mañana para verificar, y tratar de limitar la exposición y tener el menor contagio posible para la comunidad estudiantil.
A diferencia del SBUSD, el Distrito Escolar de Goleta no piensa hacer obligatorio los exámenes o pruebas negativas de Covid, como condicionamiento para que sus estudiantes acudan a la escuela en persona.
La Mesa Directiva de Goleta explicó, sin embargo en su reunión pública que están comprometidos a disminuir el número de estudiantes por salón, y también cumplirán con el requisito del uso de cubre bocas en espacios encerrados.
Anna Venegas es madre de un estudiante de 2º grado en la escuela Foothill de Goleta, y para ella el regreso a clases no fue una decisión fácil de tomar.
“Creo que después de tantos meses conviviendo y apoyando a mi hijo en casa, ahora es muy palpable la ansiedad por separación por el distanciamiento. Al principio el proceso de educación en casa no fue fácil, pero poco a poco que tomamos una rutina nos pudimos acoplar mejor y vi un avance. Dudé mucho en enviarlo de regreso en persona, los dos estamos muy acostumbrados a estar juntos todo el tiempo desde el aislamiento, pero después me pude dar cuenta que el regresar a clases con sus amigos sería lo más saludable para él”, relata Venegas.
DILEMA CONTINUO
Por su parte Alicia Andrade, madre de dos estudiantes de la escuela Rio Rosales en Oxnard, el regresar a la escuela ha sido un constante debate, ya que al principio estaba feliz y emocionada de saber que sus hij@s por fin regresarían a las aulas escolares.
“Para mi hijo esta será su primera experiencia en el campus escolar y me emocionaba por que llegara el día, se escuchaba de la vacuna y todo parecía regresar un poco a la normalidad, pero ahora ya no me siento como antes. Ahora es más el miedo por todo lo que se escucha del Delta y el miedo de pensar que puede afectar a mis hijos en sus escuelas. En nuestro Distrito las clases inician el 25 de agosto y solo espero estar haciendo lo correcto por mis hijos”, explica Andrade.
El caso es diferente para Yolanda (quien pidió no incluir su apellido por privacidad), quien es madre de dos estudiantes en el Distrito de Goleta y quien considera que las escuelas están volviendo a abrir en un mal momento.
“No entiendo como si los números de contagio están incrementando y que ahora este nuevo virus está afectando también a los niños y jóvenes, se me hace imposible entender ¿cómo es que deciden regresar de manera cien por ciento presencial?. Je pasado noches en vela tomando esta decisión y encontré que lo mejor para mi familia será quedarnos un año más en aprendizaje independiente”, indicó Yolanda.
Al mismo tiempo, la residente de Goleta indicó estar agradecida con la maestra de sus hijos, ya que les dio esa opción y que, aunque no estén en reuniones de Zoom, saber que puede apoyarla en caso de que sea necesario es un gran alivio.
“Me pesa saber que mis hijas extrañarán a sus compañeros, pero creo que ese sacrificio será el menor, y ya podremos evaluar todo una vez pasado el primer semestre de clases”, comparte la consternada madre.
Después de que las desigualdades existentes se han hecho aún más marcadas durante el desarrollo de la pandemia, la realidad para muchas familias de la Costa Central ha sido palpable y tangible en la brecha de desarrollo académico, sobre todo a la hora de recursos tecnológicos, alimentos y acceso a la educación virtual.
Para muchos, en este año el gran reto de las autoridades escolares de los condados no será el regresar a la “normalidad”, sino mejorar todos los accesos y balancear el nivel para que todos los estudiantes, sin importar su estado socio-económico, raza o estatus migratorio puedan tener las mismas oportunidades académicas.