Por Agencias
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El ministro de Defensa de Israel dijo a las tropas terrestres que estuvieran listas para entrar en la Franja de Gaza, aunque no dijo cuándo comenzará la invasión.
En una reunión con soldados de infantería israelíes en la frontera de Gaza el jueves, Yoav Gallant instó a las fuerzas a “organizarse y estar listas” para recibir una orden de entrada.
“Quien vea Gaza desde lejos ahora, la verá desde dentro”, afirmó. “Se los prometo”.
Israel ha concentrado miles de soldados en la frontera tras el ataque lanzado por Hamas el 7 de octubre que desató la quinta guerra entre ambos bandos.
En tanto, los ataques aéreos israelíes golpeaban el jueves lugares en toda la Franja de Gaza, incluidas partes del sur que Israel había declarado zonas seguras, aumentando los temores entre más de 2 millones de palestinos atrapados en el territorio de que no hay lugar seguro.
Mientras las autoridades aún detallan la logística para la entrega de ayuda a Gaza desde Egipto, los hospitales abrumados utilizan al máximo cada suministro médico y combustible para generadores diésel para mantener el equipo en funcionamiento. Médicos en salas oscurecidas cosían heridas con la luz de un teléfono móvil. Un doctor del hospital más grande en Gaza dijo que el personal estaba usando vinagre común para tratar heridas infectadas.
El ejército israelí ha atacado implacablemente Gaza en represalia por el devastador ataque de Hamas en el sur de Israel de hace casi dos semanas. Incluso después de que Israel dijera a los palestinos que evacuaran el norte de Gaza y se refugiaran en el sur, los ataques se extendieron por todo el territorio y los milicianos palestinos continúan disparando cohetes contra Israel.
El consentimiento de Israel para que Egipto permitiera la entrada de alimentos, agua y medicinas brindó la primera posibilidad de una apertura al territorio que mantiene sellado. Muchos de los 2,3 millones de residentes de Gaza solo comen una vez al día y beben agua sucia.
Israel no incluyó el combustible como artículo permitido, pero un alto funcionario de seguridad egipcio dijo que Egipto estaba negociando la entrada de combustible para hospitales. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hablar con la prensa.
Con el cruce fronterizo entre Egipto y Gaza en Rafah aún cerrado, las ya terribles condiciones en el segundo hospital más grande de Gaza se deterioraron aún más, dijo el doctor Mohammed Qandeel del Hospital Nasser en la ciudad sureña de Jan Yunis. Se cortó la electricidad en la mayoría de los departamentos para reservarla para cuidados intensivos y otras funciones vitales, y los miembros del personal utilizaban teléfonos móviles para alumbrarse.
Al menos 80 civiles heridos y 12 muertos acudieron al hospital el jueves por la mañana después de que testigos dijeran que un ataque alcanzó un edificio residencial en Jan Yunis. Los médicos no tuvieron más remedio que dejar morir a dos de los recién llegados porque no quedaban ventiladores, dijo Qandeel.
“No podemos salvar más vidas si esto sigue sucediendo, lo que significa que más niños… más mujeres morirán”, afirmó.
El Ministerio de Salud de Gaza suplicó a las gasolineras que dieran el combustible que les quedaba a los hospitales. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, entregó parte de las pocas reservas de combustible que le quedaban a los hospitales, según la portavoz Juliette Touma.
La donación de la agencia al Hospital Shifa de la Ciudad de Gaza, el más grande del territorio, “nos mantendrá en marcha unas cuantas horas más”, dijo a The Associated Press el director del hospital, Mohammed Abu Selmia.
El Ministerio de Salud de Gaza dijo que 3.785 personas han muerto en Gaza desde que comenzó la guerra, la mayoría de ellas mujeres, niños y adultos mayores. Casi 12.500 personas más han resultado heridas y se cree que otras 1.300 personas quedaron enterradas bajo los escombros, dijeron las autoridades sanitarias.
En Israel, más de 1.400 personas en Israel han muerto, la mayoría civiles asesinados durante la mortal incursión de Hamas el 7 de octubre. Unas 200 personas fueron secuestradas.
El anuncio de un plan para llevar agua, comida y otros suministros a Gaza se hizo mientras la ira por la explosión en el hospital Al Ahli de Gaza se extendía por Oriente Medio.
Había acusaciones enfrentadas sobre quién estaba detrás de la letal explosión. Responsables de Hamas en Gaza culparon a un ataque aéreo israelí y dijeron que había cientos de muertos. Israel negó estar implicado y publicó un aluvión de grabaciones de video, sonido y otra información que según dijo demostraba que la detonación se debía a un cohete fallido de Yihad Islámica, otro grupo miliciano que opera en Gaza. Yihad Islámica rechazó la acusación.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que visitó Israel el miércoles, dijo que los datos de su Departamento de Defensa mostraban que probablemente la explosión no se debía a un ataque aéreo israelí. La Casa Blanca dijo más tarde que un análisis de “imágenes aéreas, información interceptada y de libre circulación” mostraba que Israel no estaba detrás del ataque. Sin embargo, Washington sigue reuniendo pruebas.
Videos del lugar mostraban los terrenos del hospital salpicados de cuerpos, muchos de ellos de niños pequeños. Cientos de heridos fueron trasladados al principal hospital de Ciudad de Gaza, donde médicos que ya trabajaban con existencias mínimas de material se vieron obligados a realizar algunas cirugías en el piso, a menudo sin anestesia.
Israel ha dicho que ataca a los milicianos de Hamas estén donde estén en Gaza, y acusó a los líderes y combatientes del grupo de refugiarse entre la población civil.
Los ataques creaban una sensación de peligro constante a los palestinos.
La familia Musa huyó a la localidad central de Deir al Balah, una población normalmente tranquila, y se cobijó en la casa de tres plantas de un primo cerca del hospital local. Pero a las 19:30 del miércoles, una serie de explosiones que se creen eran ataques aéreos golpeó el edificio y convirtió la vivienda familiar en una montaña de escombros que, según dijeron, sepultó a unas 20 mujeres y niños.
El cuerpo muerto de Hiam Musa, cuñada del fotoperiodista de The Associated Press, Adel Hana, fue recuperado el miércoles de entre los escombros, según la familia. No sabían quién más estaba bajo las ruinas.
“No tiene sentido”, dijo Hana. “Fuimos a Deir al Balah porque es tranquilo, pensábamos que sería seguro”.
En los últimos días también se han producido choques violentos entre Israel y milicianos de Hezbollah en Líbano, entre temores a que los combates puedan expandirse en la región. En Cisjordania, donde decenas de palestinos han muerto desde que comenzó la guerra, las fuerzas israelíes han matado a docenas de palestinos en los dos últimos días, según el Ministerio de Salud palestino.
El acuerdo para llevar ayuda a Gaza seguía siendo frágil, mientras los hospitales en el sitiado territorio decían estar al borde del colapso.
Biden explicó que el presidente egipcio había accedido a abrir el paso fronterizo y a permitir la entrada de un primer grupo de 20 camiones con ayuda humanitaria. Si Hamas confisca la ayuda, “se acabará”, sentenció. La ayuda empezará a circular el viernes como pronto, dijeron funcionarios de la Casa Blanca.
Egipto aún debe reparar la carretera que cruza la frontera, que fue destrozada por los ataques israelíes. Más de 200 camiones y unas 3.000 toneladas de ayuda se encuentran en el paso fronterizo de Rafah o en sus inmediaciones, listos para entrar, declaró el director de la Media Luna Roja para el norte del Sinaí, Khalid Zayed.
Los suministros entrarán bajo la supervisión de la ONU, declaró el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shoukry, a la cadena de televisión Al-Arabiya. A la pregunta de si se dejaría pasar a los extranjeros y a los ciudadanos con doble nacionalidad que quisieran salir, respondió: “Siempre y cuando el cruce funcione con normalidad y las instalaciones (del cruce) hayan sido reparadas”
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que la decisión se aprobó tras una petición de Biden. Asimismo, afirmó que Israel “no frustrará” las entregas de alimentos, agua o medicinas procedentes de Egipto, siempre y cuando se limiten a los civiles del sur de la Franja de Gaza y no vayan a parar a los combatientes de Hamas. En la declaración no se mencionaba el combustible, necesario con urgencia para los generadores de los hospitales.
Familiares de algunas de las casi 200 personas tomadas como rehenes y llevadas a la fuerza a Gaza durante el ataque reaccionaron con indignación a las noticias sobre la ayuda.
“Niños, bebés, mujeres, soldados, hombres y ancianos, algunos con enfermedades graves, heridos y baleados, están retenidos bajo tierra como animales”, afirmó un comunicado del Foro de Familias de Desaparecidos y Rehenes. Pero “el gobierno israelí mima a los asesinos y secuestradores”, afirmaron.
En su breve visita, Biden intentó buscar un equilibrio entre mostrar el apoyo estadounidense a Israel y contener la creciente alarma entre sus aliados árabes. También anunció una remesa de 100 millones de dólares en ayuda humanitaria para palestinos en Gaza y Cisjordania.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, llegó a Israel el jueves en un intento de expresar solidaridad tras el ataque de Hamás e impedir una escalada de la guerra.
El pueblo de Israel ha “sufrido un acto de terrorismo espantoso, indescriptible, y quiero que sepan que Reino Unido y yo estamos con ustedes”, dijo a su llegada.